Jaime Sabines. Me encanta Dios

Una descripción muy cercana de Dios que, no obstante, nos muestra también su omnisciencia y su grandeza sin renunciar a incluir aspectos de lo cotidiano que pasan casi desapercibidos. En la voz del propio autor es un lujo.

César Vallejo. Los heraldos negros.

Uno de los poemas más estremecedores de este autor y de la Literatura en general. El hombre aparece indefenso a través de un vocabulario plagado de connotaciones negativas y de exclamaciones que no hacen sino aumentar la desazón y el desamparo.

Miguel Hernández. Nanas de la cebolla.

Miguel Hernández había sido apresado por el bando sublevado por su apoyo a la Segunda República. Moriría poco después de tuberculosis en la cárcel. Sin embargo, antes de eso, había recibido una carta de su esposa, Josefina Manresa, donde le contaba que ella y su hijo sólo tenían pan y cebolla para alimentarse. Hernández se entristeció con la noticia, y decidió escribir las Nanas de la cebolla, además de una carta donde le explicaba que sólo podía mostrarles su apoyo a través de la poesía.