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Juventud, egolatría

Baroja escribió "Juventud, egolatría" cuando tenía 45 años, y se sentía un poco viejo. Fue durante la Primera Guerra Mundial. En su libro, Baroja decía cosas diferentes a la mayoría de las personas inteligentes de esa época. Hablaba sobre los temas importantes de ese momento y también sobre aquello que había vivido, leído o sobre personas que había conocido y que habían influido en su forma de ser y pensar.

Para Baroja, la juventud era como recordar los tiempos pasados, mientras que la egolatría significaba ser demasiado independiente y pensar solo en uno mismo. Aunque pasara mucho tiempo desde que escribió el libro, sus críticas todavía hacen pensar a la gente. Por ejemplo, hablaba un poco mal de un hombre llamado don Tirso Larequi, describiéndolo como un canónigo grande y feroz que asustaba a un niño de nueve años. Para Baroja, ese hombre era como el símbolo de la religión católica.

En su libro, Baroja también critica a los militares y a otros aspectos importantes de la vida nacional. En resumen, "Juventud, egolatría" es un libro único donde la forma de escribir de Baroja es muy viva, precisa y entretenida.

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