Fray Luis de León. Oda a la vida retirada

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By Víctor Villoria

El tema central de Oda a la vida retirada es la defensa de la vida aislada entendida como una existencia sencilla y lejos de las preocupaciones del poder, la riqueza y la fama. Fray Luis de León propone que la auténtica felicidad reside en alejarse del mundanal ruido y refugiarse en el recogimiento interior y la contemplación de la naturaleza. El poeta presenta el retiro no como un simple aislamiento, sino como una opción consciente y sabia que permite encontrar la paz, la libertad y un equilibrio profundo con uno mismo y con el entorno. A través de imágenes como el huerto, la fuente o el rumor de los árboles, la naturaleza aparece como símbolo de serenidad y como escenario propicio para el autoconocimiento y el cultivo del espíritu.

Leyendo este poema, hay que atender a varias claves de lectura. Por un lado, destaca el contraste entre el mundo exterior —agitado, superficial y competitivo— y el mundo interior —sosegado, libre de ambición y pleno de sentido—. La oda muestra cómo la renuncia a la ostentación y al reconocimiento público conduce a una felicidad más auténtica, donde el sabio se basta a sí mismo y vive en consonancia con la naturaleza. Además, el poema está impregnado de una filosofía estoica y cristiana: invita a moderar las pasiones, a despojarse de deseos vanos y a encontrar la satisfacción en las cosas simples y en la propia conciencia. Finalmente, la voz poética reivindica la importancia del retiro y el silencio como vías para la realización personal, lanzando un mensaje que, siglos después, sigue teniendo plena vigencia: la plenitud se alcanza en la paz interior y no en la agitación del mundo exterior.

¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro , en jaspes sustentado!

No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento ,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado ?

¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.

Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.

Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido .

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.

Del monte en la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.

Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.

El aire del huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido.

Téngase su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.

La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.

A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.

Y mientras miserable-
mente se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.

A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.

Fray Luis de León, Oda I

Autor

  • yo e1742729738464

    Hola. Soy Víctor Villoria, profesor de Literatura actualmente en la Sección Internacional Española de la Cité Scolaire International de Grenoble, en Francia. Llevo más de treinta años como profesor interesado por las nuevas tecnologías en el área de Lengua y Literatura españolas; de hecho he sido asesor en varios centros del profesorado y me he dedicado, entre otras cosas, a la formación de docentes; he trabajado durante cinco años en el área de Lengua del Proyecto Medusa de Canarias y, lo más importante he estado en el aula durante más de 25 años intentando difundir nuestra lengua y nuestra literatura a mis alumnos con la ayuda de las nuevas tecnologías. Ahora soy responsable de esta página en la que intento seguir difundiendo nuestra literatura. ¡Disfrútala!

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