Ahora que ya por fin gané la cumbre,
a mis ojos la niebla cubre el valle
y no distingo a dónde va la calle
de mi descenso. Con la pesadumbre
de los agüeros vuelvo hacia la lumbre
que mengua la mirada. Que se acalle
te pido esta mi ansión y que tu dalle
siegue al cabo, Señor, toda mi herrumbre.
Cuando puesto ya el sol contra mi frente
me amaguen de la noche las tinieblas,
Tú, Señor de mis años, que clemente
mis esperanzas con recuerdos pueblas,
confórtame al bajar de la pendiente:
de las nieblas salí, vuelvo a las nieblas.
Salamanca, 29-IX-1910.
Autor del audio: Jesús Javier
Vicente Aleixandre. En la plaza.
junio 19, 2023
Ángel González. Ayer
junio 8, 2023
Gil de Biedma. T’introduire dans mon histoire.
septiembre 5, 2023
Francisca Aguirre. Los trescientos escalones
febrero 17, 2024
Concha Méndez. Me gusta andar de noche…
julio 2, 2023
Claudio Rodríguez. Ajeno
junio 20, 2023