Unamuno. En mi cuadragésimo sexto cumpleaños

Este soneto, titulado “Ahora que ya por fin gané la cumbre”, fue escrito por Miguel de Unamuno el 29 de septiembre de 1910 en Salamanca. Forma parte de su obra “Rosario de sonetos líricos”, publicada en 1911, que marca un punto importante en la trayectoria poética del autor.
El poema refleja temas centrales en la obra de Unamuno, como la angustia existencial, la búsqueda de trascendencia y la relación del ser humano con el tiempo y la muerte. A través de la metáfora de ascender y descender una montaña, el poeta expresa sus reflexiones sobre el paso del tiempo y el final de la vida.
El lenguaje utilizado es rico en imágenes y símbolos, como la cumbre, el valle, la niebla y la noche, que representan diferentes etapas y aspectos de la existencia humana. El tono del poema es reflexivo y melancólico, con un diálogo íntimo entre el poeta y Dios, otro elemento recurrente en la obra unamuniana.
Este soneto ejemplifica la capacidad de Unamuno para combinar la forma poética tradicional con una profunda exploración de temas filosóficos y existenciales, creando una poesía que trasciende lo meramente estético para adentrarse en las preocupaciones fundamentales del ser humano.

Ahora que ya por fin gané la cumbre,
a mis ojos la niebla cubre el valle
y no distingo a dónde va la calle
de mi descenso. Con la pesadumbre

de los agüeros vuelvo hacia la lumbre
que mengua la mirada. Que se acalle
te pido esta mi ansión y que tu dalle
siegue al cabo, Señor, toda mi herrumbre.

Cuando puesto ya el sol contra mi frente
me amaguen de la noche las tinieblas,
Tú, Señor de mis años, que clemente

mis esperanzas con recuerdos pueblas,
confórtame al bajar de la pendiente:
de las nieblas salí, vuelvo a las nieblas.

Salamanca, 29-IX-1910.

Autor del audio: Jesús Javier