Sol os llamó mi lengua pecadora
y desmintiome a boca llena el cielo;
luz os dije que dábades al suelo
y opúsose un candil, que alumbra y llora.
Tan creído tuvistes ser aurora
que amanecer quisistes con desvelo;
en vos llamé rubí lo que mi abuelo
llamara labio y jeta comedora.
Codicia os puse de vender los dientes
diciendo que eran perlas; por ser bellos
llamé los rizos minas de oro ardientes.
Pero si fueran oro los cabellos,
calvo su casco fuera, y diligentes
mis dedos los pelaran por vendellos.
Autor del audio: Víctor Villoria
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