Víctor Villoria
La lírica barroca
La lírica barroca castellana no se limita a tres nombres, sino que supone un ambiente cultural y unas tendencias y movimientos artísticos cuyo estudio global permite comprender con mayor profundidad el valor de los autores destacados en su contexto y en la evolución literaria castellana y universal.
Góngora. La dulce boca que a gustar convida
Un poema desencantado en torno a la prevención contra el amor y a su carácter engañoso. Lógicamente (estamos en el barroco) con alusiones directas a la mitología.
Samaniego. La cigarra y la hormiga
El carácter didáctico de la literatura del siglo XVIII se muestra sobre todo en la obra de este autor y en la de Tomás de Iriarte. Aquí tienen una fábula clásica sobre la que reflexionar.
Tildes. Frankenstein
Vamos a trabajar la acentuación partir de un texto basado en la obra Frankenstein de Mary Shelley leído en clase. Sigue las instrucciones que se te van dando e intenta sacar un 100% en la nota.
Eduardo Mendoza. La ciudad de los prodigios.
A partir de un extracto de esta obra el alumno ha de colocar palabras en los huecos y luego escribirlas.
El Quijote
Una aproximación breve a la obra fundamental de la literatura europea.
Novela de los siglos de Oro. La picaresca. El Lazarillo.
Existen tres grandes influencias foráneas en la tradición española: la de los novellieri Giraldi, Cinthio, Straparola,… quienes, siguiendo el modelo del Decamerón de Boccaccio, influyen desde el siglo XV. Otra fuente es la del roman francés
Góngora. Buena orina y buen color
Este poema es una composición humorística que hace referencia a la importancia de la orina y el buen color en la salud, en tono de burla y sarcasmo hacia los médicos de la época. El poema es una sátira que critica la forma en que algunos médicos evaluaban la salud en el pasado, enfocándose en la orina y su color; añade también comentarios irónicos sobre las prácticas médicas de la época.
Góngora. Suspiros tristes, lágrimas cansadas
El amor no correspondido es el tema de este poema de Góngora. Un hombre se deshace en lágrimas y no alberga ninguna esperanza. Fíjense en el verso 12 porque Blas de Otero utilizó el sintagma “Ángel fieramente humano” para titular su libro publicado en 1950.