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ToggleExpresión de la duda, la hipótesis y el contraste
Antes de pasar a la exposición propiamente dicha, me gustaría poner de manifiesto algunas consideraciones acerca de la formulación y el título de este tema y otros análogos en el cuestionario de oposición.
El enunciado de este tema responde a los objetivos que se ha marcado la LOGSE en la enseñanza de LCL. En vez de partir de categorías gramaticales preestablecidas, como oraciones interrogativas o condicionales, se parte de las diferentes funciones informativas del mensaje: expresión de la duda, la hipótesis y el contraste. Esta formulación, además de resultar más exhaustiva (pues permite hacer referencia a otros modos menos habituales de expresar estos contenidos), es más adecuada para imprimir al estudio de la gramática el enfoque comunicativo que la LOGSE se ha propuesto. En el actual sistema educativo el conocimiento de la gramática, sobre todo en la ESO, ya no constituye tanto un fin en sí mismo, cuanto un instrumento que colabore en el desarrollo de la competencia comunicativa del alumno. Es por ello por lo que estos temas aparecen encabezados por títulos que, en principio, pueden resultarnos poco familiares.
Pasemos pues al desarrollo del tema propiamente dicho.
EXPRESIÓN DE LA DUDA
Podemos definir la duda como un estado de indeterminación. Su expresión está a medio camino entre la afirmación y la negación. Como veremos, la duda puede expresarse principalmente mediante dos modalidades oracionales, que se corresponden con lo que la gramática tradicional denominaba: oraciones dubitativas e interrogativas.
La oración dubitativa presenta las siguientes características:
- Desde el punto de vista fónico, según N. Tomás, pese a ajustarse al esquema entonativo de la aserción, suelen presentar una menor rotundidad o definición en su tonema de cadencia.
- Es habitual el uso de verbos de duda o temor que rigen una subordinada completiva: Temo que no venga, Dudo que me llamen.
- Existen adverbios especializados que suelen comparecer en las dubitativas: quizá, acaso, tal vez.
- Los modos verbales más adecuados para la expresión de la duda son el subjuntivo y el condicional: Serán las diez. Puede ser utilizado sin que ningún adverbio o subordinación esté presente, expresa una duda menos radical que el subjuntivo.
- Existen además perífrasis especializadas en la construcción de enunciados dubitativos: Deber de + infinitivo, poder que + infinitivo o subordinada sustantiva.
El otro modo de expresión de la duda es la oración interrogativa. Esta expresa una duda acerca del contenido total o parcial de la proposición enmarcada por el tonema de anticadencia, y demanda información para esclarecer dicha duda. Todo enunciado interrogativo es un acto de habla, es performativo, ello quiere decir que es autorreferencial y, por consiguiente, no es evaluable desde un punto de vista veritativo; más que informar, una pregunta trata de mover a la acción a nuestro interlocutor. Por ello no tiene sentido plantearse la verdad o falsedad de un enunciado interrogativo, sino su éxito: si desencadena el efecto perlocutivo deseado y el otro satisface nuestra demanda informativa, o su fracaso.
Como ya hemos insinuado, distinguimos desde el punto de vista gramatical dos tipos básicos de interrogativas:
- Totales. Expresan una duda acerca de la totalidad del enunciado: se pregunta si el sujeto conviene o no al predicado, ¿Está Lulo? Solo pueden ser respondidas con sí o no.
- Parciales. En las parciales la duda se focaliza en un componente del enunciado. Se solicita más información sobre un hecho que se conoce de modo incompleto. Son fáciles de reconocer pues siempre aparecen encabezadas por una unidad tónica en la que se focaliza la pregunta. No pueden ser contestadas con sí o no.
Hay que hablar también de las llamadas interrogativas indirectas. Oraciones transpuestas a categoría sustantiva y regidas por un verbo dicendi o de saber. Pueden ser de dos tipos:
- Procedentes de interrogativas parciales: No sé cuánto cuesta.
- Procedentes de interrogativas totales, en las que el transpositor es el si completivo: No sé si Luís ha ido a la fiesta.
Finalmente, habría que mencionar dos tipos de interrogativas con unas características comunicativas muy peculiares:
- Interrogación fática o metadiscursiva, que inquiere acerca de si el proceso comunicativo se está desarrollando de un modo satisfactorio: ¿Sabes?, ¿Entiendes?
- Interrogaciones retóricas, que, pese a su apariencia, no constituyen una pregunta desde el punto de vista pragmático, sino una afirmación de lo contrario de lo que se enuncia, o negación: ¿Acaso vamos a consentir este abuso? = no podemos consentir este abuso.
LA HIPÓTESIS
El principal mecanismo de que dispone nuestra lengua son las oraciones condicionales. Son proposiciones transpuestas a categoría adverbial por la conjunción si y funcionan como es natural en calidad de CC. Pertenecen a lo que Alarcos denomina subordinadas adverbiales impropias, pues, pese a implicar un contenido y función circunstanciales, no son conmutables por un adverbio. La oración principal recibe el nombre de apódosis y la subordinada prótasis. La prótasis expresa una condición de cuyo cumplimiento depende la realización de lo enunciado por la principal.
Atendiendo al tiempo de la prótasis y a su significado, distinguimos:
- Hipótesis de cumplimiento probable: prótasis en indicativo, apódosis en futuro. Si esto no se arregla iremos por lo legal. Reales.
- Hipótesis de cumplimiento improbable: prótasis en pretérito de subjuntivo, apódosis en condicional. Si estuviese lo invitaría. Irreales.
- Hipótesis de cumplimiento imposible: prótasis en pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo. Si hubiera sido yo lo habría despellejado. Relación imposible.
Es importante la consecutio temporis, pues existen formas incompatibles con determinadas formas: así con el primer tipo, si la prótasis va en presente, la apódosis debe ir en presente, futuro o condicional, nunca en pasado. La apódosis jamás irá en pretérito anterior ni en pluscuamperfecto de subjuntivo.
Nexos: si, cuando (Cuando el río suena, agua lleva), como (Como no me sujetes me caigo), a condición de que (Te lo presto a condición de que me lo devuelvas), a menos que (No te lo daré a menos que me lo digas), siempre que (Entraréis siempre que llevéis el carnet), siempre y cuando (Puedes salir, siempre y cuando estés en casa a las siete).
Otros recursos para expresar hipótesis son las perífrasis modales de probabilidad: poder que + subordinada sustantiva. Las subordinadas regidas por una estructura atributiva cuyo predicado nominal es probable, posible: Es posible que esté loco.
En ocasiones el transpositor como también introduce oraciones condicionales: Como sigas bebiendo tanto, terminarás del hígado.
La hipótesis también se puede expresar mediante oraciones interrogativas totales que introducen si con un sentido enfático y encarecedor: ¿Si seré yo idiota? = ¿Seré yo idiota?
EXPRESIÓN DEL CONTRASTE
Puede definirse el contraste como la contraposición o diferenciación notable entre dos realidades. Para que el contraste sea posible es necesario que existan al menos dos miembros semejantes en algún punto. Puesto que es esencial la existencia de dos miembros para que haya contraste, es lógico que los principales mecanismos para expresarlo sean la coordinación y la yuxtaposición.
La coordinación
Es el procedimiento gramatical consistente en enlazar dos unidades equifuncionales que pueden ser sintagmas, grupos sintagmáticos u oraciones, mediante un conector que lexicaliza esa unión. En función del contenido léxico de ese conector distinguimos: copulativa, disyuntiva, adversativa. Veamos cómo se expresa el contraste en algunas de esas construcciones.
- Copulativas. En principio este modo de coordinación no indica de por sí contraste, simplemente indica adición. Ahora bien, si uno de los elementos del conjunto reviste opuesto al del otro (por ejemplo, negación/ausencia de negación), es evidente que se estará expresando un contraste, y al fin y al cabo esto solo es posible gracias a que la coordinación permite que ambos elementos estén presentes. Como sabemos los principales nexos copulativos son: y, e, ni. Lo busco y no lo encuentro.
- Disyuntivas. Los elementos en relación presentan como realidades alternativas. La conjunción más usada es o, u (ante vocal). Existen dos tipos de disyuntivas: las excluyentes (O te callas o te vas) y las incluyentes (El rey o soberano).
- Adversativas. Los segmentos enlazados aparecen contrapuestos semánticamente: las hay restrictivas (Es fuerte pero vago) y excluyentes (No es inteligente sino muy petulante).
La yuxtaposición
Consiste en enlazar dos elementos equifuncionales, que también conservan su independencia sin que exista un conector de por medio. En estos casos el contraste viene dado por el contenido de los miembros yuxtapuestos, aunque en ocasiones existen elementos iterativos que lo refuerzan y cohesionan el discurso: Unos le tenían en mucho; otros en poco; quien por visionario; quien por loco. Las gramáticas tradicionales las consignan como coordinadas distributivas: los correlatos pueden ser de diferente naturaleza (adjetivos, adverbios, etc.). Otros correlatos: Primero pasó por mentiroso, después por un líder. En una parte lo maldecían, en otra lo vitoreaban.
La subordinación
Se puede decir que otro modo de expresar contraste son las subordinadas comparativas: Juan es más alto que Raúl. Estas oraciones se caracterizan porque el término que se compara va provisto de un cuantificador. El segundo término de la comparación se expresa mediante una secuencia subordinada encabezada por que, la cual confiere a la proposición una función de adyacente del núcleo (base de la comparación) o del cuantificador si este va solo, apareciendo integrada en el sintagma y por tanto en función suboracional. Como podemos observar su naturaleza es más próxima a la de las subordinadas adjetivas que a la de las adverbiales entre las que la gramática tradicional solía incluirlas.
CONCLUSIÓN
Como podemos observar, la expresión de todas estas modalidades del enunciado está en función de elementos gramaticales, pero también de factores semánticos y aún extralingüísticos o pragmáticos. Es por esto por lo que la LOGSE ha decidido otorgar a la enseñanza de la lengua un enfoque comunicativo en el que se pongan de manifiesto, no solo las características intrínsecas de los mensajes, sino también sus condiciones de adecuación al contexto en el que se producen. Sin perder de vista la gran incidencia que estos elementos contextuales tienen en el sentido último del mensaje.
Procedente de Proyecto Aula. Autor: Miguel Castro
Autor
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Miguel Castro Vidal es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo y profesor de enseñanza secundaria. Ha trabajado como preparador en CEN oposiciones (Madrid) y como profesor de ELE en el Estado de Luisiana durante siete años (cursos 2004-2005 y cursos 2009-2015). Profesor, antiguo socio y cofundador de Casa de España, New Orleans LLC, ha colaborado con Santillana en la elaboración del libro de texto Fans del Español Middle School.
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En los últimos tiempos, ha dedicado parte de sus energías y esfuerzos a la dinamización cultural y la animación a la lectura desde el ámbito de la biblioteca escolar. Ha sido responsable del Plan Lector del IES San Cristóbal de los Ángeles (Madrid) y coordina, desde 2018, el Proyecto de Biblioteca Escolar “Leonautas” de su centro, el IES Leopoldo Alas “Clarín” (Oviedo).





