En este poema nos encontramos varios rasgos barrocos: en primer lugar el tema de los afeites (maquillaje de la época); además aparece otro tema clásico que es lo engañoso de la naturaleza que no se nos muestra como es en realidad. El primero de los temas fue tratado también por Quevedo en tono jocoso; el segundo fue tratado a su vez por Calderón.
Yo os quiero confesar, don Juan, primero,
que aquel blanco y color de doña Elvira
no tiene de ella más, si bien se mira,
que el haberle costado su dinero.
Pero tras eso confesaros quiero
que es tanta la beldad de su mentira,
que en vano a competir con ella aspira
belleza igual de rostro verdadero.
Mas ¿qué mucho que yo perdido ande
por un engaño tal, pues que sabemos
que nos engaña así Naturaleza?
Porque ese cielo azul que todos vemos,
ni es cielo ni es azul. ¡Lástima grande
que no sea verdad tanta belleza!
Bartolomé Argensola.
Autor del audio: Víctor Villoria
Música procedente de Jamendo, Torley on piano


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