Introducción a la comunicación

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Introducción a la comunicación

La comunicación es una capacidad intrínseca al ser humano que también podemos observar en el mundo animal, aunque el lenguaje humano presenta características diferentes que lo hacen único, se trata de un conjunto de hechos que conforman la transmisión del mensaje entre un emisor y un receptor, con una intención comunicativa por parte del primero, a través de un medio determinado, en el que el   receptor   recibe   dicho   mensaje.

En el mundo animal no se observan todas las características del lenguaje humano que veremos más adelante, pero sí se han podido observar hechos de comunicación en algunas especies. Por ejemplo, las abejas poseen un sistema de comunicación propio: la abeja exploradora, a través de una determinada danza, puede transmitir a sus congéneres dónde hay alimento, peligro, y otras indicaciones. Otros casos interesantes son el de los chimpancés, que son capaces de mentir; o el de las hormigas, que también pueden indicar dónde hay alimento dejando un rastro.

La comunicación verbal es exclusiva del ser humano y la capacidad de hablar es una de las capacidades que define nuestra especie. Pero, como en el mundo animal, el hombre también transmite mensajes de forma no verbal, a través de códigos no verbales (gestos, actitudes, etc.). Esa capacidad de comunicación se manifiesta en las distintas lenguas o idiomas, códigos con sus diferentes variedades según factores geográficos, sociales o de situación comunicativa.

También el medio en el que se desarrolla la comunicación, el lugar donde vivimos, puede dar o añadir información con los signos, enunciados no verbales que comunican un mensaje.

Comunicación y funciones del lenguaje

La comunicación es un proceso en el que dos o más individuos que comparten un código, intercambian e interpretan mensajes. En toda comunicación, el emisor tiene una intención comunicativa: se plantea un objetivo (convencer, expresar un sentimiento, lograr un cambio de actitud en el receptor, prometer algo, etc.), para lo que selecciona elementos del código con los que expresar lo que quiere decir: es la codificación del mensaje. El que la comunicación tenga o no éxito depende en gran medida del manejo del emisor de los recursos verbales y no verbales que intervienen en el proceso comunicativo y que ayudan o interfieren en el proceso de descodificación del mensaje por parte del receptor.

Los elementos de la comunicación

Recordemos qué elementos intervienen en el proceso:

  • Emisor: el que emite y codifica el mensaje. Puede ser una persona o varias, un mecanismo de una maquina, un animal, etc.
  • Receptor: quien recibe la información. Algunas veces es diferente del destinatario de la misma (aquel a quien realmente va dirigido el mensaje). También puede tratarse de una persona, un grupo, etc.
  • Código: inventario de signos y reglas que permiten construir señales más o menos complejas. El código debe ser compartido por emisor y receptor para que exista comunicación.
  • Canal: el medio a través del cual el mensaje se traslada desde el emisor hasta el receptor: aire en una conversación, papel o una pantalla de ordenador o móvil en la comunicación escrita, etc.
  • Mensaje: es la información, el conjunto de señales que conforman el contenido informativo.
  • Contexto: se trata de las circunstancias que rodean la situación comunicativa y que influyen en la transmisión del mensaje. Hay varios tipos de contexto:
    • Contexto lingüístico: es el entorno de palabras cercanas a un enunciado y que pueden ser fundamentales para la decodificación. Por ejemplo: “Si quieres, se lo das a él“ por sí solo no nos proporciona toda la información, pero el contexto lingüístico, lo que ha sido dicho con anterioridad o será dicho después, nos lo completará o aclarará.
    • Contexto sociocultural: es la información que proviene de las normas y costumbres de una comunidad determinada. Así, por ejemplo, dentro del propio mundo hispanohablante, la forma de dirigirse a una persona no es igual en todos los sitios: en algunos lugares predomina el uso de “usted“, en otros el de “tú“ o el “vos“. El aspecto sociocultural influye también en el registro lingüístico que seleccionamos para la comunicación, no usaremos el mismo tipo de lenguaje para hablar con un amigo que con un policía.
    • Contexto situacional o situación comunicativa: también la realidad situacional en que nos encontremos influye en la comunicación. Las circunstancias que nos rodean pueden dar sentido o no a un enunciado

Funciones del lenguaje

Como ya conoces de otros cursos, en función del elemento predominante en el proceso comunicativo, hablamos de las funciones de la comunicación. Observa este cuadro:

FUNCIÓN

RASGOS DE LOS MENSAJES

Ejemplos

Emotiva o expresiva: centrada en el emisor, que transmite su estado de ánimo, sus sentimientos o la opinión sobre el mensaje.

1ª persona.

Exclamaciones.

Oraciones         desiderativas o dubitativas.

Interjecciones o adjetivos valorativos.

“¡Me duele la cabeza!”

Apelativa o conativa: se centra en el receptor, el emisor tiene la intención de obtener algún tipo de respuesta de él.

2ª persona.

Oraciones interrogativas, imperativas…

Uso de vocativos y llamadas de atención.

“Ana, no toques ese botón, por favor”.

Metalingüística: es la función que predomina en los mensajes que hablan del propio código.

3ª persona.

Oraciones         enunciativas.

Denotación .

“Los pronombres personales átonos son un ejemplo de restos de la flexión casual”.

Fática: se centra en el canal, el mensaje tiene como finalidad verificar que la comunicación está llegando correctamente, o simplemente establecer contacto entre emisor y receptor.

Empleo repeticiones.

Interrogación retórica.

Elementos vacíos de significado, solo pretenden comprobar que el canal funciona.

“¿Sí? Hola ¿Se

me oye?”.

Poética: cuyo foco es el mensaje en sí, lo importante no es tanto aquello que se dice, sino como se construye: la forma. Es la función predominante en la literatura

Empleo de recursos literarios.

Rima.

Elementos         connotativos.

 

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul.

¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?

Poesía… eres tú.

Referencial: centrada en el contexto. Es una función inherente a la comunicación, en la que la importancia está fuera de esta y en la que se representa objetivamente una realidad.

Empleo de la 3ª persona o de oraciones impersonales.

Tono enunciativo.

“El agua hierve a 100 grados”.

“Está lloviendo”.

Lenguas, signos y actos de habla

Como ya hemos dicho antes, la capacidad del hombre de comunicarse es innata y universal. Esta capacidad se manifiesta primariamente en el lenguaje hablado y cada persona lo hará en la lengua o idioma de su comunidad. Lenguaje es la facultad humana para comunicarse; lengua, el sistema de signos de una comunidad lingüística, el idioma de esta comunidad.

Características comunes de las lenguas

  • Canal vocal-auditivo: la forma principal y primaria de comunicación humana es la lengua hablada. El lenguaje escrito es una modalidad secundaria del lenguaje, una segunda codificación que utiliza las letras (signos que han sido convenidos para ese uso) del lenguaje oral. También podemos tener el canal gestual-visual, en lugar de vocal-auditivo, cuando hablamos de la lengua de signos.
  • No perdurable: los sonidos emitidos no subsisten en el tiempo o en el espacio; son transitorios, se desvanecen. Por eso la comunicación oral requiere de la presencia simultánea de emisor y receptor. Hoy en día esta carencia se suple con la grabación del sonido y su reproducción posterior.
  • Desplazamiento: podemos referirnos a hechos, lugares y cosas distantes en el tiempo y en el espacio o que incluso no existen, como sería el caso de la literatura.
  • Unidades discretas: la cadena hablada está formada por una serie de sonidos que se combinan entre sí para formar el mensaje. Esos sonidos son unidades discretas que se diferencian entre sí y que permiten al receptor descodificar el mensaje: por ejemplo podemos distinguir masa de casa.
  • Arbitrariedad: la asociación entre la lengua y la realidad es arbitraria: no existe una relación natural entre las palabras y los objetos que representan (por ejemplo, en español decimos mesa, en inglés table, pero el uso de esos términos no ha sido evocado por el objeto). Aún así, existen palabras que designan sonidos donde existe una cierta relación con la realidad que designan, se trata de las palabras onomatopéyicas (quiquiriquí, susurro, tictac).
  • Doble articulación: Ya hemos visto que al hablar utilizamos unidades discretas, un número concreto de sonidos sin significado propio que se combinan para piezas que sí tienen significado (por ejemplo, palabras). Estas piezas más complejas vuelven a combinarse entre sí para formar enunciados (oraciones, frases), lo que convierte al lenguaje en un sistema dual.
  • Productividad: la dualidad del sistema de la lengua permite que podamos producir una serie infinita de enunciados con un número restringido de elementos básicos. Esta es una característica principal de las lenguas humanas que las diferencia de las animales, cuya productividad es muy limitada.
  • Intercambiabilidad y retroalimentación total: Los roles de emisor y receptor no son estáticos, sino que se intercambian entre ellos. Más aún, hay un proceso de retroalimentación: el emisor es también receptor de su propio mensaje y puede corregirlo, si es necesario.

La doble articulación del lenguaje

Como ya hemos mencionado, la doble articulación de la lengua nos permite poder construir un número infinito de enunciados con un número finito y reducido de elementos. En Semiología, la ciencia que estudia los signos, se dice que un mensaje está articulado, si puede ser analizado partiéndolo en piezas menores. Así, la primera articulación que tenemos es la de las palabras: las palabras están formadas por morfemas, que son las unidades mínimas del lenguaje con significado y que serán objeto de estudio más adelante. Por ejemplo en oración “Muchos gatos corren alegres“ podemos ver los siguientes morfemas constitutivos: “Much-o-s gat-o-s corr-en alegres“. Ahora, con las mismas piezas básicas podemos hacer otros vocablos y enunciados (“much-a-s gat-a-s salt-an“, por ejemplo).

Pero, además, estos morfemas están formados, a su vez, por fonemas, que son unidades sin significado, pero que utilizamos para distinguir unos significados de otros: casa / masa / tasa / pasa. Esta es la segunda articulación del lenguaje.

Los signos

El mundo en que vivimos está lleno de signos: elementos que nos proporcionan información, se trata de enunciados no verbales, palabras u objetos naturales que representan una realidad y hacen de puente entre dos usuarios: el que codifica la información y el que la interpreta. El signo está formado por el significante: la realidad que representa y que percibimos por los sentidos (sobre todo por el oído, por ejemplo el nombre de los objetos “mesa”) y por el significado: el contenido asociado a dicho significante (por ejemplo la representación mental del objeto “mesa”), que puede ser un mensaje, un objeto, un hecho, etc.

El signo lingüístico es la unidad de expresión de la lengua y está formado por un significante que será la imagen acústica, la manifestación fónica, de la palabra que designa a un significado concreto, un objeto, que será la imagen mental que tenemos de él.

El lingüista suizo Ferdinan de Saussure definió las propiedades de los signos lingüísticos:

  • Arbitrariedad: la relación entre el significante y el significado es convencional, arbitraria, y no motivada. Entre la idea de “mesa” y la secuencia de fonemas m-e-s-a no hay una relación directa. Por esa razón en cada idioma existe una palabra diferente para cada realidad.
  • Linealidad del significante: la naturaleza del significante es auditiva y, por ello, se desarrolla linealmente en el tiempo. Al pronunciar la palabra árbol, lo hacemos emitiendo un fonema tras otro: á-r-b-o-l, y en un orden concreto.
  • Inmutabilidad: cada relación de significante y significado está establecida para la comunidad lingüística que lo utiliza y ningún usuario puede cambiar dicha conexión a su gusto.
  • Mutabilidad: por otro lado, los signos lingüísticos son susceptibles de cambiar con el tiempo y evolucionar, por ejemplo hacer viene del latín facere y, más tarde, pasó a ser facer en castellano.

Los actos de habla

Al hablar el emisor codifica la información y produce un mensaje: realiza una acción, un acto de habla. Ese emisor tiene una intención con su mensaje, que se corresponde, como hemos visto en el cuadro de la página anterior, con una o más de las funciones del lenguaje. Para que el receptor comprenda el mensaje adecuadamente, debe descodificarlo, interpretarlo, correctamente.

Hay dos clases de actos de habla:

  • Actos de habla orientados al receptor: que correlativamente con los mensajes de función apelativa, tendrán forma de pregunta, orden, petición, consejo, etc.
  • Actos de habla orientados al emisor: que, como en la función emotiva de los mensajes, expresan emociones, sentimientos, amenazas, aceptaciones, explicaciones, afirmaciones, etc.

Además de esta primera clasificación, también podemos definir los actos de habla realizativos, que son aquellos en que el emisor hace lo que está enunciando: el mensaje es una acción en sí mismo.

Mira estos dos enunciados: a) Puede que lo compre b) Te perdono. En el primero se expresa una posibilidad, puede que ocurra o no, en cambio en b) tenemos una oración en que el emisor realiza la acción de perdonar al pronunciar la oración. Es característico de este tipo de actos de habla que cumplan las siguientes condiciones:

  • Suele tratarse de oraciones en primera persona del singular
  • Es habitual el uso del presente de indicativo (Te juro que no fui yo) aunque en algunos casos podemos encontrar verbos en pasiva (Se declara culpable), impersonal con se (Se requiere la presencia de sus padres); u oraciones atributivas con estar o quedar (Queda inaugurado este hospital).
  • Por último, el emisor, el receptor y el contexto han de ser los adecuados. Por ejemplo, solo un juez o un tribunal pueden declarar culpable o inocente a alguien.

Observa este cuadro:

ACTOS REALIZATIVOS

¿Qué expresan?

Expresivos

El emisor expresa un sentimiento, pensamiento o emoción: perdonar, disculparse, compadecerse, etc.

Directivos

El emisor requiere del receptor que realice una acción concreta: ordenar, instar, rogar, pedir.

Compromisorios

El emisor se compromete a hacer algo: prometer, comprometerse, acordar.

Declarativos

Son los realizados por las instituciones y autoridades (como el juez, la Administración, etc.): declarar, casar, certificar, absolver, etc.

Afirmativos

El emisor afirma algo con seguridad: afirmar, jurar, insistir, asegurar, etc.

Comunicación oral y escrita

Ya hemos hablado de que la capacidad humana de comunicarse se manifiesta primeramente en la lengua oral y para muchas sociedades es la única forma de comunicación. Pero las sociedades letradas cuentan además con la lengua escrita, la codificación signada de la lengua oral, y nos es imposible imaginar la vida cotidiana sin ella. La escritura surgió de la necesidad de preservar la información y la experiencia a través del tiempo y la distancia. De esta forma tenemos dos tipos de comunicación, la oral y la escrita, que tienen características propias que las definen y diferencian, y a la vez rasgos comunes. Mientras la lengua oral es inherente al humano, el aprendizaje de la lengua escrita es un proceso largo que se va perfeccionando. Así, con el tiempo, aprendemos a adaptar nuestros escritos a la situación comunicativa, al igual que lo hacemos con la lengua oral.

Cada una de las variedades tiene géneros específicos con normas y recursos que los caracterizan. Además lengua escrita y la oral se mezclan en muchas ocasiones, y hoy en día, con el uso de las nuevas tecnologías, vemos cómo en ciertos ámbitos (foros, chats, redes sociales, etc.) aparece la lengua escrita con rasgos propios de la oralidad. En este apartado vamos a definir todas estas cuestiones.

Características de la lengua oral y la escrita

En este cuadro puedes comparar la lengua oral y la escrita. Aunque las dos son manifestaciones de la lengua, presentan diferencias:

LENGUA ORAL

LENGUA ESCRITA

Se manifiesta a través de sonidos: canal auditivo.

Se manifiesta a través de signos: canal visual.

Emisores y receptores suelen encontrarse en el mismo lugar y tienen un número determinado.

El emisor y los receptores pueden estar separados tanto en el espacio como en el tiempo. El número de receptores puede ser ilimitado.

Es inmediata, efímera y espontánea: no requiere planificación previa y lo dicho no puede ser modificado.

Es diferida, ha de ser planeada y perdura en el tiempo: la escritura requiere planificación y

estructuración. El texto puede ser corregido.

Uso códigos no verbales (código proxémico: distancia entre los hablantes; código cinético: gestos, lenguaje corporal, muecas, etc.) para reforzar el mensaje.

No se hace uso de recursos no verbales, aunque en el mensaje pueden influir elementos como el soporte (papel, medios electrónicos), el formato (anuncio, libro,…) la tipografía, aparición de imágenes, etc.

Es frecuente el registro coloquial: es la lengua de la vida cotidiana. El lenguaje es menos cuidado.

El registro suele ser formal y el lenguaje refinado.

Abunda la coordinación y el léxico es limitado y repititivo.

La sintaxis es más elaborada, uso de subordinadas. El léxico es más escogido y variado, evita la repetición. Respeto de las normas ortográficas y gramaticales.

El mensaje se repite varias veces, se añaden detalles.

Prevalece la economía del lenguaje.

Refleja el nivel cultural del emisor.

Forma parte de la cultura de la comunidad en que fue creado.

La comunicación oral: tipos

Al hablar de textos orales, debemos distinguir entre aquellos planificados y aquellos no planificados. La conversación es el prototipo de texto oral no planificado. Sin embargo, los medios de comunicación, la radio y la televisión, nos ofrecen otros textos orales, planificados de antemano. Por consiguiente, debemos distinguir ambos tipos de texto, ya que, las características de unos difieren, aunque levemente, de las de los otros:

Textos orales planificados

Multidireccionales.

  • Coloquio: se trata de una conversación, en la cual hay un experto que la dirige por medio de preguntas que contestan los participantes.
  • Seminario: un grupo de personas estudian un tema y debaten sobre él.
  • Entrevista: los interlocutores no intercambian sus papeles: siempre es el emisor el que pregunta y el receptor el que contesta. Su finalidad es obtener información, por medio de esas preguntas. Muchas veces la entrevista aparece transcrita en una revista, periódico, etc.
  • Tertulia. se trata de un diálogo, dirigido por un moderador, sobre un tema determinado. Así pues, habrá tertulias literarias, políticas, etc.
  • Debate: es también un diálogo que se caracteriza por la oposición entre los argumentos de los participantes. En un debate es importante la estrategia empleada y la forma de emplear el lenguaje. La Retórica clásica enseñaba este tipo de características.
  • Mesa redonda: un grupo de expertos debaten acerca de un determinado tema ante unos espectadores.

Todos estos textos orales planificados, tienen algunas características comunes:

  • Necesitan ser preparados de antemano.
  • El tema también está fijado de antemano, así como los interlocutores.
  • Hay una organización, también pensada de antemano.
  • La expresión es cuidada y el léxico preciso.
  • Es fundamental la claridad a la hora de exponer las ideas u opiniones.

Unidireccionales.

En realidad, muchos de ellos son verdaderos textos escritos, pensados para ser leídos. Destacamos:

  • Charla: Es una exposición oral, con un fin informativo o divulgativo, dirigida a un auditorio. En ella se emplea un tono más informal.
  • Conferencia: Tiene las mismas características que la charla pero emplea un lenguaje más formal. El conferenciante suele emplear un guion.
  • Discurso: Participa de las mismas características que una conferencia, pero su finalidad es convencer o persuadir a un auditorio. Si el discurso se produce en el ámbito militar y es solemne, se denomina arenga. Si se produce en al ámbito cristiano, predicado por el sacerdote ante unos fieles se trata de un sermón u homilía. También existe la palabra mitin (tomada del inglés meeting) que es una reunión donde el público escucha el discurso de algún personaje de relevancia política o social.

Textos orales no planificados

  • Conversación: es el único texto oral no planificado.

La conversación es la forma más habitual de la comunicación oral. Es un intercambio entre varios interlocutores. Si solamente hay un emisor, se trata de un monólogo, no de una conversación.

Es un tipo de comunicación no planificada. Todas las características del cuadro anterior se observan con perfección en ella.

En una conversación, los interlocutores participan en ella activamente. Por ello, Paul Grice dice: “Haz que tu contribución sea la requerida para la finalidad del intercambio conversacional en el que estas implicado”. Por consiguiente, toda conversación se rige por cuatro principios o máximas:

  • De cantidad: haz que tu contribución sea tan informativa como sea necesario.
  • De cualidad: haz que tu contribución sea verdadera.
  • De relación: sé pertinente, no digas algo que no viene al caso.
  • De manera: sé claro, evita la ambigüedad, sé breve, sé ordenado.

A pesar de ser un texto no planificado, la conversación tiene una estructura muy similar en todos los casos:

  • Generalmente es un saludo o una llamada de atención para iniciarla.
  • Desarrollo: los participantes en la conversación intervienen, por turnos, y van introduciendo los temas. Las preguntas son muy frecuentes en este momento.
  • Conclusión: se da por terminado el tema, con alguna frase.
  • Cierre: suele haber alguna fórmula de despedida.

La conversación oral se puede mantener cara a cara, pero también a través del teléfono. En la sociedad actual, la conversación ha sufrido algunas modificaciones, debido a los avances técnicos. Todos conocemos conferencias virtuales, conversaciones por medio de Skype, hanghouts. El léxico que empleamos en una conversación es pobre:

  • Está lleno de palabras comodines, coletillas e incluso refranes.
  • Las repeticiones son constantes.
  • Se emplean vulgarismos e incluso se cometen incorrecciones.
  • Se dejan las frases sin terminar. Hay frecuentes omisiones en el discurso que se completan con el contexto.
  • Hay gran profusión de diminutivos o despectivos.
  • Se emplean localismos o dialectalismos.

Conversación y la tecnología

La inmediatez y los avances tecnológicos está dando nuevamente protagonismo a la palabra escrita.

El contexto informal, hace que olvidemos la corrección a la hora de escribir. Sin embargo, debes tener en cuenta que hay contextos formales que exigen máxima corrección lingüística.

En realidad, más que de incorrecciones hay que hablar de las omisiones; por ejemplo, no tener en cuenta la estructura del texto como saludos o despedida cuando escribimos un correo electrónico. La carta, enviada por correo postal y tal como se concebía en el siglo pasado, está desapareciendo, o siendo sustituida por otro tipo de mensajes, que emplea nuevos medios tecnológicos (e-mail, WhatsApp, sms, etc.). No obstante, la estructura de aquella es válida para estos nuevos formatos.

El tono y la expresividad tienen un papel preponderante en una conversación cara a cara; no solo porque el hablante deja traslucir sus sentimientos, sino también porque empleas recursos no verbales, como son los gestos, los movimientos… En los medios digitales, esta expresividad de la lengua oral se suple con otros recursos como emoticonos.

En El libro del español correcto, la RAE ofrece algunas recomendaciones a la hora de participar en conversaciones a través de chats, foros, blogs y otros medios digitales:

  • Brevedad en lo que escribimos.
  • Utilizar hipervínculos para facilitar al interlocutor el trabajo.
  • Seguir la estructura conversacional: saludo, despedida, frases de cortesía, etc.
  • Moderar el empleo de abreviaciones como x ‘por’ o xa ‘para’, y emplearlo solamente en textos informales.
  • Moderar el empleo de emoticonos, restringidos a un uso informal de los medios de comunicación tecnológicos, etc.
  • Moderar el uso de onomatopeyas.
  • No eliminar las tildes, especialmente en los textos de carácter formal.
  • Respetar el empleo de los signos de puntuación, que facilitan la comprensión del texto a nuestro interlocutor.
  • No abusar de las letras mayúsculas. El abuso se relaciona con el grito en el habla.
  • Si cometemos un error en un mensaje de un chat, conviene enviar otro haciendo notar dicho error y corrigiéndolo.
  • No olvides que, si citas a otra persona, o renvías su mensaje, debes hacer constar que esas palabras no son tuyas utilizando las comillas.

Debes tener presente que las intervenciones en foros, blogs o redes sociales pueden ser leídas por otras personas a las que no iba dirigido el mensaje. La forma en que nos expresamos, como nuestra apariencia física, ofrece información sobre nosotros mismos.

Lenguas y variedades

Las diferentes circunstancias sociales, geográficas, de situación e incluso individuales contribuyen a que existan diferentes formas de usar el código de una lengua. Hay tres tipos de variedades:

  • Variedad geográfica (dialectal, diatópica, geolecto o dialecto). Originadas por la diferenciación de una lengua en las distintas zonas del territorio. Así hablamos del español de Madrid, del español de Murcia, del español de La Mancha… Si la diferenciación es mayor, pero sin llegar a separarse del código común, hablamos de dialecto.
  • Variedad social (diastrática o sociolecto). Estas vienen determinadas por las diferentes características de los grupos sociales: su edad, su hábitat rural o urbano y su educación letrada o iletrada. Aquí usaremos siempre el término NIVEL y distinguimos:
    • Nivel letrado culto: el que se vale de mayor precisión léxica y de uso de términos abstractos, mejor estructurado sintácticamente, gran variedad de conectores y un cuidado especial en la pronunciación y en la entonación.
    • Nivel letrado medio o estándar. Adopta las exigencias normativas, pero es menos meticuloso y rígido que el anterior. Es la variedad que se ajusta a la norma o conjunto de usos tomados como modelo de comportamiento lingüístico. Se difunde a través de la enseñanza y los medios de comunicación.
    • Nivel popular. Se caracteriza por la expresión de la subjetividad mediante aumentativos, diminutivos (“¡Vaya cochazo!”); interrogaciones retóricas (“¿Qué me dices?”); afirmaciones y negaciones enfáticas (“de puta madre”, ¡Pues sí, hombre!, ¡Claro, faltaría más!); la apelación al oyente (“Mira, cariño”); y la economía del lenguaje mediante acortamientos (“cole”, “peque”); empleo de comodines (“¡Dame ese chisme!”) y muletillas (“Y yo le dije, ¿no?, que si quería…”).
    • Nivel iletrado o vulgar, en el que el hablante descuida la lengua no voluntariamente sino por falta de instrucción. Nos referimos a ciertos usos incorrectos, anómalos o al margen de la norma estándar y de las normas regionales. Por ejemplo: acortamientos (*ajubilo, *paralís) o alargamientos: (*descambiar); metátesis (*Grabiel); alteración de género (*cuala); solecismo (*me se rompió); alteraciones verbales (*cantastes, *veste); falsa concordancia del verbo haber con valor impersonal (*habíamos muchas personas); uso de “de que” con valor temporal (*de que venga el niño).
  • Variedad situacional (estilística, diafásica o fasolecto). Determinadas por las distintas situaciones comunicativas para el hablante: contexto formal (conferencia, entrevista de trabajo, etc.) requiere un registro diferente al de una conversación entre dos amigos, por ejemplo. Podemos mencionar dos registros existentes:
    • Formal: un ritual, en un examen, en una conferencia, petición en una ventanilla, presentación de un desconocido, etc.
    • Informal (coloquial o espontáneo). Se corresponde con el grado cero de planificación y se suele dar en situaciones de confianza (entre amigos, familiares, etc.). Los rasgos son los mismos que para los niveles culto y popular, respectivamente.

Jergas y lenguajes especiales

Jerga es el conjunto de formas de expresión características de un grupo. Así tendremos:

  • Las jergas profesionales o lenguajes especiales, que están dentro de los fasolectos. Por ejemplo, la jerga de la medicina, el lenguaje administrativo-jurídico, el lenguaje periodístico-político, la jerga taurina, la jerga futbolística, la jerga de los móviles y del chateo, etc.
  • Las jergas propias de un grupo social. Por ejemplo, el de la delincuencia (o lenguaje de germanías); el lenguaje de los jóvenes, etc. Todas tienen que ver con los sociolectos porque no se corresponden con una situación sino con los rasgos sociales del grupo.

Historia de las lenguas

En el mundo hay más de tres mil lenguas y, sin embargo, el número de estados no llega a doscientos, lo que significa que la mayoría de los países poseen varias lenguas, como le ocurre a España. Las lenguas tienen vida: nacen de otra lengua, crecen y desaparecen (o bien mueren definitivamente porque dejan de ser habladas o bien se transforman poco a poco en otra lengua distinta).

Las lenguas que tiene el mismo origen pertenecen a la misma familia lingüística. A la familia indoeuropea (pueblo que habitó hace cinco mil años el sur de Rusia y de allí se extendió por Europa y por Asia) pertenece el español y todas las lenguas románicas pero también el griego, las lenguas germánicas y las lenguas eslavas. Observa:

Situación lingüística en España

España es una nación multilingüe tanto desde la realidad sociolingüística como desde una perspectiva de política lingüística. Existen cuatro lenguas oficiales en el territorio.

Catalán

Resultado de la evolución del latín en el nordeste de la Península. Actualmente lo hablan cerca de siete millones de hablantes distribuidos por Cataluña, Baleares, gran parte de la Comunidad Valenciana, Andorra, Rosellón (Francia) y la ciudad de Alguer (Cerdeña).

En el Estatuto de Autonomía de 1932 es declarado lengua cooficial con el castellano en Cataluña. A partir de 1940 y hasta la Constitución de 1978 queda prohibido utilizar el catalán. Desde la vuelta de la democracia vuelve a tener la cooficialidad, aunque en Valencia se llama valenciano y en las Baleares, mallorquín. A lo largo de su historia, el catalán no dejó de hablarse ni en el medio rural ni el urbano, ni en el sociolecto alto ni en el iletrado.

Gallego

Actualmente hablado por dos millones y medio de personas en Galicia, parte de Asturias y León, es la lengua más aislada, por su situación, de las tres que en España descienden del latín. El Estatuto de Autonomía de Galicia de 1933 declara la cooficialidad del gallego con el castellano. Este estatuto no llegó a entrar en vigor al interferirse la guerra civil. La democracia la reconoció de nuevo en 1981.

Vasco

El nombre que esta lengua recibe en su sistema es euskera. En la actualidad cuenta con algo más de medio millón de hablantes, habitantes de Vizcaya, Guipúzcoa, parte de Álava y norte de Navarra, así como en los Bajos Pirineos Franceses. Es la única lengua que se conserva de las que se hablaban en la península cuando la invadieron los romanos. Por eso se clasifica como prerromana. Su origen sigue siendo desconocido. En 1933 se legaliza como cooficial con el castellano, en 1940 fue derogado y quedó prohibido su uso.

Desde 1979 el vasco conoce un poderoso resurgir, sobre todo en la población juvenil, en el que los vascos simbolizan la afirmación de una identidad cultural que no siempre se les ha reconocido.

Español o castellano

En los siglos XVI y XVII es la lengua de comunicación en Europa, como ahora es el inglés. Se desarrollan hacia el sur los dialectos del castellano:

  • Sefardí (judeoespañol o ladino) es el dialecto del castellano hablado por los judíos españoles expulsados de la Península por los Reyes Católicos a fines del siglo XV.
  • Tagalo es dialecto del castellano hablado en Filipinas. Está casi desapareciendo por la expansión del inglés.
  • El resto de dialectos meridionales tienen una serie de características comunes: el yeísmo: confusión en uno solo de los dos sonidos palatales “ll”, “y” pronunciados ambos como “y”; la relajación o pérdida de la -s final de sílaba o palabra /adíó/; la confusión de los sonidos r y l /sordao/; la pérdida de la -d- intervocálica /comío/: el uso oral de vocales abiertas en los plurales /muxerè/.

El español de América y el español en el mundo

El español es el tercer idioma por el número de hablantes (unos 400 millones), por el uso en Internet y por el número de personas que lo estudian en el mundo. Desde 1991 el Instituto Cervantes se ocupa de la difusión y enseñanza del español y la cultura española e hispanoamericana en todo el mundo. La Real Academia Española y las Academias de América mantienen una norma común, que difunden a través de su ortografía, su gramática y sus diccionarios. En 2009, 2010 y 2011 se publicaron las últimas versiones, con la incorporación como correctos de hábitos ortográficos y de vocabulario propios de toda la comunidad hispana.

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