Contenidos del artículo
ToggleEl texto científico técnico para Bachillerato
¿Alguna vez te has preguntado cómo la comunidad científica logra comunicar descubrimientos tan complejos que transforman nuestra comprensión del universo? ¿Qué hace que un texto científico sea diferente de cualquier otro tipo de escrito? Desde los artículos que explican el funcionamiento del ADN hasta los manuales técnicos que permiten construir dispositivos electrónicos, los textos científico-técnicos constituyen el lenguaje universal del conocimiento especializado. En un mundo donde la información circula a velocidades vertiginosas, dominar las características y modalidades de este tipo de textos se ha convertido en una habilidad imprescindible para cualquier persona que aspire a comprender y participar en el diálogo académico, científico o tecnológico de nuestra época.
A lo largo de este artículo exploraremos en profundidad las características que definen al texto científico-técnico, desde su objetividad y universalidad hasta el uso de terminología especializada y códigos específicos. Analizaremos también los diferentes tipos de textos según la intención del emisor y el perfil del receptor, así como las modalidades textuales que se combinan para construir discursos científicos efectivos. Este recorrido te permitirá no solo identificar y comprender estos textos, sino también producirlos con mayor precisión y eficacia en tu trayectoria académica y profesional.
Definición y finalidad del texto científico-técnico
El texto científico-técnico puede definirse como aquella modalidad discursiva especializada que tiene como propósito fundamental transmitir conocimientos verificados y sistematizados sobre fenómenos naturales, procesos tecnológicos o desarrollos teóricos dentro de un campo disciplinar específico. A diferencia de los textos literarios, periodísticos o cotidianos, los textos científico-técnicos se caracterizan por su rigor metodológico y su compromiso con la verdad empírica o demostrable. Su función primordial es informar, explicar y documentar hallazgos, procedimientos, teorías o aplicaciones de manera que la comunidad científica y otros receptores especializados puedan comprender, evaluar, replicar o aplicar el conocimiento expuesto.
La finalidad de estos textos trasciende la mera transmisión de datos: buscan construir y consolidar el saber colectivo mediante la acumulación ordenada y verificable de conocimientos. Un artículo de investigación médica, por ejemplo, no solo informa sobre los resultados de un experimento clínico, sino que también aporta evidencia que puede modificar protocolos de tratamiento, influir en políticas sanitarias o abrir nuevas líneas de investigación. Del mismo modo, un manual técnico de ingeniería no solo describe el funcionamiento de una máquina, sino que capacita a profesionales para operarla, mantenerla o mejorarla, contribuyendo así al desarrollo tecnológico y económico de la sociedad.
Es importante destacar que estos textos cumplen también una función social y educativa de primer orden. Permiten la democratización del conocimiento especializado cuando se adaptan adecuadamente a públicos no expertos, facilitan la formación de nuevas generaciones de científicos y técnicos, y constituyen la base documental sobre la cual se construye el progreso en prácticamente todas las áreas del saber humano. En este sentido, el texto científico-técnico representa un pilar fundamental de las sociedades basadas en el conocimiento, donde la innovación, la investigación y el desarrollo tecnológico dependen directamente de la calidad y accesibilidad de la comunicación especializada.
Características del texto científico-técnico
Los textos científico-técnicos presentan una serie de rasgos distintivos que los diferencian claramente de otras modalidades discursivas. Estas características no son arbitrarias, sino que responden a la necesidad de garantizar la precisión, verificabilidad y transmisibilidad del conocimiento especializado. A continuación examinaremos en detalle los elementos que configuran la identidad de estos textos y que resultan fundamentales para su correcta interpretación y producción.
Objetividad
La objetividad constituye quizás el rasgo más definitorio del texto científico-técnico. Este principio implica que el discurso debe centrarse en los hechos, datos y evidencias observables, evitando en la medida de lo posible las apreciaciones subjetivas, las valoraciones personales o las emociones del emisor. La objetividad se logra mediante diversas estrategias lingüísticas que distancian al autor del enunciado y proyectan una perspectiva impersonal sobre el conocimiento presentado.
Las principales estrategias para conseguir objetividad incluyen el uso de la tercera persona gramatical, el empleo de construcciones pasivas y de oraciones impersonales con «se», y la preferencia por sustantivos y adjetivos precisos que describen propiedades medibles o cuantificables. Por ejemplo, en un texto científico no encontraremos expresiones como «creemos que el experimento fue exitoso», sino formulaciones del tipo «los datos obtenidos confirman la hipótesis planteada» o «se observó un incremento del 23% en la variable dependiente». Esta objetividad no significa que el científico carezca de opiniones, sino que el género textual exige que la presentación del conocimiento se base en evidencias demostrables y reproducibles.
| Recursos lingüísticos para la objetividad | Ejemplos |
|---|---|
| Tercera persona | «El estudio demuestra que…» en lugar de «Demostramos que…» |
| Oraciones impersonales | «Se observó un incremento…» / «Se pueden distinguir tres fases…» |
| Voz pasiva | «Las muestras fueron analizadas…» / «Los datos han sido procesados…» |
| Léxico preciso y técnico | «Incremento del 23%» en lugar de «aumento considerable» |
Universalidad
La universalidad es otra característica fundamental que distingue al texto científico-técnico. Este principio establece que el conocimiento científico debe ser válido independientemente del contexto geográfico, cultural o temporal en que se produzca o se reciba, siempre que se mantengan las condiciones experimentales o teóricas especificadas. La aspiración a la universalidad se manifiesta lingüísticamente mediante el uso del presente atemporal para enunciar leyes, principios o propiedades generales, como en «el agua hierve a 100°C al nivel del mar» o «los mamíferos son animales vertebrados de sangre caliente».
Esta característica implica también que los textos científico-técnicos deben ser comprensibles para cualquier especialista del área, independientemente de su origen o lengua materna, gracias al uso de terminología estandarizada internacionalmente y a la adopción de convenciones discursivas compartidas por la comunidad científica global. La universalidad no significa que todos los textos científicos sean igualmente accesibles a cualquier lector, sino que dentro de cada disciplina existe un código comunicativo común que facilita el intercambio y la validación del conocimiento a escala mundial. Esta propiedad resulta esencial para el progreso científico, ya que permite que los descubrimientos realizados en cualquier parte del mundo puedan ser comprendidos, verificados y utilizados por investigadores de otras latitudes.
Funciones lingüísticas predominantes
En el texto científico-técnico predominan claramente dos funciones del lenguaje: la función referencial y la función metalingüística. La función referencial, también conocida como informativa o denotativa, es la que orienta el discurso hacia el contenido del mensaje, hacia la realidad extralingüística que se describe, explica o analiza. Esta función se manifiesta en el uso de un léxico preciso y monosémico, en la preferencia por oraciones enunciativas afirmativas o negativas, y en la eliminación de recursos expresivos ambiguos o connotativos.
La función metalingüística, por su parte, se activa cuando el texto científico necesita definir, explicar o precisar el significado de los términos técnicos que emplea. Es frecuente encontrar en estos textos definiciones explícitas, aclaraciones entre paréntesis, notas al pie o secciones dedicadas a establecer el marco conceptual y terminológico del estudio. Por ejemplo: «Se entiende por fotosíntesis el proceso mediante el cual las plantas convierten la energía lumínica en energía química». Esta función resulta especialmente relevante en textos didácticos o de divulgación, donde el autor debe asegurarse de que el lector comprende los conceptos clave antes de avanzar en el desarrollo del tema.
| Función lingüística | Finalidad | Recursos característicos |
|---|---|---|
| Referencial | Informar sobre la realidad de forma objetiva | Léxico denotativo, oraciones enunciativas, datos verificables |
| Metalingüística | Definir y precisar el significado de términos | Definiciones explícitas, aclaraciones, marcos conceptuales |
| Conativa (secundaria) | Orientar acciones del receptor | Instrucciones, imperativos (en manuales técnicos) |
Terminología especializada
La terminología especializada representa uno de los rasgos más evidentes y característicos del texto científico-técnico. Cada disciplina científica o técnica desarrolla un vocabulario específico compuesto por términos técnicos, neologismos, préstamos de otras lenguas (especialmente del latín, griego e inglés) y acepciones particulares de palabras del lenguaje común. Esta terminología no es un mero adorno ni una forma de elitismo intelectual, sino una necesidad funcional: permite designar con precisión conceptos, entidades, procesos o fenómenos que carecen de equivalentes en el lenguaje cotidiano o que requieren una delimitación semántica más rigurosa.
Por ejemplo, en medicina se emplean términos como «miocardio», «hipertensión arterial» o «fibrilación auricular»; en química encontramos «polímero», «catalizador» o «enlace covalente»; en informática se manejan conceptos como «algoritmo», «base de datos relacional» o «inteligencia artificial». Cada uno de estos términos posee una definición unívoca y consensuada dentro de su campo disciplinar, lo que elimina ambigüedades y facilita la comunicación precisa entre especialistas. La terminología especializada se caracteriza también por su monosemia (un término = un significado) y su estabilidad semántica, aunque puede evolucionar con el avance del conocimiento científico.
| Disciplina | Ejemplos de términos especializados | Origen etimológico |
|---|---|---|
| Medicina | Miocardio, hipertensión, fibrilación auricular | Griego y latín principalmente |
| Química | Polímero, catalizador, enlace covalente | Griego y latín |
| Informática | Algoritmo, base de datos relacional, inteligencia artificial | Árabe, inglés y neologismos |
| Física | Fotón, entropía, relatividad | Griego y latín |
Código especializado: símbolos, fórmulas y representaciones gráficas
Además del lenguaje verbal especializado, los textos científico-técnicos incorporan frecuentemente códigos no verbales que complementan, precisan o incluso sustituyen al texto escrito. Estos códigos incluyen símbolos normalizados, fórmulas matemáticas, diagramas y esquemas, gráficos estadísticos, tablas comparativas, fotografías científicas, mapas temáticos y otros recursos visuales especializados que enriquecen y facilitan la comunicación del conocimiento científico.
El empleo de estos códigos responde a varias necesidades: por un lado, permite expresar de forma sintética y universal información que resultaría extremadamente laboriosa de transmitir mediante el lenguaje verbal; por otro, facilita la visualización de relaciones, estructuras o tendencias que serían difíciles de percibir en una descripción puramente textual. Por ejemplo, la fórmula química C₆H₁₂O₆ comunica instantáneamente a cualquier químico del mundo la composición exacta de la glucosa, mientras que su descripción verbal resulta menos económica y precisa. Del mismo modo, un gráfico de barras puede revelar patrones en un conjunto de datos que pasarían desapercibidos en una lista numérica.
| Tipo de código | Ejemplos | Función principal |
|---|---|---|
| Símbolos químicos | H₂O, CO₂, NaCl, C₆H₁₂O₆ | Representar composición molecular |
| Fórmulas matemáticas | E=mc², F=ma, πr² | Expresar relaciones cuantitativas |
| Diagramas y esquemas | Diagramas de flujo, esquemas anatómicos, circuitos eléctricos | Visualizar estructuras y procesos |
| Gráficos estadísticos | Gráficos de barras, lineales, de dispersión, circulares | Representar datos y tendencias |
Tipos de texto científico-técnico
Los textos científico-técnicos no constituyen una categoría homogénea, sino que presentan una notable diversidad interna según diferentes criterios de clasificación. Esta variedad responde a la multiplicidad de propósitos comunicativos, contextos de producción y audiencias que caracterizan la comunicación especializada. A continuación examinaremos dos de los criterios más relevantes para clasificar estos textos: la intención del emisor y el perfil del receptor.
Según la intención del emisor
Atendiendo a la intención comunicativa del autor, podemos distinguir varios tipos fundamentales de textos científico-técnicos. Los textos de investigación tienen como finalidad primordial comunicar descubrimientos originales, presentar nuevas teorías o reportar resultados experimentales. El ejemplo paradigmático es el artículo científico publicado en revistas especializadas, que sigue una estructura estandarizada y se dirige fundamentalmente a otros investigadores del área. Estos textos se caracterizan por su alto grado de especialización, su rigor metodológico y su contribución al debate académico vigente.
Los textos didácticos, por su parte, persiguen enseñar o transmitir conocimientos consolidados a estudiantes o profesionales en formación. Incluyen manuales universitarios, libros de texto, guías de laboratorio y materiales docentes diversos. Su estructura tiende a ser más sistemática y pedagógica que la de los textos de investigación, incorporando definiciones explícitas, ejemplos ilustrativos, ejercicios de aplicación y recursos didácticos que faciliten la comprensión. Los textos de divulgación científica buscan acercar el conocimiento especializado a un público no experto, adaptando el contenido técnico mediante simplificaciones, analogías y un lenguaje menos especializado. Finalmente, los textos técnicos aplicados tienen una orientación eminentemente práctica: incluyen informes técnicos, manuales de instrucciones, especificaciones de productos y protocolos de actuación que guían la realización de tareas específicas en contextos profesionales.
| Tipo de texto | Finalidad | Ejemplos |
|---|---|---|
| Investigación | Comunicar descubrimientos originales y avanzar el conocimiento | Artículos científicos, tesis doctorales, ponencias en congresos |
| Didáctico | Enseñar conocimientos consolidados | Manuales universitarios, libros de texto, guías de laboratorio |
| Divulgación | Acercar la ciencia al público general | Artículos de revistas de divulgación, documentales, blogs científicos |
| Técnico aplicado | Guiar la realización de tareas prácticas | Informes técnicos, manuales de instrucciones, protocolos, normativas |
Según el receptor
La clasificación según el destinatario resulta especialmente relevante porque determina aspectos cruciales del texto como el nivel de especialización terminológica, la densidad conceptual, la necesidad de contextualizaciones o el tipo de recursos explicativos empleados. Los textos especializados se dirigen a expertos en la materia: investigadores, académicos, profesionales altamente cualificados que comparten un conocimiento previo extenso del campo disciplinar. Estos textos asumen que el lector domina la terminología especializada, conoce los debates teóricos vigentes y está familiarizado con las metodologías de investigación propias del área.
Los textos semiespecializados o didácticos están destinados a estudiantes universitarios, profesionales en formación o especialistas de áreas afines que poseen conocimientos previos pero no el mismo nivel de experticia que los investigadores consolidados. Estos textos equilibran la precisión terminológica con la necesidad de explicar conceptos, contextualizar teorías y proporcionar ejemplos que faciliten la comprensión. Son típicos de este grupo los manuales universitarios, las tesis doctorales y los artículos de revisión que buscan sintetizar el estado del arte en un campo determinado.
Finalmente, los textos de divulgación se orientan hacia el público general culto pero no especializado. Requieren una adaptación significativa del contenido científico: simplificación de conceptos complejos sin trivializarlos, uso de analogías y metáforas accesibles, contextualización de la relevancia del tema, eliminación o explicación de tecnicismos y empleo de un lenguaje más cercano al estándar culto. Revistas de divulgación, documentales científicos y secciones científicas de periódicos generalistas ejemplifican este tipo textual, que cumple una función social fundamental al democratizar el acceso al conocimiento científico.
| Tipo de receptor | Nivel de especialización | Características del texto |
|---|---|---|
| Expertos | Muy alto | Alta densidad terminológica, asume conocimientos previos extensos, referencias implícitas |
| Estudiantes y profesionales en formación | Medio-alto | Equilibrio entre precisión y explicación, definiciones de conceptos, ejemplos ilustrativos |
| Público general culto | Bajo-medio | Simplificación sin trivialización, analogías accesibles, lenguaje estándar culto, contexto amplio |
Modalidades textuales en el texto científico-técnico
Aunque tradicionalmente se ha asociado el texto científico-técnico con la modalidad expositiva, la realidad comunicativa de estos textos es considerablemente más compleja y rica. Los textos científico-técnicos son, en efecto, predominantemente expositivos, en el sentido de que su función principal es presentar, explicar y desarrollar conocimientos de manera clara y ordenada. Sin embargo, esta estructura expositiva básica se combina habitualmente con otras modalidades textuales —descriptiva, narrativa, argumentativa— que enriquecen el discurso y permiten cumplir con mayor eficacia los diversos propósitos comunicativos que caracterizan la escritura científica.
La exposición constituye la modalidad textual dominante en la comunicación científico-técnica. Su objetivo es presentar información de manera objetiva, ordenada y comprensible, facilitando que el lector acceda al conocimiento sin ambigüedades. Los textos expositivos científicos se caracterizan por su estructura lógica y sistemática, que suele seguir patrones reconocibles: definición de conceptos, clasificación de fenómenos, enumeración de características, explicación de causas y consecuencias, comparación de teorías o análisis de procesos. Un ejemplo típico sería un manual que explica el funcionamiento del sistema circulatorio humano, presentando de manera ordenada sus componentes y describiendo cómo interactúan.
Sin embargo, esta exposición se enriquece constantemente con otras modalidades. La modalidad descriptiva se integra cuando es necesario caracterizar objetos, fenómenos o estructuras de manera precisa y detallada. A diferencia de la descripción literaria, la descripción científica persigue la exactitud y la exhaustividad, enumerando propiedades objetivas como forma, tamaño, composición, color o características funcionales. Por ejemplo, en un texto de botánica que expone las características de las plantas angiospermas, encontraremos extensos pasajes descriptivos que detallan la morfología de sus flores, la estructura de sus hojas o las propiedades de sus frutos.
La narración desempeña también un papel relevante en determinados contextos de la comunicación científico-técnica. No se trata de narración literaria con personajes y conflictos dramáticos, sino de relatos de procesos temporales, secuencias experimentales o desarrollos históricos que requieren una organización cronológica de la información. La modalidad narrativa aparece típicamente en la sección de metodología de los artículos científicos, donde el investigador debe contar el procedimiento seguido en su estudio, detallando paso a paso las acciones realizadas: «Primero se preparó la muestra mediante…, a continuación se aplicó el tratamiento…, posteriormente se midieron las variables…». En geología, por ejemplo, encontramos secuencias narrativas de eventos: «Hace aproximadamente 60 millones de años comenzó la colisión entre las placas tectónicas… Este proceso provocó el plegamiento de los sedimentos marinos…».
Finalmente, la modalidad argumentativa adquiere especial relevancia en aquellos textos donde el autor no solo presenta información, sino que debe defender una tesis, justificar una interpretación o rebatir teorías alternativas. Aunque la ciencia aspira a la objetividad, el debate científico implica necesariamente argumentación: los investigadores deben convencer a sus pares de la validez de sus hallazgos, de la solidez de sus métodos o de la superioridad de su interpretación. La argumentación científica se distingue por apoyarse en evidencias empíricas, razonamientos lógicos y referencias a autoridades reconocidas. Esta modalidad es particularmente evidente en las secciones de discusión y conclusiones de los artículos científicos, donde el autor interpreta los resultados obtenidos, los compara con estudios previos y defiende la relevancia de su contribución.
| Modalidad textual | Función en el texto científico | Ejemplo de aplicación |
|---|---|---|
| Expositiva (dominante) | Presentar y explicar conocimientos de forma ordenada y clara | Manual que explica las leyes de la termodinámica |
| Descriptiva | Caracterizar objetos, estructuras o fenómenos con precisión | Descripción de la morfología de una célula eucariota |
| Narrativa | Relatar procesos temporales, secuencias experimentales | Sección de metodología: «Primero se preparó…, después se aplicó…» |
| Argumentativa | Defender tesis, justificar interpretaciones, rebatir teorías | Discusión de resultados: «Los datos sugieren que… en contradicción con…» |
Ejemplos representativos y aplicaciones prácticas
Para consolidar la comprensión de las características y modalidades del texto científico-técnico, resulta fundamental examinar ejemplos concretos que ilustren cómo se materializan estos principios en la práctica comunicativa real. Un artículo de investigación médica publicado en una revista especializada como The Lancet o el New England Journal of Medicine representa el paradigma del texto científico especializado: emplea terminología médica altamente técnica, sigue una estructura estandarizada internacionalmente (introducción, metodología, resultados, discusión, conclusiones), presenta datos mediante tablas estadísticas y gráficos, utiliza el presente atemporal para enunciar conclusiones generalizables y combina la exposición metodológica con la descripción de características clínicas, la narración del procedimiento experimental y la argumentación de las implicaciones de los hallazgos.
En contraste, un artículo de divulgación científica publicado en una revista como National Geographic o Muy Interesante adapta el conocimiento especializado para hacerlo accesible a un público más amplio: sustituye tecnicismos por términos del lenguaje común o los explica mediante definiciones sencillas («el ADN funciona como un libro de instrucciones para construir un organismo»), emplea analogías cotidianas para facilitar la comprensión de conceptos complejos, incorpora elementos narrativos que humanizan la ciencia (relatos de descubrimientos, perfiles de científicos) e integra fotografías, infografías y recursos visuales atractivos que complementan el texto verbal. La función lingüística predominante sigue siendo la referencial, pero se admite cierta función expresiva que hace el texto más ameno sin sacrificar el rigor esencial.
Un manual técnico de ingeniería, por su parte, ejemplifica el texto técnico aplicado: combina la exposición teórica de principios físicos o mecánicos con instrucciones operativas precisas, descripciones detalladas de componentes y procedimientos, diagramas esquemáticos que muestran conexiones y flujos, tablas de especificaciones técnicas y advertencias sobre riesgos o precauciones. Su lenguaje es imperativo cuando da instrucciones («Conecte el cable rojo al terminal positivo», «Verifique que la presión no supere los 5 bar») y descriptivo-expositivo cuando explica funcionamientos. La presencia de códigos no verbales (símbolos eléctricos, fórmulas de cálculo, planos técnicos) es especialmente intensa en este tipo de textos, demostrando cómo la multimodalidad es esencial en la comunicación técnica efectiva.
Importancia y aplicaciones en la actualidad
En el contexto actual de la sociedad del conocimiento y la era digital, la importancia del texto científico-técnico ha alcanzado dimensiones sin precedentes. El acceso a la información especializada se ha democratizado extraordinariamente gracias a internet y las bases de datos científicas, pero esta abundancia informativa exige también una mayor competencia lectora para discernir fuentes fiables de contenidos pseudocientíficos, interpretar adecuadamente datos complejos y evaluar críticamente afirmaciones que se presentan con apariencia científica. La alfabetización científico-técnica, entendida como la capacidad de comprender y producir textos especializados, constituye hoy una competencia transversal imprescindible en prácticamente todas las profesiones cualificadas.
En el ámbito académico, el dominio del texto científico-técnico resulta fundamental para el éxito universitario: los estudiantes deben leer y comprender artículos científicos, manuales especializados e informes de investigación, así como producir trabajos académicos que respeten las convenciones del discurso especializado de su disciplina. En el mundo profesional, la capacidad de redactar informes técnicos rigurosos, elaborar documentación de proyectos, comunicar resultados de investigación aplicada o interpretar especificaciones técnicas determina en gran medida la eficacia profesional en campos como la ingeniería, la medicina, la arquitectura, la informática, las ciencias ambientales o la biotecnología.
Además, en una época marcada por desafíos globales como el cambio climático, las pandemias, la inteligencia artificial o la edición genética, la divulgación científica responsable adquiere una relevancia social de primer orden. La ciudadanía necesita comprender los fundamentos científicos de estos fenómenos para participar informadamente en debates públicos, tomar decisiones personales fundamentadas y exigir políticas basadas en evidencias. Los textos de divulgación científica, que adaptan el conocimiento especializado sin trivializarlo, cumplen así una función democrática esencial al tender puentes entre la comunidad científica y la sociedad en su conjunto, contribuyendo a combatir la desinformación y promover una cultura científica crítica y fundamentada.
Conclusión.
El texto científico-técnico representa mucho más que una simple modalidad discursiva especializada: constituye el instrumento fundamental mediante el cual la humanidad construye, preserva y transmite el conocimiento científico y tecnológico. A lo largo de este artículo hemos explorado sus características definitorias —objetividad, universalidad, funciones lingüísticas referenciales, terminología especializada y códigos específicos— que garantizan la precisión y verificabilidad del conocimiento comunicado. Hemos analizado también su diversidad tipológica según la intención del emisor y el perfil del receptor, reconociendo que bajo la etiqueta común de «texto científico-técnico» conviven géneros tan diversos como el artículo de investigación, el manual didáctico, el informe técnico o el texto de divulgación.
Hemos comprendido que, lejos de ser textos monolíticos, los textos científico-técnicos movilizan una rica combinación de modalidades textuales: la exposición como estructura dominante se enriquece con la descripción precisa de fenómenos, la narración de procesos temporales y la argumentación rigurosa de tesis o interpretaciones. Esta complejidad discursiva no es gratuita, sino que responde a la necesidad de cumplir eficazmente con los diversos propósitos comunicativos que caracterizan la empresa científica: informar, explicar, demostrar, enseñar y convencer mediante evidencias.
Dominar las convenciones del texto científico-técnico —tanto en su vertiente receptiva como productiva— se ha convertido en una competencia estratégica en el mundo contemporáneo. Para los estudiantes de bachillerato y universitarios, representa la puerta de entrada al conocimiento disciplinar avanzado y la herramienta para demostrar su propio dominio de la materia. Para los profesionales, constituye el medio de comunicación imprescindible en contextos laborales técnicos y científicos. Para la ciudadanía en general, la alfabetización científica básica permite participar informadamente en una sociedad cada vez más influida por desarrollos científicos y tecnológicos. Te invitamos, por tanto, a profundizar en el estudio y la práctica de estos textos, desarrollando tu capacidad de leerlos críticamente, interpretarlos con rigor y, cuando llegue el momento, producirlos con la claridad, precisión y objetividad que el conocimiento científico demanda y merece
Autor
-
Hola. Soy Víctor Villoria, profesor de Literatura actualmente en la Sección Internacional Española de la Cité Scolaire International de Grenoble, en Francia. Llevo más de treinta años como profesor interesado por las nuevas tecnologías en el área de Lengua y Literatura españolas; de hecho he sido asesor en varios centros del profesorado y me he dedicado, entre otras cosas, a la formación de docentes; he trabajado durante cinco años en el área de Lengua del Proyecto Medusa de Canarias y, lo más importante he estado en el aula durante más de 25 años intentando difundir nuestra lengua y nuestra literatura a mis alumnos con la ayuda de las nuevas tecnologías.
Ahora soy responsable de esta página en la que intento seguir difundiendo nuestra literatura. ¡Disfrútala!
Ver todas las entradas





