Este poema reflexiona sobre qué es la poesía, negando que sea algo concreto como personajes, paisajes o símbolos literarios. Margarit sugiere que la poesía no es un objeto externo, sino una experiencia interna, un refugio que salva al poeta de sus miedos y conflictos. Así, la poesía aparece como una fuerza íntima que nos acompaña y protege frente a la soledad y el dolor.
Nadie es la patria.
J. L. Borges
Nada ni nadie es la poesía.
Ni el personaje solo en una roca
que mira los embates
del mar. Ni el mar, lo único
que ha perdurado en la mitología.
Poesía no eres tú. Ni los crepúsculos,
ni el inútil prestigio de la rosa,
ni haber escrito el verso más triste alguna noche.
Nada ni nadie es la poesía.
Ni el ínfimo temblor de las estrellas,
ni mármol y ceniza, reunidos por los clásicos,
ni los muelles al alba, ni la hojarasca al viento,,
ni escuchar la canción “Les feuilles mortes”.
Nada ni nadie es la poesía.
Ni las cartas de Rilke, ni Venecia,
ni la bala en la sien de Mayakovsky,
ni la luz del farol entre la niebla
donde siempre esperará Lili Marlene.
Nada ni nadie es la poesía,
pero en ella me salvo de este monstruo
que acecha en mi interior,
esa bestia que me hace compañía.
Joan Margarit, Aguafuertes, 1995
Autor
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Hola. Soy Víctor Villoria, profesor de Literatura actualmente en la Sección Internacional Española de la Cité Scolaire International de Grenoble, en Francia. Llevo más de treinta años como profesor interesado por las nuevas tecnologías en el área de Lengua y Literatura españolas; de hecho he sido asesor en varios centros del profesorado y me he dedicado, entre otras cosas, a la formación de docentes; he trabajado durante cinco años en el área de Lengua del Proyecto Medusa de Canarias y, lo más importante he estado en el aula durante más de 25 años intentando difundir nuestra lengua y nuestra literatura a mis alumnos con la ayuda de las nuevas tecnologías. Ahora soy responsable de esta página en la que intento seguir difundiendo nuestra literatura. ¡Disfrútala!
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