La ermita de San Simón es un romance popular que narra la admiración que siente un hombre por su amada, quien asiste a misa. La belleza de la dama provoca asombro y distracción entre los presentes, reflejando el amor idealizado y la devoción religiosa en un entorno comunitario
En Sevilla está una ermita
cual dicen de San Simón,
adonde todas las damas
iban a hacer oración.
Allá va la mi señora,
sobre todas la mejor,
saya lleva sobre saya,
mantillo de un tornasol,
en la su boca muy linda
lleva un poco de dulzor,
en la su cara muy blanca
lleva un poco de color,
y en los sus ojuelos garzos
lleva un poco de alcohol,
a la entrada de la ermita,
relumbrando como el sol.
El abad que dice misa
no la puede decir, no,
monacillos que le ayudan
no aciertan responder, no,
por decir: amén, amén,
decían: amor, amor.
Autor del audio: Víctor Villoria
Versiones musicales.
https://www.youtube.com/watch?v=5XIXAn1rhu8
[Debe leerse el texto que acompaña al vídeo].
https://www.youtube.com/watch?v=rjKB1rss3-4
[Versión de Amancio Prada]
Texto original en gallego-poryugués de la cantiga de Mendiño (con traducción al castellano).
Sedia-m’ eu na ermida de San Simión
e cercaron-mi-as ondas que grandes son.
Eu atendend´o meu amigu’! E verrá?
Estando na ermida, ant’ o altar,
cercaron-mi-as ondas grandes do mar.
Eu atenden[d´o meu amigu’! E verrá?]
E cercaron-mi-as ondas que grandes son:
non ei [i] barqueiro nen remador.
Eu [atendend´o meu amigu’! E verrá?]
E cercaron-mi-as ondas do alto mar:
non ei [i] barqueiro ne sei remar.
Eu aten[dend´o meu amigu’! E verrá?]
Non ei i barqueiro nen remador:
morrerei “eu”, fremosa, no mar maior.
Eu aten[dend´o meu amigu’! E verrá?]
Non ei [i] barqueiro nen sei remar:
morrerei eu, fremosa no alto mar.
Eu [atendend´o meu amigu’! E verrá?]
(Traducción literal al castellano: Me encontraba yo en la ermita de San Simeón y me cercaron las olas, qué grandes son. ¡Yo esperando a mi amigo! Y, ¿vendrá? Estando en la ermita ante el altar me cercaron las olas grandes del mar. ¡Yo esperando a mi amigo! Y, ¿vendrá?’ Y me cercaron las olas, qué grandes son, no tengo barquero ni remador. ¡Yo esperando a mi amigo! Y, ¿vendrá?’ Y me cercaron las olas del alto mar, no tengo barquero ni sé remar. ¡Yo esperando a mi amigo! Y, ¿vendrá? No tengo barquero ni remador; moriré hermosa en el mar mayor. ¡Yo esperando a mi amigo! Y, ¿vendrá? No tengo barquero ni sé remar, moriré hermosa en el alto mar. ¡Yo esperando a mi amigo! Y, ¿vendrá?).