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Las lenguas de España es un tema de gran importancia en el marco del actual sistema educativo. Baste recordar que uno de los objetivos del DCB de LCL es que el alumno sea capaz de conocer y valorar las diversas manifestaciones del Estado español. Dicho conocimiento implica, entre otras cosas, poseer unas nociones acerca de los orígenes e historia de estas manifestaciones lingüísticas. Unas nociones en las que se profundizará en mayor o menor grado en función del nivel educativo en el que nos encontremos.
Es indispensable atender a los estadios evolutivos que las lenguas peninsulares han atravesado a lo largo de su historia, para comprender sus características actuales. Las peculiares señas de identidad de las lenguas peninsulares aparecen determinadas de un modo especial por la influencia de tres etapas histórico-lingüísticas que son:
- La etapa prerromana. Por los influjos de sustrato que de aquella época han perdurado en las lenguas peninsulares.
- La romanización. Y la implantación del latín, del cual proceden todas las lenguas peninsulares a excepción del vasco.
- Las invasiones germánicas y árabes, con los consiguientes influjos de superestrato.
A continuación nos centraremos en el estudio evolutivo de cada uno de estos hitos histórico-lingüísticos.
LAS LENGUAS PRERROMANAS
Con anterioridad a la Romanización, la Península era un territorio en el que convivían multitud de pueblos de procedencias diversas, costumbres y lenguas muy dispares. Era, en definitiva, la diversidad lingüística la nota que caracterizaba a la España prerromana. En este marasmo de lenguas y culturas, los estudiosos han podido vislumbrar la existencia de dos grandes familias lingüísticas:
- Lenguas no indoeuropeas:
- Tartesio. La cultura y la lengua turdetana se extendía por el suroeste de la Península, abarcando el oeste de Andalucía y El Algarbe portugués. Los testimonios acerca de este pueblo se encuentran recogidos en documentos históricos y en La Biblia. Parece ser que poseían un avanzado grado de civilización, del cual es testimonio la posesión de escritura mediante un alfabeto semisilábico.
- Iberos. Sus asentamientos se extendían por Levante, este de Andalucía y el valle del Ebro. También poseían escritura semisilábica, al parecer tomada de la cultura turdetana.
- Vascos. Habitaban el actual País Vasco, norte de Navarra y las zonas de la actual frontera con Francia. Como sabemos, el vasco ha perdurado hasta la actualidad, siendo la única lengua prerrománica que se ha conservado.
- Púnicos. Pueblo de procedencia norteafricana, instaló sus colonias en Cartagena, Mahón y Baleares.
- Lenguas indoeuropeas:
- Celtíberos. Este de Castilla, oeste de Aragón y sur de Navarra.
- Lusitano. Norte de Portugal y Extremadura.
- Griegos. Asentamientos en el Mediterráneo.
Lo que nos interesa para el desarrollo de este tema es hasta qué punto y de qué manera, estas lenguas que habían de ser suplantadas por el latín, imprimieron en este unas huellas sustratísticas que se transmitirían a los romances derivados del latín. A continuación expongo algunos de los influjos de sustrato que se han transmitido al castellano.
- En el plano fonológico:
- La desaparición de f- latino vulgar, peculiar del castellano en toda la Romania, se atribuye a sustrato vasco.
- La debilitación o lenición de las consonantes intervocálicas latinas, es de filiación celta. Catena > cadena; apicula > abeja.
- La desfonologización de la oposición v/b, conocido como bilabialismo norteño.
- La diptongación de las vocales medias débiles e/o que no se da en gallego y catalán, es vasca según Alarcos.
- La vocalización de k en el grupo kt tructam > truita > trucha, se considera de origen celta.
- En el ámbito morfológico:
- Sufijos fosilizados: -aco, -ueco, -asco, el patronímico -ez.
- Es en el léxico donde más huellas han permanecido:
- Del vasco: vega, barraca.
- Del celta: cerveza, braga.
- Púnico: Hispania, Ibiza, Cádiz.
- Griego: Rosas, Ampurias.
En definitiva, con la llegada de los romanos se producirá una situación de diglosia que finalizará con la desaparición de las lenguas de menor prestigio social y sin institucionalizar, las prerromanas, que no obstante, como hemos visto dejarán su huella en la lengua invasora.
LA ROMANIZACIÓN
La 2ª Guerra púnica entre romanos y cartagineses por la talasocracia mediterránea, desembocará en el 218 a.C. en la incorporación de Hispania, territorio estratégico, al mundo latino. Esta fecha es, evidentemente, la del comienzo de un lentísimo proceso de conquista y romanización de la Península que no culminará hasta el 19 a.C. Dicho proceso de romanización no fue, ni mucho menos, uniforme. Ciertas zonas, sobre todo en el sur de España, se incorporarán de buen grado a la latinización. El norte, sin embargo, fue mucho más reacio a la romanización, tanto fue así que se considera que hubo zonas de los Pirineos que nunca llegaron a ser ocupadas. Esto sería un factor explicativo de la perduración de la lengua vasca.
Podemos decir que hubo dos focos principales de difusión del poder y la cultura romanas: la Bética y Tarraco. Según han observado los estudiosos, de las diferencias lingüísticas entre estos dos focos se desprenden las diferencias generales entre las lenguas romances que han de surgir en la Península.
En la Bética, centro cultural y administrativo, se hablaba según parece un latín muy normativo, de gran corrección y tendiente al arcaísmo. Esta variedad está en la base de los romances posteriores más conservadores: asturiano, portugués y gallego.
En la provincia de Tarraco, que era un puerto franco, lugar de paso para personas procedentes de todos los puntos del Imperio, el habla era mucho menos normativo, aplebeyado y plagado de dialectalismos de diversas procedencias. En este latín se fundamentará el romance más innovador de la Península: el catalán. Por lo que respecta al castellano, se encontraría, dada su situación geográfica, a medio camino entre la innovación del catalán y el conservadurismo del gallego y similares.
En definitiva, el latín como toda lengua presentaba una serie de variantes internas: diatópicas, diastráticas y diafásicas. En este sentido es vital tener en cuenta la distinción entre un sermo eruditus (variante normativa, administrativa) y un sermo vulgaris (variante usada por el pueblo llano y las clases altas en determinados contextos). Como sabemos, las lenguas románicas proceden de la segunda variante, el latín vulgar. Algunas de las características del latín vulgar, que condicionarán las de las lenguas románicas son:
- Sustitución del sistema vocálico basado en la cantidad por uno basado en la cualidad o timbre.
- Tendencia a convertir los hiatos en diptongos.
- Simplificación casual: los cinco casos quedan reducidos a dos: caso recto (sujeto, nominativo), caso oblicuo (objeto, acusativo).
- Sintaxis analítica, con preposiciones.
- Sustitución de las formas verbales sintéticas por perifrásticas.
Conviene dejar clara una cosa, el latín vulgar siempre existió, sin embargo, con el tiempo y debido a circunstancias políticas: la desmembración del Imperio y la fragmentación del territorio con las invasiones de los bárbaros en el siglo V, las diferencias entre el latín vulgar y el normativo se acentuarán. En una situación de crisis la presión normativa de las instituciones desaparece y el sermo vulgaris sigue su propio camino. Será pues, a partir de las invasiones bárbaras y a raíz de la instalación de una sociedad feudal, cuando se vayan gestando las lenguas románicas.
EL SUPERESTRATO GERMÁNICO
A España llegarán varias oleadas de invasores germánicos: suevos, vándalos y alanos. Sin embargo, serán definitivamente los visigodos quienes se instalen en este territorio.
Como sabemos, los bárbaros adoptan la cultura, religión y lengua de los sometidos. De hecho, la mayoría de ellos a su llegada a España ya se encontraban fuertemente romanizados. A pesar de esto, su lengua y sus costumbres dejarían su propia huella en las de los sometidos. Con todo, el influjo del superestrato germánico es muy tenue, limitándose a la toponimia y antroponimia y algunos sufijos aislados: -engo.
La ocupación germánica terminará en el 711, fecha en la que los árabes los expulsan de España.
EL SUPERESTRATO ÁRABE
La influencia árabe en las lenguas peninsulares hace que estas se separen más y de forma decisiva de las lenguas del resto de la Romania. Los árabes, como sabemos, no lograron invadir la totalidad de la Península, la resistencia cristiana se organizó en los territorios del norte desde los cuales emprenderá una larga tarea de Reconquista que se prolongará hasta finales del siglo XV. Es en estos reinos del norte, donde se fraguarán con una identidad ya consolidada las lenguas actuales. El influjo de la lengua árabe en la de los cristianos conforme van reconquistando territorios hacia el sur será notable, aunque principalmente se limita al plano del léxico (*-i). Hay en el castellano más de 4000 palabras de procedencia árabe pertenecientes a diversos ámbitos referenciales.
Las lenguas de los cristianos que se organizaron en el norte resistiendo a la invasión árabe, fueron: astur-leonés, navarro, gallego-portugués y castellano. Como sabemos, con el devenir de la historia, estas lenguas sufrirán muy diferentes fortunas, en estrecha dependencia de la fortuna política de las comunidades que las hablaron. Así el gallego, el catalán y el castellano, aún hoy conservan su estatuto de lenguas normalizadas e institucionalizadas. Mientras el asturiano y el navarro-aragonés a pesar de poseer en cuanto filiación y génesis el mismo estatuto que las anteriores, han quedado relegados por causas políticas a la categoría de dialectos. Otra de las lenguas románicas surgidas durante la ocupación árabe será el mozárabe. Esta era la lengua hablada por los hispano-godos que permanecieron en territorio árabe. El único testimonio que de ella se ha conservado son las jarchas. Desapareció, como sabemos, ya en la Edad Media.
Aunque sería interesante plantear el estudio evolutivo de las características de todos estos dialectos del latín en la Edad Media, nos limitaremos aquí, a presentar por falta de tiempo, el del castellano. Los demás los estudiaremos atendiendo solo al aspecto que presentan en la actualidad.
EL CASTELLANO
Castilla nace en la zona de Cantabria, en un principio, como territorio dependiente del reino Astur-leonés. Su primer paso hacia la independencia tiene lugar en el año 950 con la creación por Fernán González del condado de Castilla. Se constituirá como reino en el siglo XI y poco a poco irá ganando poder y territorios reconquistados hasta lograr la hegemonía sobre los reinos vecinos. Entre los siglos XII y XIII absorbe política y lingüísticamente a los reinos de León y Navarra.
Dos factores esenciales conforman las peculiaridades del romance castellano:
- Menor romanización.
- Sustrato vasco.
Este influjo es al parecer el que explicaría las diferencias del castellano con el resto de las lenguas peninsulares: diptongación, f- inicial.
Para el estudio evolutivo del castellano, por cuestiones de tiempo, solo constataremos aquellos momentos en los que se produjeron cambios muy significativos.
El sistema del castellano medieval
Fonología
Hasta el siglo XVI el español distingue algunos fonemas que posteriormente se confundirán, y en algunos casos serán sustituidos por otros.
- La x de ximio, baxar se pronunciaba /Š/ fricativa prepalatal sorda, como en el actual asturiano o en gallego. Se oponía /Ž/ de mujer.
- Oposición /ŝ/ transcrita con ç o c, /z/ transcrita con z fuerça, fazer.
- Oposición entre /s/ y /z/, la variante sonora era intervocálica.
- Oposición /b/ /v/, el segundo era fricativo labial o labiodental.
Morfosintaxis
- Predominan vos y os, frente a nosotros y vosotros.
- Uso de aver como transitivo con sentido de poseer.
Por lo demás, es importante resaltar la coexistencia de dos normas, la del castellano viejo o del norte y la del castellano del sur. Durante el medievo la norma culta y prestigiosa será la del sur debido a la situación de la corte en Toledo. Las diferencias más significativas entre ambas normas serán:
- Aspiración de f- inicial latina en el norte/conservación en el sur.
- Ausencia de diptongación en los derivados de -ellum, castillo / en el sur diptonga: castiello.
- Desfonologización de la oposición v/b (bilabialismo norteño) / mantenimiento en el sur.
- Desfonologización de la oposición sorda/sonora a favor de las sordas en el orden de las sibilantes / en el sur se conservan las oposiciones: ŝ/z; š/ž.
Castellano clásico y moderno
A partir del siglo XVI el castellano irá adquiriendo unas características que lo irán aproximando cada vez más al actual, se produce una importante remodelación del sistema en la que se percibe el triunfo definitivo de las soluciones que estaban presentes en el castellano del norte.
- Aspiración y desaparición de f-.
- Neutralización de la oposición de la oposición sorda/sonora en el orden de las sibilantes que queda reducido a /s/ y /s/.
- A partir del siglo XVII /s/ y /s/ evolucionarán a las soluciones actuales /x/ y /θ/.
- La desaparición de la oposición de b/v ya se había producido con anterioridad.
- Aparece el uso de haber como auxiliar.
- Adquisición de préstamos: lusismos, germanismos, galicismos, etc.
En el siglo XVIII se fundará la RAE fijándose la ortografía que será revisada en el siglo XIX, época en la que en lo esencial el castellano ya es idéntico al actual.
DIALECTOS ESPAÑOLES
Debemos distinguir aquí dos apartados: los dialectos medievales, que son manifestaciones lingüísticas surgidas como dialectos del latín a la par que el castellano, estas lenguas por causas socio-políticas no han alcanzado en la actualidad la normalización e institucionalización propias de una lengua.
Por otra parte tendríamos los dialectos meridionales que son manifestaciones lingüísticas derivadas de la expansión del castellano hacia el sur.
Dialectos medievales
- Asturiano
- Fue la modalidad lingüística de la primera monarquía norteña organizada en resistencia contra los árabes. Antes de que sus manifestaciones se unificasen y recibiesen cultivo literario, serán absorbidos por el castellano. Hoy permanecen relegados al status de dialectos en Asturias y el norte de León.
- Características:
- Diptongación de o ante yod: ueyu.
- L- pasa a l: llobu.
- -as > pasa a -es.
- Conservación de f-.
- Neutro de materia: la ropa ta seco.
- Aragonés
- Su suerte fue prácticamente idéntica a la del asturiano, con la diferencia de que hoy goza aún de menos vitalidad.
- Características:
- F- inicial se conserva.
- -o > desaparece: cien.
- p, t y k intervocálicas se conservan: catena, pescatero.
- g+e, i > c.
- Con yo.
Dialectos meridionales
- Andaluz
- -s implosiva desaparece o se aspira.
- e y o, se abren con valor fonológico.
- Seseo y ceceo.
- h.
- Trueque de líquidas: er chinche.
- Yeísmo.
- Ustedes por vosotros.
- Sibilantes palatales.
- Extremeño
- Habla de transición entre el andaluz y el leonés. Une rasgos del primero, aspiración y seseo/ceceo a rasgos del segundo como el cierre de las vocales finales.
- Sufijo -ino para el diminutivo.
- Murciano
- Coexisten rasgos del andaluz (seseo, ceceo, yeísmo), el aragonés (p, t, k, pescatero) y el catalán (l- > l, lluego).
- Canario
- Rasgos del andaluz, términos léxico guanches (baifo = cabrito). Lugar de tránsito hacia América.
- Conservación arcaísmos: asmado > atónito.
- Trueque de líquidas.
- Ch pasa a pronunciarse casi rehilada.
- Preferencia del pretérito perfecto simple.
LAS OTRAS LENGUAS DE ESPAÑA
Gallego
Procede del latín hablado en el noroeste de la Península. Desde allí se expande hacia el sur. En esta expansión se producirá la escisión política y lingüística en el XII, constituyéndose el reino de Portugal y acrecentándose las diferencias hasta existir gallego y portugués como lenguas independientes en el XV. Entre los siglos XVI y XIX el gallego atraviesa un periodo de oscuridad, sin cultivo literario, hasta renacer con el Rexurdimento. Actualmente es lengua cooficial en Galicia, con unos 3 millones de hablantes. Es un romance marcadamente conservador.
- Las vocales o y e latinas tónicas no diptongan, manteniéndose la abertura con valor fonológico.
- Presencia de diptongos decrecientes: caldeiro, muito.
- Se conserva f-.
- Se conserva s.
- kt- >it, leite.
- pl-, cl-, fl- > c.
- N y l intervocálicas desaparecen.
- Te, da che.
- Cuatro áreas dialectales: suroccidental (seseo y geada), noroccidental (sin seseo ni geada, los sufijos –anu, -ana dan –a), central (sufijos dan –ao y –a), oriental (diminutivo –ino, desinencias verbales –áis, éis).
Catalán
Procedente del latín innovador de Tarraco, es el romance peninsular más innovador. Enseguida alcanzó cultivo literario: Ramón Llull. Atraviesa al igual que el gallego una larga etapa de silencio literario, hasta la Renaixença del XIX. Presenta 8 fonemas vocálicos, uno de ellos es la o muda realizada en posición átona.
- No hay diptongación de e y o tónicas, sistema vocálico de siete elementos.
- Apócope de las vocales finales: vent, nit.
- S/z se oponen.
- Conservación de pl-, cl- y fl-.
- Desaparece la vocal final.
- Admite la doble negación.
Se distinguen al menos cinco variedades dialectales, de las cuales una, hoy presenta el estatuto de lengua: el valenciano.
- Conserva o y e átonas sin solución muda.
- Mantiene la oposición b/v.
- Se ensordecen las sibilantes.
- Artículo procedente de ipsa: sa porta.
El catalán se extiende por la Comunidad Catalana, Valencia, Baleares, zonas francesas de los Pirineos y se habla en la isla de Cerdeña en la ciudad de Algher. Son 6 millones de hablantes.
Vasco
Es la única lengua prerromana que se ha conservado. Aún se desconoce su origen. Hay dos teorías: caucásica, camito-semítica. Hay muchos préstamos adaptados del castellano y otras lenguas.
Presenta declinación, un sistema vocálico igual que el del castellano. Mayor número de sibilantes. No existe /r/, siempre es fuerte. Aspiración de h. Acento móvil y mayor libertad en el orden de las palabras. Es una lengua aglutinante y ergativa.
Existen hasta veinticinco variedades, tradicionalmente su gran diversidad se simplifica en seis dialectos: vizcaíno, guipuzcoano, alto navarro, bajo navarro oriental, bajo navarro occidental y el labortano (territorio francés). Ante esta diversificación se crea en el proceso de normalización el euskera batua (toma como base la norma guipuzcoana). Medio millón de hablantes. País Vasco, vasco-francés y norte de Navarra.
Procedente de Proyecto Aula. Autor: Miguel Castro
Autor
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Miguel Castro Vidal es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo y profesor de enseñanza secundaria. Ha trabajado como preparador en CEN oposiciones (Madrid) y como profesor de ELE en el Estado de Luisiana durante siete años (cursos 2004-2005 y cursos 2009-2015). Profesor, antiguo socio y cofundador de Casa de España, New Orleans LLC, ha colaborado con Santillana en la elaboración del libro de texto Fans del Español Middle School. En los últimos tiempos, ha dedicado parte de sus energías y esfuerzos a la dinamización cultural y la animación a la lectura desde el ámbito de la biblioteca escolar. Ha sido responsable del Plan Lector del IES San Cristóbal de los Ángeles (Madrid) y coordina, desde 2018, el Proyecto de Biblioteca Escolar “Leonautas” de su centro, el IES Leopoldo Alas “Clarín” (Oviedo).
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