Lorca. Son de negros en Cuba.

El 4 de marzo de 1930 GL viajó Cuba, invitado por la Sociedad Hispano-Cubana de Cultura, donde impartió, a lo largo de sus tres meses de estancia, una serie de conferencias que le granjearon grandes éxitos de público y crítica. Y frente al mundo deshumanizado de la sociedad neoyorquina, el país caribeño le resultó mucho más grato, tanto por el carácter de sus gentes, como por el clima, el idioma y la mayor libertad sexual que no discriminaba la homosexualidad. De hecho, según recoge Ian Gibson, escribió a sus padres: “Habana es una maravilla, tanto la vieja como la moderna. Es una mezcla de Málaga y Cádiz, pero mucho más animada y relajada por el trópico. El ritmo de la ciudad es acariciador, suave, sensualísimo, y lleno de un encanto que es absolutamente español, mejor dicho, andaluz.” [cf. Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca (1898-1936). Barcelona, Plaza&Janés, 1998, pág. 416). Finalmente, el 12 de junio de 1930 Garcia Lorca abandonó Cuba para regresar a España. Y este poema es el único que no escribió en EE. UU.

Lorca. Romance de la luna, luna.

Este poema pone de manifiesto el concepto de Romancero nuevo, hecho por poetas a imitación de los antiguos. En este caso, al igual que muchos romances tradicionales, es narrativo pero incluye una serie de imágenes de una modernidad absoluta bajo una forma tradicional

Lorca. Amor, amor

Este poema se incluye en Amor de don Perlimplín y Melisa en su jardín, obra escrita por Lorca en 1931