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LA ÉPICA MEDIEVAL. LOS CANTARES DE GESTA. EL CANTAR DE MÍO CID.
1.- INTRODUCCIÓN.
Es preciso en primer lugar aceptar la universalidad de la épica como poesía de carácter tradicional que alaba las hazañas de los antepasados, sin embargo hemos de aceptar también que nuestra épica tiene sus propios peculiaridades. que veremos a través del Mío Cid.
2.- ÉPICA MEDIEVAL: LOS CANTARES DE GESTA.
2.1.- CONTEXTO SOCIOLÓGICO EN QUE SURGEN.
Parece tener razón Deyermond cuando afirma que “la épica surge como consecuencia del espíritu heroico que anima a una colectividad en el período de formación nacional”, pues los acontecimientos históricos así nos lo demuestran; si a esto le unimos la curiosidad popular ante las hazañas y noticias de sus héroes, podemos concluir afirmando, junto a Menéndez Pidal, que la épica venía a ser un sustituto de la historiografía, que en la época sólo era conocida en latín, lengua ya fuera del alcance de las personas no cultas.
Sin embargo, recordando a Colin Smith, no hemos de olvidar que la épica es literatura, y así hemos de juzgarla, y no historia, por más que algunas obras sigan, grosso modo, los acontecimientos históricos. Los detalles históricos sirven para dar un ambiente de verosimilitud, al que se añaden elementos dramáticos, novelescos… Se trata en definitiva de literaturizar la historia. Como podemos observar esta teoría choca frontalmente con la teoría pidaliana del carácter histórico, sobre todo por lo que se refiere al Mío Cid.
2.2.- ÉPICA: NOCIONES GENERALES.
Hasta que, en 1948, fueron descubiertas, por Samuel Sterce, las jarchas la pregunta obligada era, ¿qué es anterior, la épica o la lírica?. Deyermond explica, basándose en que la épica escasea entre los pueblos más primitivos al contrario de lo que sucede con la lírica, que esta es anterior, sin embargo precisa que en los lugares en que aparece la épica podemos constatar siempre la existencia de una tradición oral anterior.
2.2.1.- DEFINICIÓN.
Por lo que respecta a la definición de la épica, Deyermond opina que es una narración histórica en verso (su equivalente en prosa es la saga) y su objeto esencial se ha definido como la persecución del honor a través del riesgo. El mismo autor atribuye los rasgos comunes a todos los países no a un tronco común, sino a que en el momento de la composición actúan los mismos componentes esenciales.
Con respecto al término cantares de gesta, Pidal los define como relatos épicos difundidos por los juglares, de carácter generalmente heroico y que tenían como objeto la vida de personajes importantes, sucesos notables o acontecimientos de la vida nacional que merecieran ser difundidos. Precisaremos que gesta procede de gero>hacer, por tratar de cosas hechas, o sucedidas, y opuestas a las imaginadas propias de la lírica, y segundo que se denominan cantares porque estaban destinados al canto o la recitación y no a la lectura.
2.2.2.- TIPOS.
Siguiendo nuevamente a Deyermond, y teniendo en cuenta las circunstancias de composición y difusión hablaríamos de épica heroica -dirigida a una audiencia popular y compuesta oralmente o por escrito- y épica culta -escrita normalmente en latín, salvo excepciones como el Libro de Aleixandre, y entroncada con la Eneida de Virgilio-. Aparecería primero la heroica oral, luego la escrita y por último la culta.
Ambas épicas pueden compartir temas, rasgos formales, e incluso autores, pero se diferenciarían, siempre según Deyermond, en el público a que se dirigen y en la tradición en que los poetas están inmersos.
2.2.3. DIFUSIÓN.
La difusión, teniendo en cuenta el número de analfabetos, debía ser oral y susceptible de ser recitada, pero ¿quienes la componían?. Para Pidal los autores de gran parte de la épica fueron los propios juglares y, aunque gozaban de gran libertad a la hora de componer, respetaban una serie de normas y rasgos propios del género que nos permiten hablar de la escuela del mester de juglaría. Además hay que tener en cuenta que los textos eran continuamente retocados para adecuar la obra al gusto del auditorio. Este era muy amplio y entre otras cosas condicionaría la lengua empleada en los textos.
2.3.- PROBLEMÁTICA DE LOS ORÍGENES.
El problema principal, siguiendo a Deyermond, se plantea ante el hecho de que los textos fueron transmitidos, y en muchos casos compuestos, oralmente y de que las copias que conservamos son muy posteriores al texto original. En consecuencia la etapa previa a lo manuscritos existentes sólo puede ser tratada mediante deducciones basadas en analogías, que por supuesto se ven muy influenciadas por las propias convicciones del investigador.
Actualmente son tres los problemas a los que se enfrenta el investigador:
– Problemas de autoría.
– Problemas de formación.
– Problemas referentes al lugar de origen de la épica.
2.3.1.- PROBLEMAS DE AUTORÍA.
Para solucionar esta problemática se presentan tres soluciones.
A) TESIS INDIVIDUALISTA.
Defendida por Bedier en su libro “Les legendes épiques”. Proclama que no hay obra sin autor y que los textos conservados (Chanson de Roland y Mío Cid) son los primeros escritos. Serían los manuscritos iniciadores del género y sus autores no partirían de ninguna tradición especial. Las canciones se escribirían varios siglos después de los sucesos y sin relación con estos. Habrían sido escritas por un autor concreto, individual, culto -un clérigo probablemente- que los habría redactado tomando como fuentes manuscritos conservados en el monasterio, y que los habría dado a los juglares para su difusión.
El afán de componer esas obras sería propagandístico: pretendían airear la existencia en sus monasterios de reliquias pertenecientes a los héroes épicos y animar al pueblo a visitar tales lugares y a dejar limosna.
Aunque tuvo gran número de partidarios también tuvo detractores entre los que destacan Lot, que demostró la existencia de ciclos enteros de cantares no vinculados a monasterios, y Dámaso Alonso, que desmontó la teoría con el descubrimiento de la “Nota emilianense” en 1954, que demostraban que 50 años antes de la Chanson de Roland la leyenda ya estaba difundida.
B) TESIS NEOTRADICIONALISTA.
Para Menéndez Pidal, que rechaza las tesis de Bedier, los textos conservados son producto de una tradición anterior de textos perdidos a través de la cual los cantares fueron continuamente retocados y modificados tanto en contenidos como en formas. La mejor forma de demostrar que existió una tradición anterior nos la proporcionan las prosificaciones de cantares que hallamos insertas en las crónicas medievales.
Los cantares de gesta son formal e ideológicamente diferentes a las obras latinas antiguas y medievales que los defensores de la teoría anterior presentaban como fuentes. Acepta que toda obra de arte lo es de un autor individual, apartándose en esto de la teoría romántica de la creación colectiva.
La poesía épica durante la Edad Media se habría mantenido en estado latente y habría estado sometida a continua transformación. En un principio no existieron textos escritos, sino orales, modificados a su antojo por los juglares y conservados gracias a la tradición.
La existencia de esos cantares anteriores al Mío Cid se puede atestiguar por:
1.- Las prosificaciones incluidas en las crónicas.
2.- El carácter de información que tenían los cantares y que exigía que fueran compuestos en fechas cercanas a los sucesos históricos que narran.
3.- La inserción de una serie de detalles históricos (por ejemplo nombres de personajes secundarios relacionados con el Cid, cuya existencia real está probada), cuyo conocimiento sólo puede proceder del mismo momento temporal en que se produjo el hecho.
Estas ideas pidalianas vinieron a ser confirmadas por el descubrimiento, en 1954, de la “Nota emilianense”, por Dámaso Alonso.
C).- TESIS ECLÉCTICA.
Defendida por Colin Smith, adopta una posición intermedia. Admite con Dámaso Alonso que el Mío Cid no es el primer poema épico que se compuso, dada su perfección, pero cree que el CMC no es fruto de esa tradición oral, sino obra de un autor culto, que se fija en los textos orales. Este hecho intenta demostrarlo teniendo en cuenta la unidad del CMC, la inclusión de elementos cultos y su perfección técnica, que no pueden ser obra de un juglar casi analfabeto. La existencia de fórmulas épicas y recursos de la tradición oral, sólo prueban que el autor se basó en poemas orales anteriores. Rebate asimismo a Pidal por lo que se refiere a los datos históricos diciendo que estos no tienen por qué proceder de épocas cronológicas inmediatas, ya que el autor se pudo basar en documentos notariales que insertaría en su obra para darle verosimilitud.
Este autor distinguiría entre dos tipos de épica:
1.- La de composición y tradición oral, cronológicamente anterior y que tendría unos caracteres similares a los descritos por Pidal.
2.- La de composición escrita y tradición oral, de la cual sería muestra los cantares de gesta hoy conservados y cuyas características serían muy similares a las expuestas por Bédier para todo el género medieval.
El paso de una épica a otra se daría en Francia alrededor del siglo XI, y en España a principios del XIII, fecha en la que se supone escrito el CMC, y sería producto de un proceso similar al que en el XVI da lugar a la aparición del romancero nuevo.
2.3.2.- TEORÍA SOBRE SU FORMACIÓN.
A) TESIS TRADICIONALISTA.
Defendida por Gaston Paris y los románticos. Defiende que los cantares de gesta fueron formados mediante la fusión de una serie de baladas o “cantilenas” (poemas épicos breves, que en España serían los romances) que existían con anterioridad. Estas cantilenas estarían hoy perdidas; los romances españoles conservados no serían los que habían dado lugar a los cantares de gesta, sino otros anteriores hoy perdidos. Hoy está definitivamente abandonada.
B) ORIGEN ARÁBIGO-ANDALUZ (MOZÁRABE).
Defendida por Julián Ribera y Marcos Marín. Parten de la existencia en las crónicas árabes de una serie de restos de leyendas épicas, y a partir de ahí las interpretan como prosificaciones de una poesía épica andaluza popular, actualmente perdida y que sería similar a las que los cronistas castellanos incluyeron en sus obras. Estas crónicas serían conocidas por los cristianos que vivían en Al-Andalus, que las habrían difundido y a la vez creado el motor que impulsó la aparición del género en la Castilla de la época. Así, en la epopeya árabe perdida estaría el origen de los Cantares de gesta castellanos.
A esta teoría le ha restado credibilidad la tesis de Pidal y la total ausencia de textos.
C) ORIGEN GERMÁNICO.
Defendida por Pidal. Afirma que cuando los visigodos llegaron a la Península traían consigo una serie de leyendas y cantos heroicos propios (así lo afirma también Tácito). Estos cantos versaban sobre las hazañas de sus antepasados y se mantuvo la tradición tras su asentamiento en la Península. En esta época compondrían nuevas canciones sobre los sucesos del momento y referidas a los nuevos héroes que habrían surgido entonces. San Isidro (siglo XII) atestigua esta tradición cuando aconseja que en la educación de los jóvenes se incluyan los conocimientos de los “carmina maiorum” y no simple y torpes canciones amatorias.
La épica se continuó cultivando entre los visigodos hasta la llegada de los árabes y daría origen a las aparición de las posteriores manifestaciones castellanas del género; prueba de ello son los temas que, pertenecientes a la época visigoda, se mantienen en la épica castellana posterior, como pueden ser los cantares castellanos sobre la pérdida de España, que hoy se conservan en las prosificaciones y que marcan la unión entre la épica visigoda y la castellana (ciclo de Don Rodrigo).
D) ORIGEN CASTELLANO.
Defendida por Deyermond., no busca cuál es el origen de la épica castellana, sino cuál es la edad heroica de esta épica. Examina la temática de los cantares conservados, en original o prosificación, y destaca que todos se refieren a sucesos acaecidos en el período de formación de Castilla. Esa sería la edad heroica de la épica castellana y los hechos que en ella sucedieron movieron el espíritu heroico y provocaron el surgimiento de la épica castellana.
3.- LA EPOPEYA CASTELLANA.
3.1.- SINGULARIDAD DE LA ÉPICA ESPAÑOLA.
Siguiendo las teorías de Menéndez Pidal, que intenta abonar su teoría de la tradicionalidad, la épica española tendría unas características determinadas.
Hoy en día toda la crítica admite las características de irregularidad y de asonancia, opuestas a la regularidad y consonancia francesas, que, no obstante habría pasado por una etapa de irregularidad. Sin embargo estas características no son propias de la poesía primitiva castellana, sino que se observan también en la anglonormanda, norteitaliana…
Otra característica difícil de rebatir sería la capacidad de renovación de nuestra épica que, al contrario que la francesa, ha sido refundida una y otra vez en los más diversos géneros.
Hoy en día María Luisa Meneguetti[i] intenta demostrar la singularidad de la épica hispánica basándose en la existencia de un marcado carácter antifrancés en nuestra épica, que se manifiesta no sólo en detalles menores (origen francés de personajes traidores), sino en textos enteros como la leyenda de Bernardo de Carpio. Esta reacción antifrancesa se habría dado a comienzos del s XII, con la recuperación del estilo mozárabe frente al románico. Este cambio de actitud hacia lo francés lo veríamos al comparar la conducta observada por Carlomagno en la Nota emilianense con la de la Historia silense.
3.2.- CARACTERÍSTICAS DE LA ÉPICA CASTELLANA.
A) GENERALES.
Siguiendo a Pidal sería tres las características generales:
A-1.- ANÓNIMA.
Sería una épica hecha por autores que rechazan el individualismo y que en consecuencia no firman sus obras, sino que las entregan a la colectividad para que las completen o modifiquen como crean conveniente.
A-2.- REALISTA O HISTORICISTA.
Sería una épica compuesta en fechas cercanas a los hechos históricos que narran, por lo que conservan datos históricos al lado de los novelescos, pero evitando los episodios fantásticos tan frecuentes en la épica francesa.
Colin Smith, tras admitir el carácter historicista de la épica castellana, afirma que los datos históricos se introducen con el único fin de dar verosimilitud artística al texto, y no por el hecho de haber sido escritos en fechas cercanas a los hechos.
A-3.- TRADICIONAL.
Los temas tratados han perdurado en el tiempo y sobrepasado las fronteras de la época medieval hasta crear una corriente de nuestra literatura nacional.
B) FORMALES.
B-1.- RIMA ASONANTE.
Opuesta a la consonante francesa.
B-2.- METRO IRREGULAR.
Dividido en dos hemistiquios con un número variable de sílabas.
Estos dos rasgos demostrarían el carácter arcaico de la epopeya española, que se evidencia también en el uso de la “e paragógica“.
B-3.- EMPLEO DE FÓRMULAS ORALES.
Serían una serie de recursos o clichés lingüísticos, que facilitarían la composición y transmisión orales de una obra; que se repetirían constantemente a los largo del texto y que facilitarían la tarea de composición al autor. Los más frecuentes serían:
– Epítetos. “el buen campeador”
– Fórmulas de la voz narradora. Empleadas por el autor para dirigirse a su público con diversos fines (llamar la atención, expresar su opinión de los hechos…).
El hecho de que se introdujeran fórmulas orales no demuestra que se realizaran oralmente, sino que se pudo introducir a propósito en obras escritas para imitar los cantares de composición oral.
3.3. GESTAS CASTELLANAS.
Son pocos los cantares de gesta conservados (8.000 versos en España, 1 millón en Francia), sin embargo sabemos de muchos desaparecidos a través de las crónicas. Las causas a que se atribuye esta ausencia de textos son las siguientes:
1º.- Pérdida de manuscritos. En España las copias eran para uso de juglares y en Francia iban destinadas a lectores privados y bibliotecas.
2º.- Las copias en España se debían hacer exclusivamente con fines prácticos, que podían ser, según Deyermond, propagandísticos o para proveer de material a los cronistas -Alfonso X y su Estoria de España-,[ii] al igual que sucedió en la lírica tradicional.
3.3.1.- TEMAS Y CICLOS.
Resumiendo el conjunto de cantares de gesta castellanos de cuya existencia se tiene noticia, atendiendo a su temática, tal y como ha hecho Deyermond tendremos:
A) Referentes a la pérdida de España.
Cantar de Rodrigo. (ciclo de don Rodrigo)
B) De ciclo carolingio.
Cantar de Roncesvalles
Cantar de Bernardo de Carpio.
C) De tema castellano. (ciclo de los Condes de Castilla)
Cantar de Fernán González.
Cantar de los 7 infantes de Lara.
Romanz del infant García.
Cantar de la condesa traidora.
Gesta de Ramiro y García, hijos de Sancho el Mayor.
Cantar del cerco de Zamora.
Cantar de la Jura de Santa Gadea.
Cantar de Mío Cid.
Cantar de las Mocedades de Rodrigo.
Este ciclo se caracteriza por los siguientes rasgos comunes:
– Fondo histórico
– Fuerte vinculación de las gestas al culto que recibían los sepulcros de los protagonistas en iglesias y monasterios.
– Deseo de venganza como móvil central de la acción.
– Decisivo papel de las mujeres en la trama argumental.
D) Otros temas.
Gesta del Abad don J. de Montemayor.
Cantar de la mora Zaida.
Habría luego que referirse al Poema de Alfonso XI (oreceno), del que se duda si adscribirlo a la corriente de clerecía o de juglaría y a la Campana de Huesca, incluido en la épica catalana[iii].
3.3.2.- ETAPAS.[iv]
Los estudiosos, siguiendo a Pidal, han reconocido tradicionalmente 4 etapas:
A) PERIODO DE FORMACIÓN.
Duraría desde los orígenes -en torno al S X- hasta 1140. Serían cantares breves -500 ó 600 versos- y versarían sobre los temas de Rodrigo, Fernán González… Al final de este período empezaría a influir la épica francesa.
B) PERÍODO DE FLORECIMIENTO O PLENITUD.
Desde 1140 hasta 1236, fecha en que se supone redactado el “Chronicon Mundi“, que ya utiliza los cantares de gesta con fuentes históricas.
Los cantares se hacen más extensos por influencia francesa, se complica y depura la acción y la técnica, se usan técnicas para atraer el interés del auditorio, se sigue un plan establecido en la descripción de batallas y plegarias. En resumen los hechos insignificantes de los anteriores cantares se amplifican
C) ETAPA DE PROSIFICACIONES.
Desde 1236 hasta mediados del XIV. Se utilizan los cantares como fuentes históricas y se incluyen prosificados en las diversas crónicas que se escriben en la época.
Hay también un proceso de refundición de los poemas antiguos y de adaptación de gestas francesas.
D) ETAPA DE DECADENCIA.
Hasta mediados del S XV. Los cantares crecen desmesuradamente e introducen nuevas corrientes poéticas que utilizan un lenguaje más retórico. Aumentan los episodios fantásticos, crecen los aspectos dramáticos del relato y se tiende a ensalzar desmesuradamente al héroe.
Posteriormente los cantares se fragmentarían a base de seleccionar los trozos que más gustaran al auditorio y se recitarían sueltos, aislados del contexto. Sería el nacimiento de los romances.
El problema de esta división radica en que se basa en datos y fechas cuya total demostración no ha sido previamente realizada, de forma que los datos aportados son meras suposiciones. Además tampoco existen pruebas concluyentes de que el romancero procede de la fragmentación de los cantares de gesta.
4.- EL CANTAR DE MÍO CID.
Estamos ante un cantar de gesta basado en la última parte de la vida del Cid, sin embargo los hechos narrados no son un relato fiel, sino una visión literaria para satisfacer los fines poéticos del relato.
4.1.- EL CID HISTÓRICO.
4.1.1.- COMO PERSONAJE REAL.
Los principales hechos históricos que no refleja el Cantar se refieren al hecho de que le Cid sirvió al rey moro de Valencia, al lado del cual luchó contra los cristianos y en particular contra Alfonso VI. Tampoco alude a su segundo destierro, sino que sólo habla de uno.
El interés que despertó su figura viene dado, según Deyermond, no sólo por su carácter guerrero sino porque era representante de una nueva clase social, la baja nobleza castellana, que subía puestos en el escalafón social; eran hombres que se pusieron al lado del rey Sancho y que tendían en poca estima a la nobleza leonesa y a la alta nobleza castellana. Tales hechos quedan reflejados en la procedencia leonesa de los infantes de Carrión y en la procedencia de García Ordóñez, que pertenecía a la alta nobleza castellana.
Todos los autores coinciden en señalar que el cantar participa en los que han llamado el “espíritu de frontera“, o la capacidad de mejorar en la situación social mediante el propio esfuerzo. No es de extrañar que se mitificara su figura como ideal de lo que el pueblo deseaba para sí.
4.1.2.- FUENTES HISTÓRICAS DE CONOCIMIENTO.
De entre las fuentes que nos han proporcionado datos del Cid destacan:
– Estoria de España. Se insertan datos obtenidos de una serie de noticias y leyendas reunidas por los monjes de San Pedro de Cardeña, donde está enterrado el Cid, con el fin de obtener ingresos para el monasterio procedentes de las limosnas de los peregrinos. Este libro ha sido fundamental para extender la imagen que hoy en día se tiene del Cid.
– Historia Roderici. Obra del XII, escrita en latín y más ajustada a la realidad histórica.
4.2.- EL CID EN LA LITERATURA MEDIEVAL.
Sólo dos obras se han conservado sobre Mío Cid, el libro que aquí estudiamos y las Mocedades de Rodrigo.
4.2.1.- LAS MOCEDADES DE RODRIGO.
Compuesta en la 2ª mitad del siglo XIV, se observan los rasgos de decadencia del género; se ha perdido la verosimilitud y se han introducido rasgos fantásticos como consecuencia, según Deyermond del menor conocimiento por parte del auditorio de la juventud del Cid por una parte, y por otra de la necesidad de mantener la atención ante un auditorio que ya conocía las hazañas de su vida madura.
El texto se conservó gracias a que fue copiado al final del manuscrito de la Crónica de los Reyes de Castilla. Aparece un Rodrigo pendenciero y se presta mucha atención a la intriga amorosa. Se sospecha que es producto de una imperfecta unión de dos cantares anteriores y que está copiada al dictado, lo que explicaría las deficiencias observables.
4.2.2.- OTROS TEXTOS CIDIANOS.
Aparte de los dos textos citados tenemos noticias y fragmentos de otras obras en las que el Cid juega un papel importante:
– Carmen Campidoctoris. Escrita por un compañero del Cid, entre 1093-1094, está escrita en latín y sólo se conservan los 129 primeros versos.
– Poema de Almería. También en latín y de 1147-1157. El Cid es una parte importante.
– Cantar de Sancho II. No se ha conservado en su versión primitiva, pero es fácilmente reconstruible por las crónicas y el romancero. Empieza con el cerco de Zamora y termina con la jura de Santa Gadea..
Es posible que existiesen otros textos sobre el Cid, que lo precedieran, sirvieran de base y explicasen la inserción de tradiciones locales de Gormaz y Medinaceli.
4.3.- DATOS EXTERNOS DEL CANTAR.
4.3.1.- FECHA Y ESTADO DE CONSERVACIÓN.
Manuscrito de fecha discutida, de 3730 versos al que le faltan la primera hoja y dos más en el interior -reconstruidas por las prosificaciones-.
A partir de la fecha de 1245 que aparece al final se han construido diversas teorías sobre su composición:
Menéndez Pidal. Utilizada en el libro considera el texto compuesto hacia 1140. La fecha de 1245 es en realidad 1345 (1307) y corresponde a la fecha en que lo copió Per Abbat.
A partir de 1950 se empieza a dar por buena la fecha de 1245 (1207) basándose en similitudes con textos franceses de la época.
Colin Smith apoya 1207 y justifica así las irregularidades históricas que aparecen.
Otros autores, Horrent, toman soluciones de compromiso y consideran que hubo varias redacciones.
4.3.2.- AUTORÍA E INFLUENCIA.
Existen teorías enfrentadas:
1º.- La que postula un autor popular, analfabeto, que empleaba las técnicas de composición oral y que improvisaba.
2º.- La que propugnan que el autor era una persona culta, letrada y que elaboró su texto por escrito, influido por modelos retóricos. Se admite que el autor se basa en material preexistente, tradicional u oral, pero que reelabora de una forma personal. Menéndez Pidal defendió dos posturas a lo largo de la vida:
– Primero afirmó que el autor era originario de Medinaceli, pues tanto este lugar como Gormaz los describe con profusión. Determinados dialectalismos confirmaban esta hipótesis.
– Posteriormente revisó los puntos de vista y afirmó que fueron dos los autores. El primero de Gormaz, que escribiría muy próximo a los hechos. El segundo, de Medinaceli, escribiría con mayor libertad imaginativa por estar más alejado de los hechos.
El primer juglar trazó el plan general y escribiría el Cantar del destierro completo y parte de los dos restantes. El segundo, hacia 1140, compondría el 3º y cambiaría aspectos del 2º, envileciendo a los Infantes de Carrión.
La versificación corrobora esta afirmación:
El primer juglar presenta gran variedad en las asonantes, emplea tiradas cortas, cuyo número total de versos suele ser menor de diez. El segundo juglar no busca asonancias difíciles y en consecuencia las tiradas son más largas.
Colin Smith afirma lo contrario. Coincide con él en que el juglar no es un clérigo (olvida el nombre del abad del Monasterio de Cardeña).
Deyermond afirma que fue un clérigo el autor y que estaba ligado al culto sepulcral desarrollado en Cardeña, sin embargo es difícil de probar.
Tanto Smith como Deyermond afirman que el autor no fue un juglar semianalfabeto, como afirma Pidal, puesto que el cantar tiene gran valor artístico y además manifiesta un conocimiento legal importante. Para ellos el autor sería un jurista y además no admiten la duplicidad de autores
Con respecto a la influencia francesa, hoy en día está aceptado que existen similitudes, pero nunca se podrá hablar de un calco de la épica francesa. Los puntos más importantes de unión serán:
– La repetición de “tantos”
– La fórmula “llorando de los ojos”.
– La oración de Jimena, que es idéntica a la francesa e introducida por causas que ya se vieron al hablar de los orígenes de la épica.
4.3.3.- DISPOSICIÓN EXTERNA Y ANÁLISIS INTERNO
Según Pidal lo dividiríamos en tres partes y si lo analizamos internamente hablaríamos:
ESTRUCTURA INTERNA.
Los críticos coinciden en señalar que el tema principal es la recuperación del honor por parte del protagonista, tanto en el plano público como en el privado.
Existirían otros temas secundarios, como el de la ascensión al poder del Cid, el del buen soldado, el de la integridad…
PERSONAJES
Según Dámaso Alonso los personajes están caracterizados principalmente por
– Sus acciones: Minaya, al no aceptar el botín queda definido como magnánimo.
– Reacciones ante los hechos de otros personajes. Episodio del león.
– Sus propias palabras. Martín Antolinez no pertenece a la clase popular burgalesa.
– Epítetos. “el que en buena hora ciñó espada”
La presentación de los mismos se hace con gran habilidad, no se amontonan y se les presenta en la actitud más característica (judíos). Además es destacable el hecho de que el autor nos muestra las evoluciones internas de los personajes (Cid y Rey).
Con respecto a los principales personajes estos son sus rasgos característicos:
CID.- Caracterizado sobre el modelo heroico pero cabe destacar el concepto de mesura, “sapientia et fortitudo”. Esto hace que encontremos al Cid con un perfil variado, no encuadrable en un personaje monolítico sin múltiple.
REY. Es el desencadenante de la acción (destierro y bodas). En el resto adopta una actitud pasiva, pues sólo se describen sus reacciones ante los hechos realizados por el Cid.
DOÑA JIMENA. Comparte con el Cid la vergüenza inicial y la honra posterior.
PERSONAJES SECUNDARIOS. Entre los que le acompañan al destierro cabe destacar a Minaya, brazo derecho del Cid y lo suficientemente independiente para aportar sus criterios. Entre los moros cabe destacar la utilización que se hace de ellos para aumentar la gloria del Cid. No existe muarofobia, y la mejor prueba de ello es que algunos son aliados del Cid.
ESTILO Y TÉCNICAS
Destaca la claridad, simplicidad y economía de estilo en la narración. Existe un tono arcaizante “e paragógica” que da solemnidad al texto. Otros rasgos destacables serían:
– La eufonía del poema, -rimas internas, aliteraciones-
– Selección del léxico, -latinismos y expresiones del ámbito eclesiástico y legal-
– Utilización de parejas de sinónimos.
– Uso de parejas inclusivas “la noche y el día = en todo momento”
– Paralelismos semánticos, sintácticos y anáforas.
– Uso de perífrasis verbales con distintos matices.
– Metáforas y sobre todo metonimias.
Con respecto al lenguaje del poema -castellano de la época con dialectalismos- destaca:
– Contraste entre las intenciones y los resultados.
– Expectación. Creada para mantener la atención del auditorio.
– Supresión de nexos en el relato para que el oyente mantenga una actitud activa ante el poema.
– Paralelismos. Tanto en los temas (honra del Cid en el plano familiar y político) como en los contenidos (se repiten reacciones, según el personaje, en distintas tiradas).
– Versos de encadenamiento. Ciertas paronomasias e incluso concatenaciones.
– Fórmulas de la voz narradora. Cierta teatralización y fórmulas exclamativas.
– Narrador omnisciente.
– Rima interna. Produce intensificación.
– Otras características del verso. Tiradas, irregularidades varias.
– Epítetos épicos. Generalmente asociados al héroe.
ARTE DEL POEMA. RASGOS Y OLVIDOS
Chasca destaca en el poema la utilización variada de tiempos verbales, incluso dentro de la misma tirada, que producen dinamicidad y variedad en el relato.
Destaca asimismo la utilización de rasgos simbólicos (barba mesada, pendones…) y de episodios humorísticos entre los que destaca el de las arcas de arena, el león…, y la inclusión de algunos olvidos, que Pidal consideraba como prueba de la doble autoría.
4.3.4.- MÍO CID COMO PRODUCTO DE SU TIEMPO.
A) VALOR HISTÓRICO: HISTORIA Y POESÍA EN EL CANTAR.
Según Pidal el carácter histórico se manifiesta en los siguientes aspectos:
– Personajes. Casi todos existieron realmente
– Detalles concretos. La mayoría son ciertos aunque existan imprecisiones.
– Lugares geográficos. Exactitud topográfica.
De esta historicidad surge el realismo enfrentado a la Chanson de Roland, sin embargo los hechos más importantes -el león, la aparición del arcángel- son datos no históricos, como demostró Deyermond.
Según Pidal la historicidad la daría la fecha de composición próxima a los acontecimientos, sin embargo esta se debe, según Colin Smith, a la inserción de noticias extraídas de documentos de la obra para darle verisimilitud.
B) DIFUSIÓN Y ÉXITO DEL POEMA.
Tuvo enorme influencia y fue imitado en algunos episodios del Poema de Fernán González; posteriormente fue sometido a continuas prosificaciones y refundiciones, y de ellas surgieron romances. Las versiones llegan hasta hoy en día -Marquina, Salinas- y llega incluso a Corneille.
C) VALOR NACIONAL.
Discutible interpretación mediatizada y utilizada políticamente en muchos casos.
[i]Revisar su interpretación en HCLE suplemento I, págs: 71-77
[ii] Ver Deyermon HLE, págs 100-101
[iii] Ampliar y corregir por otros temas.
[iv]Conviene mirar otras clasificaciones por etapas y rehacer la existente.

Joan Margarit. No tires las cartas de amor

Ángel González. Aquí Madrid, 1954

Ángel González. Me basta así.

Benedetti. Hagamos un trato

Dámaso Alonso. ¿Cómo era?
