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Introducción: sintagma, enunciado y oración
Tradicionalmente, se definía la oración como la unidad mínima de comunicación, forma más pequeña de mensaje o elemento mínimo con sentido completo. No obstante, si observamos nuestra actuación lingüística cotidiana, comprobamos que esta definición no se ajusta demasiado a la realidad. Continuamente utilizamos para comunicarnos mensajes que no alcanzan el estatuto de oración y que, sin embargo, son plenamente eficaces en los procesos de intercomprensión:
- Buenas noches
- ¡Qué tiempos aquellos!
- ¡El timbre!
Partiendo de estos hechos, las gramáticas estructurales introducen junto al concepto de oración, dos nuevas unidades de análisis: el enunciado y el sintagma.
Es enunciado toda secuencia de signos proferida por un hablante y acompañada por un determinado contorno melódico o curva de entonación. Todo enunciado posee las siguientes características:
- Son mensajes cabales en una situación dada, es decir, constituyen una unidad de contenido.
- Son secuencias fónicas enmarcadas entre dos pausas.
- Son solidarias de una curva de entonación.
La extensión del enunciado es variable. La unidad mínima susceptible de constituir un enunciado es el sintagma: mínima unidad entonativa posible. En función de los tipos de sintagmas que conforman un enunciado, distinguimos dos clases de enunciados:
- Enunciados frásticos: aquellos constituidos exclusivamente por sintagmas nominales.
- Enunciados oracionales: aquellos constituidos por, al menos, un sintagma verbal.
En este tema nos ocuparemos del estudio de los enunciados oracionales.
Constituyentes de la oración
Como hemos dicho, la oración se caracteriza por la presencia de, al menos, un sintagma verbal. Dicho sintagma funciona como núcleo de la oración al que se subordinan el resto de los componentes de la oración. Tenemos, en consecuencia, dos tipos básicos de componentes oracionales: núcleo y adyacentes.
- Núcleo: es un elemento constante e imprescindible para que exista oración.
- Adyacentes: son elementos variables y potestativos, cuya desaparición no conlleva la supresión de la estructura oracional.
El sintagma verbal implica en sí mismo una estructura oracional. Ello puede observarse en la siguiente serie de oraciones que proponemos como posibles respuestas al enunciado interrogativo ¿Qué hace el niño?
- El niño escribe en su cuarto una carta a su amigo.
- El niño escribe una carta a su amigo.
- El niño escribe una carta.
- Escribe una carta.
- Escribe.
Como vemos, la supresión de términos adyacentes supone la eliminación de datos que pueden no interesar a los interlocutores, pero no modifica en lo esencial la estructura oracional. Esta se mantiene siempre y cuando comparezca el núcleo: el sintagma verbal.
Esto se debe a que el sintagma verbal en su estructura interna comporta los dos componentes esenciales para que se dé la relación predicativa: el sujeto y el predicado. Todo verbo en forma personal está formado por:
- Un lexema que expresa el predicado.
- Unos morfemas, entre los cuales se encuentran los de número y persona que constituyen el sujeto gramatical al que ese predicado se refiere.
- Estos dos componentes se encuentran unidos por una relación de interdependencia.
Analizado el núcleo oracional, pasemos a consignar cuáles son los elementos adyacentes que pueden aparecer en una oración:
- Sujeto léxico: cuando no es posible identificar el referente al que nos remite el sujeto gramatical, éste se explicita mediante un sustantivo o pronombre que concuerda en número y persona con él.
- Complemento directo: si la amplitud referencial del lexema del verbo requiere una especificación que lo aclare, se añade un sustantivo que suele ir postpuesto y que, al ser elidido por consabido, deja los referentes pronominales átonos: lo, los, la, las. Puede ir precedido por preposición.
- Suplemento: en ocasiones el verbo exige que el sustantivo que especifique la referencia de su lexema aparezca precedido por una preposición, tales verbos suelen ser pronominales. La función de suplemento se distingue por dejar como referente, si la elidimos por consabido, la preposición más un pronombre tónico. Hablan de política. Hablan de eso. En principio, las funciones de suplemento y complemento directo se excluyen en una misma oración. Sin embargo, existen excepciones, como la denominada por Alarcos suplemento indirecto: Basó su teoría en una hipótesis errónea.
- Complemento indirecto: alude al destinatario de la acción que denota el lexema verbal (preposición a o para). Si lo elidimos por consabido, deja el referente pronominal le, les. Es una función de categoría sustantiva.
- Complemento circunstancial: función de categoría adverbial, añade información acerca de las circunstancias en las que se realiza la acción denotada por el verbo. Si se elide por consabido, deja un adverbio como referente. Eliminar un complemento circunstancial de una oración no suele desencadenar cambios de significado, a no ser en el caso de los llamados aditamentos internos.
- Atributo: algunos verbos presentan un lexema de alusión tan extensa que requieren la presencia de un adyacente para poder concretar dicha referencia. Estos verbos son ser, estar y parecer. El adyacente que concreta su referencia es de categoría neutra, el atributo, y deja como referente al elidirlo por consabido el referente invariable: lo.
Estratificación del predicado
Un análisis del predicado muy interesante es el propuesto por I. Bosque, quien establece una jerarquía entre los diversos complementos en función de su nivel de inserción en el sintagma verbal:
- Nivel de los argumentos: complementos que modifican directamente al verbo. Son elementos directamente seleccionados o regidos por el verbo, previstos por sus características léxicas, apareciendo más estrechamente vinculados a él que ningún otro complemento. Un verbo como nacer exige la presencia de un elemento que designe la persona o cosa que nace; tener, en cambio, exige la presencia de dos sintagmas: uno que designe la cosa que se tiene y otro que designe al poseedor. Formarían parte de este nivel de inserción el complemento directo, el complemento indirecto, el complemento de régimen y el complemento agente. La comparecencia de los argumentos no es rigurosamente obligatoria; en determinados usos puede prescindirse de ellos.
- Nivel de los aditamentos: complementos que inciden sobre el conjunto del verbo y sus argumentos. No vienen exigidos por el núcleo verbal. A este nivel pertenecen los complementos circunstanciales, determinados tipos de complementos indirectos como el dativo de interés o el le expletivo, también los predicativos no exigidos por el verbo.
- Nivel periférico del sintagma verbal: complementan al conjunto formado por todos los anteriores. Son los complementos que aparecen en posición incidental. Mayoritariamente, tienen la función de fijar el marco o universo de discurso en el que se produce lo expresado por el enunciado. Se distinguen: tópicos (A propósito de tu madre, hace tiempo que no la veo), modalizadores de la oración (Desgraciadamente, somos pocos para concursar), modalizadores de la enunciación (De verdad, ¿tienes frío?) y marcadores de relación del discurso (Está lloviendo, por lo tanto, es mejor que no salgas).
Estructuras oracionales
Diferenciamos dos grandes grupos de estructuras oracionales: atributivas y predicativas.
Estructuras atributivas
Las estructuras atributivas son aquellas constituidas por un verbo copulativo y un atributo. En realidad, una estructura atributiva no es más que una construcción predicativa disjunta:
- El café es amargo.
- El café amarga.
De este supuesto parte algunos gramáticos al considerar que el núcleo de un predicado nominal está formado por el verbo y el atributo. Desde esta perspectiva, el verbo vendría a ser una especie de auxiliar del atributo, ya que únicamente comporta un contenido gramatical, siendo el atributo el portador de la carga léxica de la construcción. Los verbos copulativos son, como sabemos, ser, estar, parecer y quedarse.
Otra posibilidad de análisis es la de aquellos que consignan como núcleo del predicado nominal al atributo, desempeñando el verbo la función de cópula, unión entre sujeto y predicado.
Construcciones focalizadas u oraciones ecuacionales
Entre las estructuras atributivas, habría que mencionar un caso especial, el de las construcciones focalizadas u oraciones ecuacionales. En ellas se convierte en foco informativo un componente al que desde el punto de vista canónico no le correspondería esa posición:
- Hablan de política.
- De política es de lo que hablan.
Este tipo de construcciones se suelen utilizar para verificar el estatuto funcional de algún adyacente:
- Hablan de política (suplemento);
- Hablan de corrido (aditamento);
- De política es de lo que hablan (suplemento);
- De corrido es como hablan (aditamento).
Estructuras cuasicopulativas
Hay que considerar la existencia de unas estructuras híbridas, a medio camino entre la predicativa y la atributiva. Son las llamadas cuasicopulativas. Estas se corresponden ni más ni menos que con aquellas que constan de un predicativo del sujeto o del complemento directo. Se puede decir que estas oraciones son el resultado de la suma de una estructura predicativa y otra atributiva:
- Pepe se casó joven. = Pepe se casó + Pepe era joven.
En algunos casos, estas construcciones presentan un claro paralelismo con las puramente atributivas, requiriendo el verbo la presencia del predicativo para adquirir un significado: Juan se volvió loco, *Juan se volvió. En otras ocasiones, la situación es distinta y el predicativo aparece como un elemento del que podríamos prescindir: Vio la película sentado. En todo caso, la cuestión parece determinada por el régimen verbal.
Estructuras pasivas
Finalmente, habría que mencionar las estructuras pasivas. Acerca de ellas ha habido abundantes controversias. Hay quienes consideran la voz como un morfema del verbo español. Desde el punto de vista funcionalista se defiende que la oración pasiva equivale a una estructura atributiva ordinaria:
- Catalina fue criada en su casa.
Esta oración puede ser interpretada como construcción pasiva o activa atributiva sin necesidad de alterar su estructura.
Sin embargo, la pasividad puede ser expresada también mediante estructuras predicativas: tal es el caso de las pasivas reflejas:
- Se construyen casas.
Estructuras predicativas
Estas son, simplemente, aquellas que no presentan como núcleo un verbo copulativo. Dentro de ellas se pueden distinguir varias subcategorías:
- Transitivas: son aquellas susceptibles de recibir un complemento directo.
- Intransitivas: aquellas que no presentan complemento directo.
Durante cierto tiempo, se consideró que la transitividad/intransitividad eran propiedades inherentes al verbo. Sin embargo, parece ser que la transitividad o intransitividad de un verbo depende, más bien, de las intenciones comunicativas del emisor. De hecho, en determinados usos del lenguaje, verbos canónicamente intransitivos pueden recibir un complemento directo: Me nacieron en Zamora.
Otras subcategorías en las estructuras predicativas
- Oraciones reflexivas: son aquellas en las que sujeto y objeto apuntan al mismo ente. María se lava. Junto a ellas están las llamadas reflexivas indirectas, en las que sujeto y complemento indirecto coinciden: María se lava el pelo.
- Oraciones impersonales: son aquellas que ignoran u ocultan su sujeto léxico. Se consideraba la impersonalidad algo inherente a determinados tipos de verbos: unipersonales. Es cierto que estos son más proclives a aparecer sin sujeto que otros. No obstante, en ocasiones pueden recibir un sujeto: Llovían puñadas y mojicones. Esto ha llevado a pensar que la impersonalidad de una oración depende en última instancia de la intención comunicativa de los hablantes. Cualquier verbo se puede impersonalizar haciendo uso de la no-persona y el reflexivo se.
Modalidades oracionales
Al principio del tema atribuíamos al enunciado la característica esencial de aparecer siempre asociado a una determinada curva de entonación o contorno melódico. Dicha curva de entonación es un elemento pertinente desde el punto de vista fonológico, en función del cual varía el significado de la secuencia. El contenido que nos aporta la entonación hace referencia a la actitud del hablante hacia los hechos que comunica: la modalidad del enunciado.
Existen tres modalidades esenciales:
- Asertiva: afirmaciones, negaciones y suposiciones. Función referencial. Tonema de cadencia.
- Interrogativa: la modalidad interrogativa se corresponde a grandes rasgos con la interrogación, en la que el emisor demanda información del receptor (función apelativa). Existen dos tipos de interrogativas:
- Focalizadas: son aquellas encabezadas por un relativo tónico. Demandan información acerca de un elemento concreto del enunciado: ¿Cuándo llega Felipe?
- Totales: la interrogación afecta a todo el enunciado: solo pueden responderse con una afirmación o una negación: ¿Está aquí Felipe?
Hemos dicho que la interrogación supone, a grandes rasgos, una pregunta, con esto quiero dar a entender que esto no siempre es así, existen excepciones como las interrogaciones retóricas que desde el punto de vista pragmático no implican una pregunta, sino una afirmación contraria al contenido del enunciado interrogativo: ¿Vamos a consentir que nos insulten? Por lo demás, la oración interrogativa se caracteriza por su tonema de anticadencia.
- Exclamativa: se caracteriza por un tonema de suspensión. Mediante ella el hablante enfatiza lo que comunica, confiriéndole bien una función expresiva, bien apelativa.
La proposición
Como sabemos, la gramática funcional distingue los siguientes tipos de oraciones atendiendo a su estructura y a las relaciones entre sus sintagmas verbales:
- Oración simple: son aquellas que solo presentan un núcleo oracional.
- Oración compuesta: son las que presentan varios núcleos coordinados o yuxtapuestos. Una oración compuesta está, en consecuencia, conformada por varias oraciones autónomas.
- Oración compleja: aquella en la que existe más de un sintagma verbal. De todos ellos solo uno se erige en núcleo del conjunto, el resto aparecen subordinados a este sintagma nuclear mediante transposición a categoría nominal, convirtiéndose en la tradicional oración subordinada.
El término proposición suele aparecer vinculado a gramáticas de corte tradicional, y procede de la lógica. Hay que decir que se trata de un término bastante equívoco, pues los gramáticos lo utilizan con diferentes sentidos. Así, algunos gramáticos incluyen en lo que entienden por proposición tanto a las oraciones subordinadas como a las coordinadas en todas sus modalidades. Otros, y esta es la concepción más extendida y que nosotros adoptaremos, equiparan la proposición a la oración subordinada. Siguiendo esta línea podemos definir la proposición como aquella oración que, debido al procedimiento de la transposición, adquiere categoría nominal y funciona, por tanto, como adyacente del núcleo verbal del conjunto. La transposición es un mecanismo utilizado por la lengua para suplir sus propias carencias léxicas en determinados ámbitos de referencia.
Principales proposiciones
- Sustantivas: que, Me molesta que llegues tarde; si, Dime si vendrás; relativos tónicos, relativos con artículo sin antecedente.
- Adjetivas: que. Especificativas y explicativas.
- Adverbiales:
- Propias: temporales, locativas y modales.
- Impropias: causales, finales, condicionales, concesivas, consecutivas.
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Autor
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Miguel Castro Vidal es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo y profesor de enseñanza secundaria. Ha trabajado como preparador en CEN oposiciones (Madrid) y como profesor de ELE en el Estado de Luisiana durante siete años (cursos 2004-2005 y cursos 2009-2015). Profesor, antiguo socio y cofundador de Casa de España, New Orleans LLC, ha colaborado con Santillana en la elaboración del libro de texto Fans del Español Middle School. En los últimos tiempos, ha dedicado parte de sus energías y esfuerzos a la dinamización cultural y la animación a la lectura desde el ámbito de la biblioteca escolar. Ha sido responsable del Plan Lector del IES San Cristóbal de los Ángeles (Madrid) y coordina, desde 2018, el Proyecto de Biblioteca Escolar “Leonautas” de su centro, el IES Leopoldo Alas “Clarín” (Oviedo).
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