Introducción
Pedro Lezcano Montalvo fue una de las figuras intelectuales más polifacéticas y comprometidas de las Islas Canarias en el siglo XX. Conocido principalmente como poeta, su figura trasciende la literatura para abarcar la política, el activismo, el periodismo y hasta el ajedrez. Su obra, profundamente arraigada en la identidad canaria, se erige como un testimonio de la lucha por la justicia social y la defensa de la tierra, convirtiéndose en un precursor de la poesía social en España y dejando un legado de integridad ética y creatividad inagotable.
Primeros años y formación intelectual
Nacido en Madrid en 1920, Pedro Lezcano se trasladó a Las Palmas de Gran Canaria a los nueve años, un cambio que marcaría su identidad y su obra para siempre. Cursó estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de La Laguna y culminó su especialización en Filosofía Pura en Madrid. A su regreso a Gran Canaria, en lugar de dedicarse a la docencia, fundó una pequeña imprenta que pronto se convirtió en el epicentro de la vida cultural insular durante la posguerra. En este espacio, Lezcano y otros intelectuales como los hermanos Millares Sall, Ventura Doreste y pintores como Felo Monzón, crearon un núcleo de resistencia cultural y política frente a la censura del franquismo.
Carrera literaria y contexto histórico
La carrera de Lezcano está indisolublemente ligada a su compromiso ético y político. Durante la dictadura de Franco, colaboró con el Partido Comunista de España y otras iniciativas antifranquistas. Su imprenta no solo fue un lugar de tertulia, sino también un taller clandestino desde donde se difundían octavillas políticas. Esta militancia culminó en su participación en Antología cercada (1947), un poemario colectivo que se considera la primera manifestación de la poesía social en España, adelantándose a las corrientes peninsulares. Su compromiso le llevó a ser juzgado en un consejo de guerra por su poema “Consejo de Paz”. Con la llegada de la democracia, su activismo se transformó en participación política directa, llegando a ser Presidente del Cabildo de Gran Canaria en 1991.
Análisis de obras principales
Consejo de Paz (1965) es su obra poética más completa y representativa de su madurez literaria. En este libro, Lezcano eleva su voz contra el militarismo y la injusticia social, utilizando un lenguaje directo y una métrica cuidada para construir un alegato universal en favor de la paz y la dignidad humana. La obra trascendió lo literario, convirtiéndose en un acto de valentía política que le costó un proceso judicial y consolidó su imagen de poeta comprometido.
El poema La Maleta (1982) es quizás su texto más popular y un verdadero símbolo de la identidad canaria. A través del monólogo de un hombre que prepara la misma maleta que usaron su abuelo y su padre para emigrar, Lezcano aborda el dolor histórico del exilio. Sin embargo, el poema da un giro y se convierte en un grito de resistencia contra una nueva forma de colonización, transformando la maleta en un emblema de la decisión de permanecer y luchar por la tierra propia.
Aunque es conocido como poeta, Lezcano también fue un notable prosista, como demuestra en La ruleta del Sur (1956) y Cuentos sin geografía y otras narraciones (1968). En su prosa, explora con una imaginación desbordante temas que van desde lo social hasta lo ecológico y futurista. Obras como Diario de una mosca (1994) reflejan su originalidad y una profunda filosofía de vida que impregna toda su producción literaria, mostrando una faceta que, aunque menos conocida, es igualmente fundamental para comprender su universo creativo.
Estilo literario y aportaciones
El estilo de Pedro Lezcano evoluciona desde un clasicismo inicial, influido por la estética de la revista Garcilaso y el uso del soneto petrarquista en sus primeros poemarios como Cinco Poemas (1944), hacia una poesía de raíz social y existencial. Influido por la corriente desarraigada de la revista Espadaña, su poesía se vuelve más directa y comprometida. Una de sus grandes aportaciones es el uso magistral de formas métricas tradicionales como el romance y la silva asonantada para tratar temas contemporáneos. A diferencia de muchos poetas de su generación, Lezcano nunca abandonó la métrica, demostrando que el rigor formal no está reñido con el compromiso ético.
Legado e influencia
El legado de Pedro Lezcano reside en su condición de intelectual total: un hombre renacentista cuya obra es inseparable de su vida. Su figura es un referente de la dignidad y la resistencia cultural en Canarias. Su poesía ha sido musicada por artistas como Mestisay y Taller Canario de Canción, lo que demuestra su profundo arraigo popular. Reconocido con el Premio Canarias de Literatura y nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, su influencia perdura como ejemplo de cómo el arte puede ser una herramienta para la transformación social y la afirmación de una identidad. Falleció en 2002, dejando tras de sí una obra que sigue inspirando a nuevas generaciones.
