Ángel González. Cumpleaños

En este breve pero intenso poema, González reflexiona sobre el paso del tiempo y el envejecimiento con una mezcla de melancolía y resignación. El autor se percibe a sí mismo “disolviéndome en aire cotidiano”, notando cómo se vuelve “menos cierto, confuso” con cada año que pasa. El poema captura vívidamente la sensación de desgaste físico y emocional que conlleva el envejecimiento, culminando con la poderosa observación de que “Para vivir un año es necesario / morirse muchas veces mucho”. “Áspero mundo” marcó el debut literario de González, obteniendo un accésit del premio Adonáis en 1955.

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Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.

Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.

Ángel González, Áspero mundo, 1956

 

Autor del audio: El propio autor del poema

Audio procedente de ACEC

Este poema refleja la experiencia personal del autor en Madrid a mediados de los años 50, capturando un momento específico en el tiempo y el espacio. González se presenta a sí mismo como “un hombre solo” en la capital española, describiendo su estado de ánimo y su percepción del paso del tiempo

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Aquí, Madrid, mil novecientos
cincuenta y cuatro: un hombre solo.

Un hombre lleno de febrero,
ávido de domingos luminosos,

caminando hacia marzo paso a paso,
hacia el marzo del viento y de los rojos
horizontes —y la reciente primavera
ya en la frontera del abril lluvioso…—

Aquí, Madrid, entre tranvías
y reflejos, un hombre: un hombre solo.

—Más tarde vendrá mayo y luego junio,
y después julio y, al final, agosto—.

Un hombre con un año para nada
delante de su hastío para todo.

Audio procedente de http://www.acec-web.org.

Autor del audio: El propio autor del poema

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