Miguel D’Ors

Miguel D'Ors

Miguel d’Ors, nacido en Santiago de Compostela el 25 de diciembre de 1946, es un destacado poeta y académico español, reconocido por su contribución a la poesía contemporánea y su labor como crítico literario.

Primeros años y educación
Hijo del jurista Álvaro d’Ors y nieto del ensayista Eugenio d’Ors, Miguel estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Navarra, obteniendo su licenciatura en 1968 y su doctorado en 1973.

Carrera literaria y académica
D’Ors inició su carrera académica como profesor de Literatura Española en la Universidad de Navarra (1968-1979) y posteriormente en la Universidad de Granada (1979-2009). Su trayectoria poética comenzó en 1972 con “Del amor, del olvido”.

Obras principales y evolución
La obra de d’Ors muestra una clara evolución a lo largo de su carrera:

1. Etapa inicial (1972-1983): Caracterizada por una poesía más experimental y juvenil, incluyendo obras como “Del amor, del olvido” (1972) y “Chronica” (1982).

2. Madurez poética (1987-1999): Marcada por el Premio Nacional de la Crítica con “Curso Superior de Ignorancia” (1987), esta etapa refleja una profundización en temas existenciales y una mayor maestría técnica.

3. Consolidación y reflexión (2000-presente): Obras como “Hacia otra luz más pura” (1999, reeditado en 2003) y “Sociedad limitada” (2010) muestran una poesía más reflexiva y trascendente, con una aguda crítica social.

Su obra más reciente, “Viaje de invierno” (2021), es considerada por algunos como una posible despedida poética, aunque el autor no lo ha confirmado.

Estilo e influencias
El estilo de d’Ors se caracteriza por su dominio de formas poéticas tradicionales combinado con una renovación temática. Su poesía es conocida por su claridad, conexión con la experiencia cotidiana y capacidad para abordar temas trascendentales con lenguaje accesible. Muestra influencias de la poesía clásica, del Siglo de Oro español y de poetas contemporáneos.

Recepción crítica y reconocimientos
D’Ors ha sido ampliamente reconocido por la crítica, ganando el Premio Nacional de la Crítica en 1987. Su poesía ha sido incluida en numerosas antologías y traducida a varios idiomas, incluyendo inglés, francés, portugués, alemán, ruso y armenio.

Impacto y legado
Considerado uno de los poetas más destacados de la generación del 78 en España, d’Ors ha influido en numerosos poetas jóvenes. Su obra ha sido objeto de estudio académico y ha contribuido significativamente a la poesía española contemporánea. Su legado se caracteriza por mantener viva la tradición poética española mientras la renueva con temas y perspectivas contemporáneas.

La combinación de su dominio técnico con una profunda reflexión sobre la experiencia humana ha consolidado su posición como una figura clave en la poesía española de finales del siglo XX y principios del XXI. D’Ors ha logrado crear una poesía que, siendo profundamente personal, logra conectar con un amplio público, contribuyendo así a la vitalidad y relevancia de la poesía en la cultura contemporánea.

Del amor del olvido. 1972

“Del amor, del olvido”, publicado en 1972, marca el debut poético de Miguel d’Ors y se sitúa en un contexto literario de transición en España, entre la poesía social de posguerra y las nuevas corrientes experimentales. Este poemario, finalista del Premio Adonais en 1971, establece las bases de la trayectoria poética de d’Ors, caracterizada por una búsqueda constante de renovación dentro de la tradición.

El libro explora principalmente tres temas interconectados:

1. El amor, abordado desde una perspectiva tanto personal como universal.
2. La memoria y el olvido, como fuerzas que moldean la experiencia humana.
3. La reflexión sobre el paso del tiempo y sus efectos en la percepción de la realidad.

Estilísticamente, “Del amor, del olvido” se distingue por su claridad expresiva y su habilidad para combinar formas tradicionales con un lenguaje contemporáneo. D’Ors muestra ya en esta obra temprana su dominio de la métrica clásica, pero también experimenta con versos libres y estructuras más flexibles.

La recepción inicial del libro fue positiva, siendo reconocido como una voz prometedora en la poesía española. Su influencia se ha ido consolidando con el tiempo, especialmente en poetas que buscan un equilibrio entre tradición e innovación.

“Del amor, del olvido” establece las bases de lo que sería la poética de d’Ors: una poesía que brota de la vida y se centra en la experiencia cotidiana, pero que aspira a trascender lo inmediato. El libro refleja ya la variedad temática y estilística que caracterizaría toda su obra posterior.

Los abuelos

El abuelo era blanco; conocía
dos cuevas y sabía seguir huellas de lobo.
La abuela era menuda y tibia como un nido:
jugábamos a pájaros con ella.

…Y, alrededor, los dos llevaban como
un contorno de campos y palomas:
cruzaban el umbral y parecía
que con ellos entraba el verano en la casa;
al contarnos los cuentos, en sus voces
oíamos molinos y cuervos alejándose
y hasta en las mismas ropas nos traían
un recuerdo fragante, un recuerdo lluvioso
del heno y la retama…

…Y el abuelo, qué manos de valiente,
qué venas, retorcidas como parras;
las ganas que me daban
de cumplir en un día sesenta y cuatro años
para tener dos manos como aquéllas…

Luego, la abuela, aquellas zapatillas
de nube que llevaba,
aquel ir y venir, como volando,
de la escoba al misal, de sus gallinas
a las sábanas frescas,
de la labor de lana a los geranios,
del pan a las mejillas de sus nietos…
que entonces, suavemente, quedábamos dormidos
creyendo que la abuela no se acostaba nunca.

Del amor, del olvido, 1972

Ciego en Granada, 1975

“Ciego en Granada” es un poemario publicado en 1975 por Miguel d’Ors, formando parte de su obra temprana. Este libro fue precedido por “Del amor, del olvido”, publicado en 1972, marcando así los inicios de la carrera literaria del poeta.

Una de las características más notables de esta obra es la presencia de la “estética de la pequeñez inmensa”, donde lo cotidiano y aparentemente insignificante adquiere una profunda relevancia poética. Este enfoque en los detalles y momentos aparentemente mundanos se convierte en una ventana hacia reflexiones más profundas y universales.

¿Cómo llamar al ave?

¿Cómo llamar al ave
de modo que del verso se levante
y vuele y se extravíe
de rama en rama, cómo? ¿Cómo llamar al río
sin detener su canto ni enmudecer su marcha?
¿Cómo lograr que el nombre de la rosa
conserve aquel perfume? ¿Cómo decir arena
y sentir la caricia de una mano dorada,
y cómo conseguir que el sol y el viento
y el fuego y los otoños permanezcan
en el poema? Ay, ¿dónde se aprenderá esa magia
de disponer los nombres de las cosas
de forma que quien lea nuestros versos
regrese salpicado de salitre,
tostado por el sol y confortado
por el fuego salvaje de la hoguera
alzada por nosotros con dos o tres palabras?

25-II-74

Es una cosa extraña

Es una cosa extraña ser poeta,
es una cosa extraña sentir la propia vida
llena de muchedumbres,
escuchar en el propio canto todos los cantos
y cotidianamente
morir un poco en todo lo que muere.

Es una cosa extraña ser poeta;
es sorprender al niño en los ojos del viejo,
es oír los clamores del bosque en la semilla,
adivinar que hay una primavera dormida
bajo cada nevada,
partir el pan y ver los segadores.

Es una cosa extraña: ser poeta
es convertirse en tierra para entender la lluvia,
es convertirse en hoja para saber de otoños,
es convertirse en muerto para aprender la ausencia.

El cielo es azul, 1984

“Es cielo y es azul” es un poemario que forma parte de la obra intermedia del autor. Este libro se sitúa entre sus primeras publicaciones y obras posteriores como “Curso superior de ignorancia”. El título del poemario establece un diálogo directo con un terceto de Lupercio Leonardo de Argensola, contradiciendo su perspectiva. Mientras Argensola afirma que el cielo que vemos no es realmente cielo ni azul, d’Ors asevera lo contrario.

Las características principales de “Es cielo y es azul” incluyen una afirmación de la realidad tangible y visible, en oposición al escepticismo y cientificismo. El poemario expresa un profundo amor por el mundo que nos rodea, sin vacilaciones. Además, incorpora la presencia de la fe y la “docta ignorancia” como herramientas para comprender el mundo, celebrando lo cotidiano y aparentemente insignificante, elevándolo a una relevancia poética profunda.

Este poemario refleja la visión católica de d’Ors, incorporando elementos como la alabanza de lo creado y su Creador, el júbilo de ser, y el sentido dramático de la existencia. “Es cielo y es azul” se posiciona como una obra significativa en la trayectoria de d’Ors, ejemplificando su estilo poético único y su perspectiva literaria que combina lo mundano con lo trascendental.

Capricornio en el paseo marítimo

Mira la tarde, mira qué canción
multicolor: las mobylettes felices
como estrellas fugaces, quinceañeras
azules con bermudas y suspensos, gaviotas
acariciando el tiempo,
la playa allá como una bienvenida…
¿Cuánto le habrá costado
al Universo, cuántos siglos, abrazos, guerras…
este momento?
Apiádate.
No sueltes
en medio de esta hora
el paquidermo mustio de tu filosofía.

La música extremada, 1991

“La música extremada” es un poemario publicado en 1991 por Miguel d’Ors, formando parte de su obra de madurez. Este libro marca un punto de inflexión en la carrera del poeta, consolidando su prestigio y reconocimiento en el ámbito literario.

El poemario se caracteriza por una mezcla de melancolía y celebración de lo cotidiano. D’Ors emplea un estilo que combina el romanticismo con una disciplina técnica cuidada, creando lo que él mismo describe como “la más hermosa clase de belleza que existe”. Los poemas exploran temas como el paso del tiempo, la nostalgia y la búsqueda de sentido en lo aparentemente mundano.

“La música extremada” refleja la “estética de la pequeñez inmensa” característica de d’Ors, donde los detalles y momentos cotidianos adquieren una profunda relevancia poética. El libro incluye poemas que abordan el amor, la memoria y la contemplación del mundo natural, todo ello impregnado de una sensibilidad aguda y una mirada reflexiva.

Calendario perpetuo

El lunes es el nombre de la lluvia
cuando la vida viene tan malintencionada
que parece la vida.

El martes es que lejos pasan trenes
en los que nunca vamos.

El miércoles es jueves, viernes, nada.

El sábado promete, el domingo no cumple
y aquí llega otra vez -o ni siquiera otra:
la misma vez- la lluvia de los lunes.

Punto y aparte, 1992

“Punto y aparte” es una antología de la obra poética de Miguel d’Ors publicada en 1992. El libro recopila poemas escritos por el autor entre 1966 y 1990, abarcando así 24 años de su producción literaria.

Tal es la inspiración

Los antiguos hablaron de la Musa.
Del Numen Don Manuel Josef Quintana
(naturalmente, entre signos de admiración).
Otros de ángel, de duende, de un dedo celestial
y otros mil artilugios
que en un pérez —afirman— levantan un Poeta.
La experiencia prefiere dejarse de cumplidos:
obstinada, nos habla
más bien de madres locas, de padres coroneles,
de palizas borrachas
o largas tardes grises meditando la lluvia
en la ventana de la soledad
como si cada verso tuviera en su pasado
un niño con las alas malheridas.

Punto y aparte, 1992

La imagen de su cara, 1994

“La imagen de su cara” es un poemario de Miguel d’Ors publicado en 1993 por la Editorial Comares en su colección “La Veleta – Poesía”. El libro, de 64 páginas, está dividido en tres capítulos: “Álbum”, “El arte por no helarte” y “Fragmentos póstumos”.

La obra destaca por su variedad métrica, incluyendo sonetos, verso alejandrino, verso libre y verso blanco. Su temática gira en torno a los recuerdos y la introspección, con el título aludiendo a una cita de Borges sobre cómo la obra de un artista refleja su propia imagen.

El poemario ejemplifica la “estética de la pequeñez inmensa” característica de d’Ors, elevando lo cotidiano a una profunda relevancia poética. Incluye poemas notables como “Variaciones sobre un tema de Stevens” y el irónico “Cosas que no soporto en un poema”.

Caballos en la nieve

Que esta página salve aquel momento:
la senda de hojarasca
que sonaba encharcada a nuestro paso
bajo la rumorosa cúpula del hayedo
{ahora aspiro ese aroma fecundo del otoño),
y el remoto fulgor de la nieve temprana:
Okolín y Sayoa. Arriba campas frías
-aquel áspero viento que llegaba de Francia-
con bordas en ruinas. Bajo el gris invernizo,
por un alto helechal con nieve polvorosa
-todo como una foto en blanco y negro-,
repentino, al trote,
unos caballos de greñudas crines.
Símbolo de otra cosa lejana (y de muy dentro)
que yo desconocía, y desconozco,
los dejo en estos versos. Aunque nunca consiga
saber qué significa un trote de caballos
sacudiendo la nieve de unos helechos negros.

La imagen de su cara

Curso superior de ignorancia, 1987

“Curso superior de ignorancia” es un poemario de Miguel d’Ors publicado en 1987. Se caracteriza por una mezcla de humor y profundidad filosófica, explorando temas como la juventud, la memoria y la contemplación del mundo.

La obra presenta una variedad de estilos poéticos, incluyendo versos libres y formas más tradicionales. “Curso superior de ignorancia” refleja la visión poética característica de d’Ors, donde lo cotidiano se eleva a una relevancia poética profunda.

El libro aborda temas como el amor, la naturaleza y la reflexión sobre la propia existencia, utilizando un lenguaje rico en imágenes y metáforas. Esta obra consolidó la reputación de Miguel d’Ors como uno de los poetas españoles contemporáneos más destacados, siendo considerado uno de sus conjuntos de poemas más hermosos y divertidos.

Otro poema de amor

Qué dicha no ser Basho, en cuya voz
florecían tan leves los ciruelos,
ni ser Beethoven con su borrasca en la frente
ni Tomás Moro en el taller de Holbein.
Qué dicha no tener
un bungalow en Denver (Colorado)
ni estar mirando desde el Fitz Roy el silencio
mineral de la tarde patagónica
ni oler la bajamar de Saint-Malo
y estar aquí contigo, respirándote, viendo
la lámpara del techo reflejada en tus ojos.

Curso superior de ignorancia, 1988

Camino de imperfección

Joven,
yo era un vanidoso inaguantable.
«Esto va mal», me dijo un día el espejo.
«Tienes que corregirte».
Al cabo de unas semanas era menos vanidoso.
Unos meses después ya no era vanidoso.
Al año siguiente era un hombre modesto.
Muy modesto.
Modestísimo.
Uno de los hombres más modestos que he conocido.
Más modesto que cualquiera de ustedes.
O sea
un vanidoso inaguantable
viejo.

Curso superior de ignorancia, 1988

Amandiño

Amando, Amandiño, que eras de Corredoira,
cómo vuelve esta noche, con qué mágica luz,
aquel baño silvestre, y nuestras cabriolas
desnudas por el prado salpicado de bostas,
y aquella canción tuya, amigo agreste, bucanero de siete años
-«Ay, ay, ay, bendito es el borracho»-,
bajando por las hondas carballeiras
desmedida, insistente y en pelotas.
De aquel verano todo se ha perdido
menos aquella hora
maravillosamente sediciosa.

Después
tú te quedaste por tu mundo, libre de calendarios;
yo me adentré en el olor intacto de los nuevos libros.
De ellos salía el camino que -cursos, gentes ciudades-
me ha traído hasta esto.

Y ahora que contemplo mi vida
y me vienen ganas de darle una limosna,
le pregunto a los años
qué habrá sido de ti, Amandiño, amigo de un verano;
qué habrá sido de mí.

Curso superior de ignorancia, 1988

Habrá otra voz más pura, 2003

Esta obra representa una etapa de madurez en la trayectoria poética del autor. El libro incluye poemas que reflejan temas recurrentes en la obra de d’Ors, como la contemplación de lo cotidiano, la reflexión sobre el paso del tiempo y la búsqueda de trascendencia. Algunos poemas destacados de esta colección son “As time goes by”.

“Hacia otra voz más pura” consolida el estilo característico de d’Ors, combinando un dominio técnico de las formas poéticas con una renovación temática que abarca lo biográfico, lo religioso y lo elegíaco. Este poemario contribuyó a cimentar la reputación de Miguel d’Ors como uno de los poetas españoles contemporáneos más influyentes.

La publicación de este libro en 2003 marca un hito importante en la carrera del autor, que para entonces ya había recibido reconocimientos como el Premio Nacional de la Crítica y había influido en numerosos poetas jóvenes.

As time goes by

Decir pestes de él tiene, sin duda,
un sólido prestigio literario
-tacharlo de asesino, por ejemplo,
o compararlo con
uno de esos ciclones con nombre de corista
que pasan y que dejan en los telediarios
un paisaje de grandes palmeras derrocadas
y uralitas errantes,
o simplemente lamentarlo a base
de tardes y de otoños en pálidos jardines-,
pero ahora, con la mano en el poema,
os lo confieso: he sido siempre yo
el que salió ganando de todos nuestros tratos.
A cambio de esta luz sabia y serena
con la que la experiencia ilumina las cosas
a mí se me ha llevado
sólo la juventud, ese divino
tesoro que no sirve para nada
-ya lo dijo Mark Twain- puesto en las manos
insensatas de un joven.