El texto descriptivo para Bachillerato

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By Víctor Villoria

El texto descriptivo para Bachillerato

¿Has observado alguna vez cómo una simple frase puede transportarte a un lugar lejano, hacerte visualizar a una persona nunca conocida o hacerte sentir el aroma de una comida que jamás has probado? Esta magia del lenguaje tiene un nombre: la descripción. Se trata de uno de los recursos comunicativos más poderosos y versátiles que posee la lengua castellana, capaz de convertir las palabras en ventanas hacia realidades tangibles e intangibles, concretas y abstractas, reales e imaginarias.

La descripción constituye un pilar fundamental no solo en la creación literaria, sino también en la comunicación cotidiana, académica y científica. Su dominio permite desarrollar competencias comunicativas esenciales que trascienden el ámbito educativo para convertirse en herramientas vitales en el mundo profesional y personal. A lo largo de este estudio, exploraremos los diversos tipos de descripción según la intención del emisor, analizaremos las modalidades descriptivas basadas en el elemento descrito, y examinaremos en profundidad los tres planos fundamentales del lenguaje descriptivo: léxico, morfológico-sintáctico y textual.

Definición y características principales de la descripción

La descripción se define como una modalidad textual que consiste en la representación verbal de las características y propiedades de personas, objetos, lugares, fenómenos o conceptos abstractos. Su propósito fundamental es permitir al receptor recrear mentalmente aquello que se describe, estableciendo un puente entre la realidad observada por el emisor y la imaginación del destinatario.

Las características esenciales de la descripción incluyen su capacidad para poner en palabras las ideas que un emisor tiene en mente sobre algo específico. Este proceso requiere que el descriptor conozca profundamente aquello que pretende describir, de manera que la representación resulte lo más certera y verosímil posible. La descripción no necesariamente debe ser exhaustiva; más bien, se caracteriza por enumerar los rasgos más importantes y significativos del objeto de estudio.

Una de las cualidades más notables de la descripción es su flexibilidad modal: puede ser objetiva, cuando se atiene a describir la realidad sin dejar entrever las valoraciones personales del autor, o subjetiva, cuando transmite las impresiones, emociones y sentimientos que provoca en el emisor. Esta dualidad permite que la descripción se adapte a múltiples contextos comunicativos, desde los más rigurosos y científicos hasta los más creativos y artísticos.

Según la intención del emisor

La clasificación de la descripción según la intención comunicativa del emisor constituye uno de los criterios más importantes para comprender las diferentes modalidades descriptivas. Esta clasificación se fundamenta en el grado de objetividad o subjetividad que el autor incorpora en su representación de la realidad.

Descripción objetiva

La descripción objetiva se caracteriza por presentar la realidad tal como es, sin incorporar valoraciones, opiniones o emociones personales del emisor. Su finalidad es proporcionar información precisa, verificable y comprobable sobre aquello que se describe. Este tipo de descripción predomina en textos científicos, técnicos, académicos y periodísticos informativos.

Las características lingüísticas de la descripción objetiva incluyen el empleo de un lenguaje denotativo, es decir, que utiliza las palabras en su sentido literal y directo. Predominan los adjetivos especificativos que aportan datos concretos y verificables, evitando los adjetivos valorativos o emocionales. El registro empleado suele ser formal y técnico, y la estructura sintáctica tiende a ser clara y ordenada.

Ejemplos de descripción objetiva

Un ejemplo típico de descripción objetiva sería: «El edificio mide 25 metros de altura, posee ocho plantas, fachada de ladrillo rojo y ventanas rectangulares de aluminio blanco. Su construcción data de 1985 y alberga 32 viviendas distribuidas en cuatro por planta». En este caso, todos los elementos descriptivos son verificables y medibles, sin incorporar valoraciones estéticas o emocionales.

Descripción subjetiva

La descripción subjetiva transmite la manera particular en que el emisor percibe y siente aquello que describe. No se limita a presentar datos objetivos, sino que incorpora las emociones, valoraciones, impresiones y criterios personales del descriptor. Este tipo de descripción es característico de los textos literarios, autobiográficos y artísticos.

El lenguaje de la descripción subjetiva es fundamentalmente connotativo, empleando palabras que han pasado por el filtro de la subjetividad y que no reflejan la realidad de forma directa. Abundan los recursos literarios como metáforas, comparaciones, hipérboles y sinestesias, que enriquecen la expresividad del texto y generan efectos estéticos en el receptor.

Ejemplos de descripción subjetiva

Un ejemplo de descripción subjetiva sería: «El majestuoso edificio se alzaba como un gigante silencioso, sus ventanas brillaban como diamantes bajo la caricia dorada del sol poniente, mientras sus muros de ladrillo susurraban historias de generaciones que habían encontrado refugio entre sus paredes acogedoras». Aquí observamos cómo el lenguaje trasciende la mera información para crear una atmósfera emocional y estética.

Según el elemento descrito

La clasificación de la descripción según el elemento que constituye su objeto de estudio permite identificar modalidades específicas que han desarrollado características propias a lo largo de la tradición retórica y literaria. Cada tipo de descripción posee convenciones, recursos y estructuras particulares que la definen y la distinguen de las demás.

Topografía

La topografía constituye la descripción detallada de lugares, paisajes y espacios físicos. Su objetivo es recrear las características geográficas, arquitectónicas y ambientales de un determinado entorno, permitiendo al receptor visualizar y ubicarse mentalmente en el espacio descrito. Esta modalidad descriptiva resulta fundamental en géneros como la literatura de viajes, la novela histórica y la poesía paisajística.

Las características lingüísticas de la topografía incluyen el abundante uso de adverbios de lugar (aquí, allí, cerca, lejos, arriba, abajo) que establecen relaciones espaciales. También predominan los sustantivos concretos que denominan elementos del paisaje y las construcciones, así como adjetivos que califican dimensiones, formas, colores y texturas. La organización textual suele seguir un orden espacial lógico: de lo general a lo particular, de izquierda a derecha, de arriba abajo, o desde un punto de referencia hacia la periferia.

Ejemplos de topografía

Un ejemplo de topografía descriptiva sería: «La plaza rectangular se extendía ampliamente desde la catedral gótica hasta el palacio renacentista. En el centro, una fuente barroca de mármol blanco coronaba el espacio, mientras que soportales de piedra enmarcaban los cuatro lados del recinto. Los adoquines desgastados brillaban húmedos bajo la luz tamizada que se filtraba entre las copas de los plátanos centenarios».

Cronografía

La cronografía se define como la descripción de una época histórica o período temporal determinado, considerando sus aspectos sociales, culturales, políticos y económicos. Esta modalidad no se limita a enumerar fechas y acontecimientos, sino que busca recrear la atmósfera y el espíritu de una época, sus costumbres, mentalidades y formas de vida.

El lenguaje de la cronografía se caracteriza por el empleo de adverbios temporales y expresiones que sitúan los hechos en el tiempo (entonces, en aquella época, durante el siglo, mientras tanto). Predominan los sustantivos abstractos que denominen conceptos sociales, políticos y culturales, así como los verbos en pasado que evocan acciones y estados propios del período descrito. La estructura textual suele organizarse cronológicamente o temáticamente, agrupando los elementos descriptivos según ámbitos de la vida social.

Ejemplos de cronografía

Un ejemplo de cronografía sería: «El siglo XVIII español se caracterizó por el espíritu ilustrado que permeaba las cortes europeas. Las tertulias literarias florecían en los salones aristocráticos, mientras los cafés se convertían en centros de debate político y cultural. La razón y el progreso constituían los valores dominantes de una sociedad que comenzaba a cuestionar las tradiciones heredadas del pasado».

Prosopopeya

La prosopopeya, también denominada prosopografía en su modalidad descriptiva, consiste en la descripción de los rasgos físicos y externos de una persona o ser vivo. Esta modalidad se centra en presentar la apariencia corporal, la fisonomía, los gestos, la vestimenta y todos aquellos elementos perceptibles visualmente.

Las características lingüísticas de la prosopopeya incluyen el predominio de adjetivos calificativos que describen cualidades físicas (alto, delgado, moreno, elegante). También son frecuentes los sustantivos que denominan partes del cuerpo, rasgos faciales y elementos de la vestimenta. La organización textual suele seguir un orden espacial que va de lo general a lo particular: estatura y complexión general, después cabeza y rostro, finalmente extremidades y vestimenta.

Ejemplos de prosopopeya

Un ejemplo de prosopopeya descriptiva sería: «Don Quijote era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Su edad frisaba con los cincuenta años, de tez morena, cabello cano y bigotes poblados que enmarcaban un rostro huesudo de mirada penetrante». Este ejemplo muestra cómo la descripción física puede evocar también aspectos de la personalidad del personaje.

El lenguaje de la descripción

El análisis del lenguaje descriptivo requiere un enfoque multidimensional que considere los diferentes planos en que se organizan los elementos lingüísticos para crear el efecto descriptivo. La descripción no constituye simplemente una acumulación de adjetivos, sino una construcción textual compleja que moviliza recursos léxicos, morfosintácticos y textuales de manera coordinada e intencional.

El estudio sistemático del lenguaje descriptivo desde estos tres planos permite comprender no solo cómo funciona la descripción, sino también cómo puede mejorarse su efectividad comunicativa y estética. Cada plano aporta elementos específicos que contribuyen al resultado final, y su análisis por separado facilita la comprensión de los mecanismos internos del discurso descriptivo.

Plano léxico

El plano léxico constituye el nivel más visible y reconocible del lenguaje descriptivo. Se refiere a la selección y empleo de las unidades de significado (palabras) que construyen la representación verbal de aquello que se describe. Esta selección léxica no es arbitraria, sino que responde a criterios de precisión, expresividad y adecuación al tipo de descripción que se pretende crear.

En el plano léxico de la descripción destacan varios fenómenos fundamentales. En primer lugar, la predominancia de los adjetivos calificativos, que constituyen la categoría gramatical más característica del discurso descriptivo. Estos adjetivos aportan las cualidades, propiedades y características que definen lo descrito, y su elección determina en gran medida el tono y la precisión de la descripción.

Ejemplos del plano léxico

Los campos semánticos también desempeñan un papel crucial en el plano léxico descriptivo. Un texto que describe un paisaje marino empleará un vocabulario específico relacionado con el mar (olas, espuma, oleaje, marea, acantilado, puerto), mientras que la descripción de un ambiente urbano movilizará un léxico diferente (edificios, calles, tráfico, multitud, comercios). Esta coherencia léxica contribuye a la unidad temática y a la verosimilitud de la descripción.

La distinción entre lenguaje denotativo y connotativo resulta igualmente esencial. En las descripciones objetivas predomina el léxico denotativo, que se atiene al significado literal y verificable de las palabras. En las descripciones subjetivas, en cambio, se privilegia el lenguaje connotativo, que aporta valores añadidos, emociones y sugerencias que enriquecen la representación más allá de su sentido literal.

Plano morfológico y sintáctico

El plano morfosintáctico de la descripción se refiere a la estructura y organización gramatical de las unidades que componen el discurso descriptivo. Este plano incluye tanto los aspectos morfológicos (forma de las palabras, categorías gramaticales, flexiones) como los sintácticos (relaciones entre palabras, estructura oracional, organización sintagmática).

Una de las características más distintivas del plano morfosintáctico descriptivo es el predominio del estilo nominal. Esto significa que las descripciones tienden a privilegiar los sustantivos y adjetivos por encima de los verbos, creando un ritmo pausado y contemplativo que permite la detención en los detalles. Los verbos que aparecen suelen ser copulativos (ser, estar, parecer) o de estado, que contribuyen a la estaticidad característica del discurso descriptivo.

Los tiempos verbales más frecuentes en la descripción son el presente de indicativo y el pretérito imperfecto. El presente aporta inmediatez y actualidad a lo descrito, mientras que el imperfecto crea un efecto de duración y continuidad que resulta especialmente adecuado para las descripciones evocadoras y literarias.

Ejemplos del plano morfológico y sintáctico

La estructura sintagmática de la descripción se caracteriza por la abundancia de sintagmas nominales complejos. En lugar de oraciones largas con múltiples proposiciones, la descripción prefiere construcciones nominales enriquecidas con complementos adjetivales y preposicionales que acumulan información descriptiva de manera eficiente. Por ejemplo: «La imponente catedral gótica de piedra gris» frente a «La catedral era imponente, de estilo gótico y estaba construida en piedra gris».

Los recursos sintácticos como la enumeración, la coordinación copulativa y la yuxtaposición son frecuentes en el discurso descriptivo. Permiten acumular detalles y características de manera ordenada, creando efectos de abundancia y riqueza descriptiva que contribuyen a la verosimilitud y completitud de la representación.

Plano textual

El plano textual de la descripción se refiere a la organización global del discurso descriptivo como una unidad comunicativa coherente y cohesionada. Este plano trasciende la oración para considerar el texto descriptivo en su conjunto, analizando cómo se estructuran y relacionan las diferentes partes para crear un efecto descriptivo unificado y eficaz.

La organización estructural del texto descriptivo puede seguir diferentes criterios espaciales, temporales o lógicos. En las descripciones topográficas es común el orden espacial (de arriba abajo, de izquierda a derecha, del centro a la periferia). En las descripciones de personas suele emplearse un orden anatómico (cabeza, tronco, extremidades). En las descripciones cronográficas predomina el orden temporal o temático.

La coherencia semántica constituye otro elemento fundamental del plano textual. El texto descriptivo debe mantener una unidad temática que permita al receptor percibir la descripción como una representación integrada y no como una mera acumulación de detalles inconexos. Esta coherencia se consigue mediante el empleo de campos semánticos relacionados, la reiteración de elementos clave y la progresión temática controlada.

Ejemplos del plano textual

Los mecanismos de cohesión textual en la descripción incluyen recursos como la repetición léxica, los sinónimos, los hiperónimos y hipónimos, y los conectores espaciales y temporales. Estos elementos contribuyen a la fluidez del discurso y facilitan la comprensión del receptor, evitando rupturas o discontinuidades que puedan perjudicar el efecto descriptivo.

La progresión informativa en el texto descriptivo suele seguir una estructura de presentación general seguida de especificación gradual. Se comienza con una caracterización global del objeto descrito para después descender a detalles más específicos y concretos. Esta organización facilita la comprensión y permite al receptor construir una imagen mental ordenada y completa.

Ejemplos representativos y aplicaciones prácticas

La comprensión teórica de la descripción cobra pleno sentido cuando se examina su aplicación práctica en textos reales y contextos comunicativos diversos. Los ejemplos representativos permiten observar cómo los principios analizados se materializan en discursos concretos, y cómo los diferentes tipos de descripción se adaptan a las necesidades comunicativas específicas de cada situación.

En el ámbito científico y técnico, la descripción objetiva encuentra su máxima expresión en manuales, informes de investigación y publicaciones académicas. Un ejemplo paradigmático sería la descripción de un proceso químico: «La reacción de oxidación se produce a una temperatura de 180°C durante un período de 15 minutos. El precipitado resultante presenta coloración blanca cristalina y estructura granular homogénea». Esta modalidad privilegia la precisión, la verificabilidad y la reproducibilidad de la información.

En el ámbito literario y artístico, la descripción subjetiva alcanza su máximo desarrollo expresivo. Los autores como Gabriel García Márquez han demostrado la capacidad de la descripción para crear atmósferas mágicas y evocar realidades extraordinarias: «Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos». Este ejemplo ilustra cómo la descripción literaria trasciende la mera información para crear efectos estéticos y emocionales.

En el ámbito periodístico y comunicativo, la descripción combina objetividad informativa con cierta carga subjetiva que permite captar la atención del lector y transmitir la relevancia de los hechos. Las crónicas deportivas, los reportajes de viajes y las noticias de sucesos emplean recursos descriptivos que equilibran la precisión informativa con la capacidad de evocación y el interés humano.

Importancia y aplicaciones en la actualidad

En el contexto contemporáneo, dominado por la comunicación digital y multimedia, la descripción ha experimentado una notable revitalización y diversificación. Lejos de verse desplazada por los medios audiovisuales, ha encontrado nuevos espacios y modalidades que demuestran su vigencia y relevancia en la sociedad actual.

En el ámbito de las tecnologías de la información, la descripción desempeña un papel crucial en la creación de contenidos web, la redacción publicitaria y el marketing digital. Las descripciones de productos en plataformas de comercio electrónico deben combinar precisión técnica con capacidad persuasiva, empleando recursos descriptivos que informen objetivamente sobre las características del producto mientras generan deseo de compra en el consumidor.

En el campo de la inteligencia artificial y el procesamiento del lenguaje natural, los sistemas de descripción automática representan uno de los desafíos más complejos y prometedores. La capacidad de generar descripciones precisas y naturales de imágenes, situaciones o conceptos constituye un objetivo fundamental para el desarrollo de asistentes virtuales, sistemas de traducción y aplicaciones de accesibilidad.

En el ámbito educativo, la descripción continúa siendo una competencia fundamental para el desarrollo de habilidades comunicativas integrales. Su dominio contribuye al pensamiento analítico, a la capacidad de observación, a la precisión expresiva y a la creatividad lingüística. Los enfoques pedagógicos actuales reconocen en la descripción un puente entre la competencia lingüística y otras competencias transversales como la observación científica, la apreciación estética y la comunicación intercultural.

En las profesiones especializadas, la descripción constituye una herramienta indispensable. Los arquitectos deben describir espacios y proyectos, los médicos describen síntomas y tratamientos, los investigadores describen metodologías y resultados, los periodistas describen acontecimientos y situaciones. En cada caso, la modalidad descriptiva se adapta a las necesidades específicas del contexto profesional, manteniendo su función básica de representación verbal de la realidad.

Conclusión

El estudio sistemático de la descripción revela su naturaleza como uno de los recursos comunicativos más versátiles y fundamentales del lenguaje humano. Su capacidad para adaptarse a diferentes intenciones comunicativas, objetos de estudio y contextos de uso demuestra una flexibilidad que trasciende las fronteras entre lo científico y lo artístico, lo objetivo y lo subjetivo, lo formal y lo cotidiano.

La clasificación según la intención del emisor (objetiva y subjetiva) y según el elemento descrito (topografía, cronografía, prosopopeya y otras modalidades) proporciona un marco conceptual que permite comprender la diversidad de formas que puede adoptar el discurso descriptivo. Cada modalidad aporta características específicas que la hacen especialmente adecuada para determinados propósitos comunicativos y contextos de uso.

El análisis del lenguaje descriptivo desde los planos léxico, morfosintáctico y textual demuestra la complejidad de los mecanismos lingüísticos que intervienen en la construcción del efecto descriptivo. Cada plano contribuye con elementos específicos que, coordinados adecuadamente, permiten crear representaciones verbales precisas, evocadoras y comunicativamente eficaces.

En el contexto contemporáneo, la descripción ha demostrado una notable capacidad de adaptación a los nuevos medios y tecnologías, encontrando aplicaciones innovadoras en campos como la comunicación digital, la inteligencia artificial y la educación multimedia. Esta evolución confirma que, lejos de constituir una reliquia del pasado, la descripción representa una competencia comunicativa fundamental para el futuro.

Para los estudiantes de bachillerato, el dominio de la descripción constituye no solo un objetivo académico, sino una herramienta fundamental para el desarrollo personal y profesional. Su estudio contribuye a la formación de ciudadanos capaces de observar, analizar y comunicar con precisión y creatividad, competencias esenciales en una sociedad que valora tanto el rigor científico como la sensibilidad estética. La descripción, en definitiva, nos invita a redescubrir el poder transformador de las palabras y su capacidad infinita para recrear, interpretar y enriquecer la realidad que nos rodea.

Autor

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    Hola. Soy Víctor Villoria, profesor de Lengua y Literatura actualmente JUBILADO.
    Mí último destino fue la Sección Internacional Española de la Cité Scolaire International de Grenoble, en Francia. Llevaba más de treinta años como profesor interesado por las nuevas tecnologías en el área de Lengua y Literatura españolas; de hecho fui asesor en varios centros del profesorado y me dediqué, entre otras cosas, a la formación de docentes; trabajé durante cinco años en el área de Lengua del Proyecto Medusa de Canarias y, lo más importante estuve en el aula durante más de 25 años intentando difundir nuestra lengua y nuestra literatura a mis alumnos con la ayuda de las nuevas tecnologías.

    Ahora, desde este retiro, soy responsable de esta página en la que intento seguir difundiendo materiales útiles para el área de Lengua castellana y Literatura. ¡Disfrútala!

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