ENCINA, JUAN DEL
Cancionero (1496)
Razón que fuerza no quiere
Razón, que fuerza no quiere,
me forzó
a ser vuestro como so.
Razón me fuerza serviros,
siendo de grado contento;
para mercedes[1] pediros
yo no tengo atrevimiento.
Vuestro gran merecimiento
me forzó
a ser vuestro como so.
Olvidaros sin que muera
ni es posible ni yo quiero;
si algun bien mi mal espera
es el de que vos espero.
Mi querer muy verdadero
me forzó
a ser vuestro como so.
No temo tanto la muerte
cuanto temo el enojaros:
es mi fe tan firme y fuerte
que siempre crece en amaros.
La fuerza del desearos
me forzó
a ser vuestro como so.
Otros temen un temor,
yo temo cien mil temores;
otros tienen dolor,
yo mil penas y dolores.
Amor de vuestros amores[2]
me forzó
a ser vuestro como so.
En sólo pensar en vos
no me acuerdo ya de mí:
tan hermosa os hizo Dios
cuan penado vos a mí.
La belleza que en vos vi
me forzó
a ser vuestro como so.
La merced y beneficios
que quiero que me otorguéis,
que queráis de mis servicios
serviros y me mandéis;
Pues la gracia que tenéis
me forzó
a ser vuestro como so.
No te tardes que me muero
No te tardes que me muero,
carcelero,
no te tardes que me muero.
Apresura tu venida
porque no pierda la vida,
que la fe no está perdida,
carcelero,
no te tardes que me muero.
Bien sabes que la tardanza
trae gran desconfianza;
ven y cumple mi esperanza,
carcelero,
no te tardes que me muero.
Sácame de esta cadena,
que recibo muy gran pena,
pues tu tardar me condena:
carcelero,
no te tardes que me muero.
La primer vez que me viste
sin te vencer me venciste;
suéltame, pues me prendiste:
carcelero,
no te tardes que me muero.
La llave para soltarme
ha de ser galardonarme,
proponiendo no olvidarme.
Carcelero,
no te tardes que me muero.
Y siempre cuanto vivieres
haré lo que tú quisieres
si merced hacerme quieres:
carcelero,
no te tardes que me muero.
[1] Contenido amoroso.
[2] Amores en plural implica correspondencia erótica.