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¿Qué es la cohesión textual?
La cohesión textual es el grado de vinculación que existe entre los elementos de un texto, es decir, la medida en que su secuencia estructurada de palabras fluye permitiendo que una palabra conduzca a la siguiente sin tropiezos, de manera orgánica. Se trata de una propiedad interna del texto que se refiere a la forma en que diferentes fragmentos se relacionan entre sí, garantizando que las distintas partes o secuencias textuales presenten la imperativa e imprescindible condición de compatibilidad mediante dispositivos cohesivos de índole sintáctico-gramatical.
Esta propiedad permite que cada frase de un texto sea interpretada en relación con las demás, a través de la relación y unión de las distintas palabras, oraciones y párrafos. La cohesión textual se logra cuando hay una fluidez y las relaciones de los distintos fragmentos evidencian una concordancia. Para cumplir con este objetivo, existen distintos mecanismos que obedecen a las reglas de la ortografía, la gramática y la sintaxis, independientemente del estilo y los tipos de texto.
Es fundamental distinguir la cohesión de la coherencia textual. Mientras que la coherencia textual es la propiedad del texto que hace que pueda ser percibido como una unidad comunicativa y no como una sucesión de enunciados inconexos (es una cuestión sobre todo de contenido, de ideas), la cohesión textual se refiere a las relaciones entre los distintos elementos de un texto que ponen de manifiesto su coherencia; es decir, son los procedimientos lingüísticos que aseguran o refuerzan la coherencia textual (es una cuestión de forma, de palabras).
Cohesión: definición y características fundamentales
La cohesión es aquella cualidad del texto que consiste en garantizar la trabazón entre sus diferentes partes y enunciados. Para construir la cohesión en un texto se utilizan diversos mecanismos léxico-semánticos y gramaticales que, como si de materiales de un edificio se tratasen, establecen relaciones entre las diversas unidades que conforman el texto (palabras, frases, párrafos, enunciados) uniéndolas y cohesionándolas para formar una unidad textual.
La reiteración de un elemento lingüístico a lo largo del discurso dota de unidad al texto. Si un texto trata de cierto asunto es lógico que a lo largo del mismo se reiteren referencias a él. Por lo tanto, comprobar qué términos y qué conceptos aparecen de forma recurrente ayuda a determinar el tema central del texto. Y al contrario, una vez determinado el tema, es fácil identificar los elementos que dan cohesión al texto.
Ejemplos de textos sin cohesión
Para comprender mejor qué es la cohesión textual, resulta útil observar ejemplos de textos que carecen de esta propiedad. Cuando un texto carece de cohesión, no está bien escrito, y si las frases son enunciados aislados, sin conectores entre sí, la interpretación del discurso no será posible o, al menos, seguramente resultará deficiente.
Consideremos este ejemplo de texto sin cohesión:
“El perro ladra. La lluvia cae. María estudia matemáticas. Los pájaros vuelan. El libro es azul.”
Este conjunto de oraciones carece completamente de cohesión porque:
- No existe ningún elemento que las relacione entre sí
- No hay referencias comunes ni progresión temática
- La ausencia de conectores impide establecer relaciones lógicas
- El lector no puede construir un significado unitario
En contraste, un texto cohesionado presentaría elementos que establecieran vínculos entre las ideas, como repeticiones, sustituciones, conectores o referencias que permitieran al lector seguir el hilo del discurso.
Mecanismos de cohesión
Los mecanismos de cohesión textual son los recursos lingüísticos que permiten la conexión entre las partes en que se organiza un texto (entre oraciones, párrafos, apartados, capítulos, etc.) y expresan el mundo significativo que nos quiere transmitir el autor del texto. Estos procedimientos son múltiples y muy variados, y pueden clasificarse en función del plano de la lengua al que afectan: gramatical, léxico-semántico y textual.
Los mecanismos de cohesión más frecuentes son la recurrencia, la sustitución, la elipsis y los marcadores discursivos. Cada uno de estos mecanismos cumple funciones específicas en la construcción de la unidad textual y contribuye de manera particular a la comprensión del mensaje.
Repetición o recurrencia
La recurrencia o repetición es un elemento de la cohesión que permite que, a través de la reiteración de ciertas palabras, se refuerce el sentido de lo que se expresa en el enunciado. Es la repetición de un elemento lingüístico a lo largo del discurso, y puede ser fónica, sintáctica, léxica o semántica.
Existen diversos tipos de repetición:
Recurrencia léxica: Es la repetición intencional de una palabra a lo largo del texto. De esta manera, es posible advertir que se está hablando del mismo referente (persona o asunto). Por ejemplo: “La mujer entró de lleno en la escena. Era una mujer de mirada fría y rostro adusto”. En este caso, la repetición de la palabra “mujer” establece claramente el referente del que se habla.
Recurrencia semántica: Se produce cuando se escriben, una y otra vez, ciertas palabras que están relacionadas por su significado y que permiten que el puente entre las oraciones y el referente del que se habla sea claro. Surge a partir de la utilización de:
- Sinónimos: “El niño tomó sus zapatos y los llevó al fondo de la habitación oscura. Sabía que su calzado estaba viejo”
- Antónimos: “El lago era enorme, pero al gigante le pareció diminuto”
- Asociaciones conceptuales: Relaciones que se establecen entre palabras del mismo campo semántico, como “piloto”, “auto”, “estacionamiento”, “aparcar” y “coche”
Recurrencia sintáctica (paralelismo): Es la reiteración de esquemas sintácticos, sintagmas y oraciones con el mismo orden. Por ejemplo: “Y la carne que tienta con sus frescos racimos y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos” (Rubén Darío).
Sustitución o deixis
La sustitución consiste en la reiteración de una determinada unidad del texto mediante el empleo de proformas de contenido muy general, que se especializan en esta función sustitutoria. Es uno de los mecanismos de cohesión más habituales y efectivos para evitar repeticiones innecesarias.
La deixis (término procedente del griego que significa “mostrar”, “señalar”) es la función representada por ciertos elementos lingüísticos, que consiste precisamente en señalar o designar algo presente entre los hablantes (deixis extratextual) o en el propio enunciado (deixis textual).
Pueden distinguirse varios tipos de elementos sustitutorios:
Pronombres: Solo los de tercera persona se consideran sustitutos textuales, sustitutos de elementos ya aparecidos o que están por aparecer en el texto. Una de las estrategias para lograr cohesión textual es reemplazar un sustantivo que ya apareció antes en el texto (denominado “antecedente”) por un pronombre personal, evitando así la repetición innecesaria de palabras y conectando los referentes entre sí.
Ejemplo de sustitución pronominal: “Juan escribe sus libros y el editor los corrige” (el pronombre “los” sustituye a “sus libros”).
Proformas léxicas: Son lexemas especializados en la sustitución. Pueden tener valor nominal (como “cosa”) y verbal (como “hacer”).
La deixis textual puede ser:
- Anafórica: Cuando el pronombre sustituye a una palabra que se encuentra hacia atrás en el texto
- Catafórica: Cuando el pronombre sustituye a una palabra que se encuentra hacia adelante en el texto. Ejemplo: “Todos asistieron a la cena: Juan, Pedro y Lucas”
Elipsis
La elipsis consiste en omitir la información que está sobreentendida. Esto significa que este mecanismo de cohesión omite una palabra o una frase dentro de la oración porque al hacer esta omisión el texto se entiende de todas maneras. Es la supresión u omisión de palabras o expresiones que han aparecido en un enunciado anterior.
La elipsis es un mecanismo de economía del lenguaje que evita repeticiones innecesarias. Al utilizar la elipsis, la palabra o expresión que queda eliminada no interfiere en que el lector pueda entender de qué se está hablando. El hecho de eliminar un elemento dentro del texto no significa que el texto quede incomprensible.
Ejemplos de elipsis:
- Elipsis nominal: “Algunos padres compraron a sus hijos libros; otros [padres compraron a sus hijos] cuadernos”
- Elipsis verbal: “Mi padrino es cubano y su esposa, [es] venezolana”
- Elipsis de sujeto: “En el centro la calle estaba atiborrada de carros; en las afueras de la ciudad [la calle] estaba despejada”
Como observamos en estos ejemplos, las palabras omitidas quedan sobreentendidas y el lector puede inferir fácilmente su contenido a partir del contexto, lo que contribuye a la fluidez del texto.
Marcadores o conectores discursivos
Los marcadores del discurso son unidades lingüísticas invariables cuya función es señalar (“marcar”) la relación que se establece entre dos segmentos textuales. Los conectores discursivos, también llamados marcadores de discurso o textuales, son elementos lingüísticos de diverso tipo (conjunciones, adverbios, locuciones conjuntivas y adverbiales, sintagmas, entre otras) que relacionan párrafos y enunciados.
Además de conectar lógicamente las distintas estructuras que constituyen un texto, lo modifican, contribuyen en su organización y expresan la actitud del hablante respecto de la idea enunciada. Los marcadores discursivos pueden servir para organizar la información, reformularla, añadir argumentos y contraargumentos, ejemplificar, etc.
Los conectores discursivos se caracterizan por:
- Aportar a la construcción de un texto cohesivo, facilitando la consecución de ideas
- Asegurar las relaciones entre los párrafos para que sean más evidentes para el lector
- Simplificar la incorporación de nuevas ideas sin que se pierda la coherencia textual
- Ubicarse, por lo general, al inicio de la oración o del párrafo
A continuación se presenta una tabla con los principales tipos de marcadores discursivos y sus ejemplos:
Tipo de marcador | Función | Ejemplos |
---|---|---|
Aditivos | Expresan información del mismo tipo. Suman ideas | además, también, asimismo, por añadidura, igualmente, encima, es más, más aún, incluso, hasta |
De contraste u oposición | Expresan relaciones de contraste entre enunciados | sin embargo, no obstante, por el contrario, en cambio, pero, aunque, ahora bien, aun así |
Consecutivos o causales | Establecen una relación de causa o consecuencia | por lo tanto, entonces, por eso, así pues, por consiguiente, en consecuencia, debido a, porque |
Ordenadores temporales | Indican la secuencia de eventos o duración | primero, luego, después, mientras, por último, en primer lugar, a continuación, finalmente |
Ejemplificativos | Presentan ejemplos que ilustran una idea | por ejemplo, como muestra, tal como, a modo de ejemplo, verbigracia, en particular |
Explicativos | Reformulan o aclaran una información previa | es decir, o sea, esto es, en otras palabras, dicho de otro modo, en otros términos |
Recapitulativos | Resumen las ideas principales | en resumen, para concluir, en definitiva, en conclusión, en síntesis, al fin y al cabo |
Digresores | Añaden comentarios o apartes al tema principal | por cierto, dicho sea de paso, a propósito, en todo caso, de todos modos |
Comparativos | Establecen similitudes o diferencias | como, al igual que, a diferencia de, de manera similar, tanto como, del mismo modo |
Conversacionales | Propios del discurso oral e interacción | bueno, claro, hombre, oye, pues bien, veamos, mira |
Ejemplos representativos y aplicaciones prácticas
Para ilustrar mejor cómo funcionan los mecanismos de cohesión textual en contextos reales, analizaremos varios ejemplos que muestran la aplicación práctica de estos recursos en diferentes tipos de textos.
Ejemplo 1 – Cohesión léxica mediante repetición y campo semántico:
“Las coníferas son árboles o arbustos evolutivamente muy antiguos que aparecieron cientos de millones de años antes que los árboles de hoja ancha. La palabra conífera deriva del griego: ‘conus’ y ‘ferre’, que se traduce en ‘llevar conos’, haciéndose alusión a la principal característica de las Coniferópsidas; poseer estructuras reproductivas denominadas conos o más comúnmente piñas. Las plantas que forman esta colección son las especies forestales dominantes en los climas fríos y de altas montañas.”
En este ejemplo observamos palabras del mismo campo referencial como árboles, arbustos, plantas y forestales. La cohesión léxica se logra cuando todo un texto habla sobre el mismo tema o temas derivados, creando una red de significados interconectados.
Ejemplo 2 – Sustitución pronominal y elipsis:
“Diego estudia matemáticas. Las matemáticas son su asignatura preferida. [Él] Las encuentra fascinantes y [Diego] dedica muchas horas a resolverlas.”
Este ejemplo muestra múltiples mecanismos: repetición de “matemáticas”, sustitución pronominal (“su”, “las”), y elipsis del sujeto “él” y “Diego” en las oraciones posteriores. La combinación de estos recursos evita la repetición excesiva mientras mantiene la claridad referencial.
Ejemplo 3 – Uso de conectores discursivos:
“El animal tiene una inteligencia cautiva porque una rutina biológica determina sus comportamientos. Por el contrario, la especie humana se aleja de la monotonía animal. La inteligencia nos permite conocer la realidad. Además, nos permite vivir y pervivir.”
Este fragmento ilustra el uso de conectores causales (“porque”), de oposición (“por el contrario”) y aditivos (“además”) que establecen relaciones lógicas claras entre las ideas y guían al lector en la progresión argumentativa del texto.
Importancia y aplicaciones en la actualidad
La cohesión textual trasciende el ámbito puramente académico y se manifiesta como una competencia fundamental en múltiples contextos de la vida contemporánea. Su dominio resulta esencial no solo para el éxito académico, sino también para la comunicación profesional, la producción de contenidos digitales y la participación efectiva en la sociedad de la información.
En el ámbito académico y científico, la cohesión textual es crucial para la redacción de ensayos, artículos de investigación, tesis y trabajos académicos. Los investigadores dependen de mecanismos cohesivos para presentar sus argumentos de manera lógica y persuasiva, establecer relaciones entre conceptos complejos y facilitar la comprensión de teorías especializadas. La ausencia de cohesión en textos académicos puede resultar en la pérdida de credibilidad y la incomprensión de ideas valiosas.
En el mundo profesional, la cohesión textual determina la efectividad de informes empresariales, propuestas de negocios, comunicaciones corporativas y presentaciones. Los profesionales que dominan estos mecanismos pueden transmitir información compleja de manera clara y convincente, lo que se traduce en mayor influencia y mejores oportunidades laborales. La cohesión también es fundamental en la redacción de manuales técnicos, donde la claridad puede ser literalmente una cuestión de vida o muerte.
En la comunicación digital, la cohesión textual adquiere nuevas dimensiones. Los creadores de contenido digital, bloggers, redactores de redes sociales y desarrolladores de sitios web utilizan mecanismos cohesivos para mejorar la experiencia del usuario y optimizar el posicionamiento en motores de búsqueda. La cohesión textual contribuye directamente al engagement del público y a la retención de lectores en plataformas digitales.
En la literatura y el periodismo, los mecanismos de cohesión permiten crear narrativas envolventes y artículos informativos que mantienen la atención del lector. Los escritores utilizan estos recursos para construir mundos ficticios coherentes o para presentar noticias complejas de manera accesible al público general.
En la traducción y la interpretación, comprender y aplicar mecanismos de cohesión en diferentes idiomas es esencial para producir traducciones fluidas que mantengan la intención comunicativa original. Los traductores deben adaptar los recursos cohesivos de la lengua de origen a las convenciones de la lengua meta.
En la inteligencia artificial y el procesamiento de lenguaje natural, los algoritmos que procesan y generan texto humano deben incorporar principios de cohesión textual para producir contenido coherente y natural. Esto es fundamental en el desarrollo de chatbots, asistentes virtuales y sistemas de generación automática de texto.
Aplicación didáctica y desarrollo de competencias
El análisis de los mecanismos lingüísticos que dotan al texto de cohesión nos permite percibir las relaciones entre las ideas, la estructura y la unidad del mismo. Desde una perspectiva didáctica, el uso de los marcadores discursivos revela el grado de dominio de una lengua. Son básicos para la interacción conversacional y en el discurso escrito establecen conexiones clave para lograr coherencia entre las distintas unidades lingüísticas.
Para desarrollar competencias en cohesión textual, es recomendable:
- Practicar el análisis textual: Identificar y clasificar los mecanismos cohesivos en textos de diferentes géneros y registros
- Ejercitar la escritura consciente: Planificar el uso de conectores y recursos cohesivos antes de redactar
- Revisar la propia escritura: Evaluar si los mecanismos empleados cumplen efectivamente su función cohesiva
- Variar los recursos empleados: Evitar la monotonía utilizando diferentes tipos de mecanismos cohesivos
Conclusión.
La cohesión textual emerge como una propiedad fundamental que trasciende la mera técnica de escritura para convertirse en una herramienta esencial de comunicación efectiva en nuestra sociedad contemporánea. A través del estudio detallado de sus mecanismos – la repetición, la sustitución, la elipsis y los marcadores discursivos – hemos comprobado cómo estos recursos lingüísticos funcionan como el entramado invisible que dota de unidad y fluidez a nuestros textos.
Los ejemplos analizados demuestran que la cohesión no es simplemente una cuestión de corrección lingüística, sino una estrategia comunicativa que facilita la comprensión lectora y potencia la efectividad del mensaje. Desde los textos académicos hasta las comunicaciones digitales, desde la literatura hasta el discurso científico, los mecanismos cohesivos operan como puentes semánticos que guían al lector a través del laberinto de ideas y conceptos.
La tabla de conectores discursivos presentada constituye una herramienta práctica que evidencia la riqueza y versatilidad de estos recursos en castellano. Cada tipo de marcador cumple funciones específicas que van desde la estructuración temporal hasta la argumentación, desde la ejemplificación hasta la reformulación, ofreciendo al escritor un arsenal completo para construir textos verdaderamente cohesionados.
En un mundo donde la información se multiplica exponencialmente y la atención del lector es cada vez más escasa, dominar la cohesión textual se convierte en una competencia diferenciadora que puede determinar el éxito de nuestras comunicaciones. Te invitamos a continuar explorando estos mecanismos en tus propias lecturas y escritos, observando cómo los grandes autores emplean estos recursos para crear textos memorables y persuasivos. La cohesión textual no es solo una materia de estudio, sino una llave maestra para abrir las puertas de la comunicación efectiva en todas las esferas de tu vida académica y profesional.
Autor
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Hola. Soy Víctor Villoria, profesor de Literatura actualmente en la Sección Internacional Española de la Cité Scolaire International de Grenoble, en Francia. Llevo más de treinta años como profesor interesado por las nuevas tecnologías en el área de Lengua y Literatura españolas; de hecho he sido asesor en varios centros del profesorado y me he dedicado, entre otras cosas, a la formación de docentes; he trabajado durante cinco años en el área de Lengua del Proyecto Medusa de Canarias y, lo más importante he estado en el aula durante más de 25 años intentando difundir nuestra lengua y nuestra literatura a mis alumnos con la ayuda de las nuevas tecnologías. Ahora soy responsable de esta página en la que intento seguir difundiendo nuestra literatura. ¡Disfrútala!
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