Comprensión y expresión de textos orales. 2025

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By Miguel Castro Vidal

LA COMPRENSIÓN Y EXPRESIÓN DE TEXTOS ORALES: BASES LINGÜÍSTICAS, PSICOLÓGICAS Y PEDAGÓGICAS.

INTRODUCCIÓN.

El tema al que nos enfrentamos se relaciona con uno de los aspectos más novedosos del sistema implantado por los sistemas educativos basados en competencias. Desde el área de LCL el objetivo prioritario es el desarrollo de la competencia comunicativa del alumno. Dicho enfoque implica ampliar nuestra acción docente, más allá del exclusivismo gramatical que primaba por encima de todo la reflexión teórica acerca de la lengua a través, principalmente, del análisis morfológico y sintáctico. Desarrollar la competencia comunicativa supone aprender a comunicarse; esto implica, además de un conocimiento teórico de las estructuras y reglas del sistema, un adiestramiento  para su correcta actualización en los diferentes usos comunicativos. Algo que, en cierta medida, los antiguos métodos habían olvidado, pues, entre otras cosas, presuponían que la adquisición de estrategias y habilidades para la comunicación oral era un proceso espontáneo que no necesitaba de la actividad docente para desarrollarse: si el alumno sabía escribir, por sí solo aprendería a hablar. La experiencia, sin embargo, nos demuestra con frecuencia, sobre todo en situaciones de comunicación oral con cierto grado de formalidad, lo erróneo de este planteamiento. Algo cuyas consecuencias deben ser tenidas en cuenta ya que, en la vida cotidiana, es muy superior la  frecuencia con que nos comunicamos oralmente que por escrito. En el presente tema reflexionaremos sobre la recepción y expresión oral y trataremos de aportar algunas estrategias didácticas para convertir la lengua oral en objeto de enseñanza, de acuerdo con las exigencias del sistema educativo vigente.

BASES LINGÜÍSTICAS DE LA COMPRENSIÓN Y EXPRESIÓN ORAL.

A la hora de llevar a cabo una caracterización de la comunicación oral, lo más frecuente y tal vez lo más eficaz, es llevarla a cabo partiendo de los rasgos que la oponen a su correlativa realización escrita. De este supuesto partiremos  nosotros.

Desde Saussure las lenguas naturales se conciben como procedimientos semiológicos eminentemente orales. Parece innegable que toda lengua nace y da sus primeros pasos en el marco de la oralidad. De hecho, aún existen culturas que no han desarrollado una escritura. Desde esta perspectiva se considera la oralidad la tendencia espontánea y natural de toda lengua, siendo la escritura un añadido posterior, y una mera transcripción. Aunque resulte paradójico, esta concepción es la que subyace a los planteamientos educativos que no atienden a la enseñanza de la lengua oral. Como la comunicación oral es natural y espontánea no requiere ser enseñada.

Más consistente es el argumento que prima la importancia de la lengua escrita fundamentando su mayor dificultad en cuestiones pragmáticas.

La comunicación oral es comunicación directa, en situación, mientras que la comunicación escrita se realiza en diferido. El contenido de todo acto comunicativo es la suma de la información codificada lingüísticamente y de la información que podemos deducir del contexto o situación. Ambos elementos son inversamente proporcionales: cuanto más informativa sea la situación, menos explícitos tendremos que ser a través de la palabra, menos elaborados nuestros mensajes. De este modo, cuando nos comunicamos por escrito, debido a la suspensión del contacto directo entre emisor y receptor, debido al déficit informativo del contexto, los mensajes requieren una mayor elaboración. Este es un hecho que no se puede negar, en general la variante escrita de la lengua tiende a una mayor prolijidad, y a un mayor rigor gramatical y normativo que su correlativa realización oral. Sin embargo, ser un buen comunicador va mucho más allá de expresarse con corrección. De ahí que los argumentos anteriormente citados, no basten para negar la importancia de una enseñanza de la lengua oral.

Por otra parte es necesario tener presente, cosa que a veces se olvida, que lengua oral no es sinónimo de lengua coloquial. Realizadas estas reflexiones, observemos a continuación algunos de los rasgos lingüísticos peculiares de la comunicación oral.

  • Naturaleza fónica, signos de naturaleza acústica, existe un margen de variabilidad no presente en la lengua escrita(origen geográfico, edad, grupo social): Menor estandarización.
  • Gran importancia de la situación: deixis, referencias temporales en función del presente, importancia de los códigos no verbales.
  • Tipos de comunicación oral:
  • Autogestionada: exposición, charla, conferencia.
  • Una sola voz.
  • El emisor gestiona el texto.
  • Modalidad asertiva.
  • Predominio la modalidad expositiva del discurso.
  • Descontextualización, pronunciación cuidada, alto nivel de corrección normativa.
  • Plurigestionada: diálogo, conversación, debate, tertulia.
  • Varias voces.
  • Los emisores negocian el texto, su significado.
  • Proceso interactivo, turnos de intervención, discurso segmentado.
  • Variedad en las modalidades oracionales.
  • El diálogo es la modalidad del discurso preeminente.
  • Registro coloquial:
  • Predominio de la 1ª y 2ª persona.
  • Apelación al receptor: uso del vocativo y el imperativo.
  • Enunciados frásticos.
  • Mecanismos de expresividad: tematización, focalización, diminutivos.
  • Tendencia a la economía. Anacolutos®simultaneidad de pensamiento y expresión(Y Lorenzo ¿Qué pasa? ¿A ganarse la vida?), elipsis, hipocorísticos, acción verbal desnuda, imprecisión de los nexos, comodines, muletillas.

BASES PSICOPEDAGÓGICAS.

El auge de disciplinas como la psicolingüística y la pragmática, ha permitido que se desarrollen mucho los conocimientos acerca de los componentes psicológicos que influyen en el procesamiento y codificación del mensaje oral. En esta exposición nos limitaremos a recoger, sin embargo, los aspectos psicológicos más básicos, siempre en función de su interés  y aplicabilidad a la docencia.

La comprensión.

Entre todas las habilidades lingüísticas, escuchar es la que suele despertar menos interés en la vida cotidiana. Posiblemente, la imagen prototípica de la actividad de escuchar es la del auditorio silencioso y atento de una conferencia. Sin embargo, la comprensión de un texto oral no es, en la mayoría de los casos una actividad pasiva o silenciosa, ni tampoco el parlamento formal es la situación más habitual. Un análisis detenido de la recepción cotidiana como el que lleva a cabo Penny Ur nos revela que escuchar conlleva el despliegue de muchas actividades de las que ni siquiera somos conscientes.

  • Siempre que escuchamos lo hacemos con un objetivo determinado, albergamos determinadas expectativas acerca de lo que vamos a escuchar. Por otra parte, en la mayoría de los actos comunicativos, actos con interlocutores conocidos, por ejemplo, poseemos una serie de conocimientos previos al discurso, que inciden en su descodificación. Este fondo de expectativas y conocimientos almacenado en nuestra M.L.P. configuran la llamada precomprensión.
  • Una buena escucha, por otra parte, nos exige que ofrezcamos retroalimentación al que habla, algo que cobra gran importancia en los procesos que hemos denominado plurigestionados. El feedback, permite al emisor repetir, remarcar, pasar por alto algún punto del discurso, redundando, en última instancia en beneficio de nuestra comprensíon y seguimiento del texto.
  • Por lo demás, es sabido, que, sobre todo en las actividades autogestionadas, la comprensión es un proceso que implica la selección de los datos más relevantes almacenados en la M.C.P. para a partir de ellos construir el sentido global del discurso.
  • En situaciones comunicativas reales, el lenguaje es espontáneo con un grado elevado de redundancia y de ruido. Todo ello unido al carácter evanescente de los signos, supone que el nivel de atención exigido al receptor sea muy elevado.

En su complejidad, la comprensión de textos orales puede descomponerse en las siguientes microhabilidades.

  • Reconocer fonemas y palabras. Segmentar la cadena acústica.
  • Seleccionar los elementos más relevantes del discurso.
  • Interpretar la multiplicidad de signos presentes en la comunicación en situación.
  • Anticipar lo que se nos va a decir.
  • Inferir información presupuesta.
  • Determinados elementos del discurso, que el receptor considera importantes, se guardan durante unos segundos en la M.C.P. para utilizarlos a la hora de interpretar otros fragmentos del discurso, y para reinterpretarlos de nuevo. Finalizado el discurso, los datos más destacables, quedarán archivados en la MLP. En la comunicación oral, puesto que entran en juego muchos otros elementos comunicativos aparte de la palabra, entrarían en juego los diversos tipos de(visual, auditiva, olfativa, etc…)

La expresión.

Según Bygate en la expresión oral se ponen en juego: conocimientos y habilidades. Los primeros incluyen el dominio de la lengua en todos sus planos, pero también componentes relacionados con la cultura. Las segundas hacen referencia a los comportamientos que mantenemos en los actos de expresión: habilidades para adaptarse a un tema, adecuar el lenguaje a la situación etc…

Entre los conocimientos, que posibilitan la expresión oral, se encuentran lo que Bygate denomina rutinas. Son situaciones comunicativas tipo en cada cultura(regateo, entrevista, examen oral) de las que por experiencia todo interlocutor tiene conocimiento. En esas rutinas existen unos patrones predeterminados de información y de interacción; los primeros establecen los temas que en esas rutinas se suelen abordar- así en la entrevista de trabajo: experiencia laboral, intereses, ambiciones-. Las segundas fijan la estructura de las intervenciones- así quien testifica en un juicio sabe que sólo debe hablar cuando se le pregunte. Resumiendo, el conocimiento de estas rutinas es algo que permite al interlocutor planear y prever sus intervenciones en ellas. Su papel en la expresión oral es semejante al de la precomprensión en  la recepción.

Por lo demás, siguiendo el modelo propuesto por Bygate, la expresión de textos orales puede descomponerse en las siguientes microhabilidades.

Planificar el discurso.

  • Analizar y prever la situación(rutinas).
  • Utilizar soportes escritos.
  • Anticipar y preparar el tema y la interacción.

Conducir el discurso

  • Conducir el tema: buscar temas adecuados, zanjar un conversación, eludir un tema.
  • Conducir la interacción: manifestar nuestra intención de intervenir, hacerlo en el momento adecuado, aprovechar nuestro turno.
  • Negociar el significado: evaluar la comprensión del interlocutor, usar circunloquios.

Producir el texto.

  • Facilitar la producción. Economizar, eludir temas irrelevantes.
  • Compensar la producción: autocorrección, repetición y resumen, precisar y pulir el significado de lo que queremos decir.

Aspectos no verbales:

  • Controlar la voz.
  • Usar códigos no verbales.
  • Contacto visual.

DIDÁCTICA DE LA COMPRENSIÓN Y EXPRESIÓN DE TEXTOS ORALES.

A continuación, expondremos algunas propuestas para trabajar en estos aspectos hasta ahora tan olvidados en la enseñanza.

Actividades para el desarrollo de la comprensión.

  • Dictados de imagen(instrucciones).
  • Audiciones con video y magnetófono.
  • Localización de idea central(individual- puesta en común).
  • Localización de detalles.
  • Ejercicios de anticipación.
  • Reconstrucción de un texto.
  • Análisis de exposiciones: aspectos mejorables.
  • Discriminación de diferentes registros.

Didáctica de la expresión oral.

Es necesario planificar estas actividades, no deben ser concebidas solamente como un descanso de los ejercicios de gramática. No sólo insistiremos en la corrección gramatical, sino también en la necesidad de fluidez expresiva. A la hora de planificar las actividades tendremos en cuenta: ¿Qué tipo de textos se trabajan en ese curso? ¿Qué contenidos gramaticales se asocian a cada tipo de texto? Cómo se evaluarán esas actividades.

  • Dinámica de grupos: Philips 66, brainstorming, clínica del rumor.
  • Elaboración de una exposición.

Autor

  • miguel castro

    Miguel Castro Vidal es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo y profesor de enseñanza secundaria. Ha trabajado como preparador en CEN oposiciones (Madrid) y como profesor de ELE en el Estado de Luisiana durante siete años (cursos 2004-2005 y cursos 2009-2015). Profesor, antiguo socio y cofundador de Casa de España, New Orleans LLC, ha colaborado con Santillana en la elaboración del libro de texto Fans del Español Middle School. En los últimos tiempos, ha dedicado parte de sus energías y esfuerzos a la dinamización cultural y la animación a la lectura desde el ámbito de la biblioteca escolar. Ha sido responsable del Plan Lector del IES San Cristóbal de los Ángeles (Madrid) y coordina, desde 2018, el Proyecto de Biblioteca Escolar “Leonautas” de su centro, el IES Leopoldo Alas “Clarín” (Oviedo).

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