Góngora. Suspiros tristes, lágrimas cansadas

El amor no correspondido es el tema de este poema de Góngora. Un hombre se deshace en lágrimas y no alberga ninguna esperanza. Fíjense en el verso 12 porque Blas de Otero utilizó el sintagma “Ángel fieramente humano” para titular su libro publicado en 1950.

Garcilaso. Soneto XXXVII

Un soneto en torno al mal de ausencia enfocado desde una original perspectiva basada en la comparación del autor con un perro que no es capaz de localizar a su amo

Garcilaso. Soneto I

Este poema se entronca en una tradición, que luego continuará Lope, en la que el autor se plantea desde el presente los pasos que le han llevado al lugar en que se encuentra. Es el primero de los sonetos del autor y parece hecho desde la perspectiva de un anciano. Es sin duda un inicial ejercicio literario.

Juan Boscán. Garcilaso.

Obsérvese en este soneto la desazón que Juan Boscán muestra ante la muerte de su amigo, con un claro tono elegíaco. Por otro lado cabe destacar la facilidad de la rima (sobre todo morfológica)

San Juan de la Cruz. Noche oscura

El camino del alma hacia Dios lo realiza el autor a través de un vocabulario amoroso de origen clásico. Estamos ante un estrofa renacentista (la lira) con un vocabulario amoroso tras el cual se esconde la religión, característica de la segunda parte del renacimiento español.

Góngora. Lloraba la niña.

Góngora, imitando las canciones tradicionales en verso menor, crea este famoso poema en el que nuevamente, al igual que en las jarchas y las cantigas de amigo, la mujer cobra un protagonismo esencial. ¡Una maravila!

Juan Boscán. Ausencia

Este poema es una prueba de un concepto de la poesía que busca más la reflexión ingeniosa que la sinceridad del sentimiento. El poeta reflexiona y rebate la idea de que la ausencia hace que el amor se olvide. No deja de ser un reflejo del concepto amoroso del amor cortés; no obstante la comparación final es, sin duda, un acierto.

Lope de Vega. Soneto de repente

Este poema se incluyó en la comedia La niña de plata, de 1617. Es uno de los poemas más famosos de Lope y la prueba evidente de lo que significa tener facilidad para la poesía. Sin duda la obra de un genio.