NUEVAS FORMAS DEL TEATRO EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX. VALLE INCLÁN. LORCA.
INTRODUCCIÓN.
Para llevar a cabo el estudio de este tema, debemos partir de la siguiente evidencia. El teatro debido a su carácter espectacular es uno de los géneros en los que la introducción de aspectos renovadores, presenta mayores dificultades. Se ve mediatizado de un modo mucho más evidente, por los condicionamientos comerciales, el coste que supone el montaje de una representación, reduce, como es natural, la posibilidad de asumir riesgos comerciales, es por ello por lo que muchas piezas de carácter innovador no llegan a los escenarios por miedo al fracaso comercial frente a un público que demanda, más que un teatro de contenidos trascendentes o experimentación literaria, un teatro de entretenimiento. Por tanto, antes de centrarnos en el hecho puramente literario, parece conveniente aportar algunos datos acerca del ambiente imperante en los teatros del periodo que nos proponemos analizar.
- Durante las dos primeras décadas de este siglo la afición al teatro en España es muy grande. El teatro de consumo dirigido a un público de extracción popular es, sin duda, el más abundante. El género chico domina la escena; se calcula que en torno a 1900 se estrenaban sólo en Madrid unas 1500 obras de este tipo. Un teatro de carácter popular al que también acudían intelectuales(recuérdese la famosa Cuarta del Apolo), y que dejó su huella en algunas grandes obras dramáticas como Luces de bohemia. Gozaban también de gran aceptación las revistas en muchos casos de contenido sicalíptico, y las variedades de origen francés. Espectáculos todos ellos que poco tenían que ver con lo literario y en los que el papel fundamental lo desempeñan la música y el baile. Cada representación consta de unos cuantos números, cada vez de menor duración, que se suceden sin ningún argumento o hilvanados por uno mínimo.
- Desde 1920 hasta la guerra la situación en poco varía. Los teatros continúan en manos de los mismos empresarios condicionados por los intereses comerciales encaminados a un público sin otras inquietudes que las meramente lúdicas. Pueden consignarse, eso sí, algunas excepciones. Así el arrendamiento de 1930 a 1935 del Teatro Español por la compañía de Margarita Xirgu y Rivas Cherif, en el que se representaron, entre otras, algunas de las obras de García Lorca. Otros intentos de renovación son los llevados a cabo por las compañías independientes, proyectos en los que también interviene como actor o director Rivas Cherif. Agrupaciones de breve existencia debido a la cuestión económica(El mirlo blanco, Teatro de la escuela nueva). Otras iniciativas a constatar son las promovidas desde el gobierno de la 2ª República para acercar la cultura a entornos socialmente excluidos de ella(rurales). En esta línea se encuentran las Misiones Pedagógicas(Casona), o los grupos universitarios: El búho(Valencia, dirigida por Max Aub), La barraca(Madrid, impulsada por Lorca).
En definitiva, y ciñéndonos ya a lo puramente literario, este ambiente implica la existencia, durante la primera mitad del siglo de dos tipos de teatro.
- Teatro comercial, continuador, en buena medida de los presupuestos de la dramaturgia decimonónica.
- Teatro renovador.
En este tema se nos pide el estudio de la 2ª vertiente dramática, no obstante, antes de pasar a su estudio, en el que dedicaremos especial atención al de Valle y Lorca. Dedicaremos un espacio al teatro conservador, centrándonos sobre todo en aquel que con sus limitaciones, implicó algún aspecto novedoso.
EL TEATRO COMERCIAL.
En este grupo, distinguimos principalmente, tres tendencias:
- La comedia burguesa.
- El teatro en verso.
- El teatro cómico.
Parece indudable que de ellas, fue la comedia burguesa la que aportó a la escena española mayores novedades. Su máximo representante fue Jacinto Benavente. Este dramaturgo, inicia su andadura con la obra El nido ajeno, que constituye una crítica explícita a la situación de sometimiento y opresión padecida por la mujer casada burguesa. La crítica más progresista y los jóvenes intelectuales acogieron su estreno con elogios a su alto grado de compromiso y su perfección técnica; no sucedió lo mismo con el público ya que, comercialmente, la obra fue un fracaso. En esos momentos iniciales de su carrera al dramaturgo se le plantea el conflicto de continuar en esa línea o pactar con el público, rebajando el grado de compromiso de su producción. Benavente, optará por la segunda vía, a partir de entonces, su teatro reduce el contenido crítico cuidándose de no traspasar los límites impuestos por el respetable.
De este modo, en todas sus obras posteriores hay un componente de crítica social siempre prudentemente edulcorado. En esta línea está su máxima obra: Los intereses creados. Una farsa en la que el autor introduce a los tipos de la Commedia dell´Arte para dibujar una visión bastante cínica de los ideales burgueses rebajada mediante el humor. También cultivará el drama rural en La malquerida. El máximo mérito de Benavente es haber contribuido a la renovación de los gustos del público imponiendo una sensibilidad, plenamente alejada del teatro grandilocuente de los románticos y mucho más cercana al teatro contemporáneo. Su fórmula teatral contará con muchos seguidores en su época y también en la postguerra: Calvo-Sotelo.
Mucho menos actual resulta el denominado teatro en verso, cultivado por Marquina y Villaespesa. Es un teatro histórico de ideología tradicionalista, en el que se exaltan antiguos valores como el honor o la valentía, desde el punto de vista formal resulta evidente la intención de emular al teatro áureo, con evidentes resabios postmodernistas. En esta línea: En Flandes se ha puesto el sol(Marquina), Doña María de Padilla(Villaespesa). También en verso, aunque de corte popular es el teatro de los hermanos Machado: La Lola se va a los puertos.
En el ámbito de la comedia dos son los géneros que triunfan: el sainete y la comedia costumbrista. Los reyes de la comedia costumbrista son los hermanos Alvarez Quintero, que desarrollan sus comedias en ambientes castizos, la trama siempre se centra en problemas amorosos, los personajes son tipos populares, uno de los principales recursos humorísticos es el uso del habla andaluza. Son piezas absolutamente intrascendentes cuya única intención es divertir.
Más interesante es el trabajo de Arniches sobre todo su tragedia grotesca, en la que lo irrisorio y lo cruel se mezclan con una intención crítica, en este género se inscribe La señorita de Trévelez.
Habría que consignar finalmente, en el ámbito de la comedia un subgénero interesante, por lo que tiene de crítica paródica del teatro en verso, me refiero a la astracanada de Muñoz Seca, dentro de la cual destaca La venganza de Don Mendo.
EL TEATRO RENOVADOR.
LA GENERACIÓN DEL 98.
Algunos de los principales intentos de renovación de la escena española vienen de las filas de la denominada generación del 98, dejando de lado la figura de Valle, en cuyo estudio nos centraremos más adelante, podemos constatar entre los 98istas las siguientes aportaciones.
Unamuno, cultiva un teatro de ideas que sirve para dar salida a sus conflictos existenciales. Sus principales características son la gran densidad de los diálogos, la supresión de la escenografía, y de las escenas de divertimento o transición, con tendencia a que uno de los personajes sea el que lleve todo el peso de la acción. El otro, Fedra.
Azorín cultiva un teatro de corte simbólico(influido por el teatro de ensueño), en el que la acción externa nos remite a cuestiones espirituales y existenciales. Hay escaso movimiento, diálogos breves y personajes estrambóticos. La muerte es tema recurrente: Doctor Death de 3 a 5, La arañita en el espejo, El segador, conforman la trilogía Lo invisible.
Posiblemente, el dramaturgo más notable coetáneo del 98 es Jacinto Grau, su teatro triunfa en el extranjero, pero fracasa en España. En su obra revisa desde una perspectiva actual, antiguos mitos de la cultura occidental, cultivando especialmente la tragedia. El hijo pródigo, El señor de Pigmalión. Su teatro se encuentra lastrado por la utilización de un lenguaje excesivamente artificioso que hoy nos lo aleja.
LA VANGUARDIA Y LA GENERACIÓN DEL 27.
El principal renovador del teatro desde el ámbito de la vanguardia es Ramón Gómez de la Serna. La mayoría de su dramaturgia, que el mismo definía como teatro para no ir al teatro, se queda sin estrenar. Son obras cargadas de simbolismo con acciones y personajes insólitos las más conocidas son Utopía y Los medios seres que constituye una especie de parábola existencial en la que la mitad negra de los personajes nos remite a la incompletitud y la frustración humanas.
Desde la generación del 27 y por parte de autores coetáneos a ella se realizarán importantes aportaciones. Aportaciones que, a grandes rasgos, se pueden resumir de un modo generalizador en tres: depuración del teatro poético(por mediación, sobre todo de la obra de Lorca, en cuyo teatro nos detendremos después); acercamiento del teatro al pueblo e incorporación de las formas de vanguardia. Entre esta adopción de técnicas y formas de la vanguardia, hay que destacar la obra de preguerra de Alberti El hombre deshabitado marcada por la impronta del Surrealismo. No obstante, la obra dramática más conocida del poeta gaditano, El adefesio, no será objeto de estudio en este tema por ser ya de postguerra. Antes de la guerra también cultiva el teatro político: Fermín Galán.
Teatro político es también, principalmente, lo que cultiva Miguel Hernández, un teatro que dista mucho de la calidad que alcanzó su poesía, y que aparece lastrado por un excesivo partidismo: El labrador de más aire y Teatro de guerra.
El máximo responsable de la renovación del teatro poético junto a Lorca, será A. Casona. Aunque la mayor parte de su teatro se desarrolla en la postguerra, es necesario hacer referencia a sus obras anteriores al conflicto: La sirena varada, que obtuvo el premio Lope de Vega, y Nuestra Natacha.
La crítica más progresista de postguerra ha tildado su teatro de evasionista. En la actualidad, no parece apropiado hacerle ese reproche a su teatro. En sus obras, como es el caso de La sirena varada, lo que se plantea es un conflicto entre realidad y fantasía. En algún momento, los personajes recurren a la fantasía como refugio para sus angustias existenciales, pero el conflicto dramático siempre acaba se resuelve asumiendo la realidad, enfrentándose a ella. Nuestra Natacha, es una obra reivindicativa, un tanto idealista en la que el autor toma posiciones con respecto a la educación como principal recurso para mejorar al hombre y la sociedad.
VALLE INCLÁN.
La trayectoria literaria de Valle muestra una evolución paralela a su ideología. Del mismo modo que pasa, en lo ideológico, de posiciones tradicionalistas afines al carlismo, a la militancia como integrante del PC. En lo literario pasa de un Modernismo elegante y preciosista de carácter mítico, a un teatro crítico fundamentado en el principio de la distorsión expresionista de la realidad.
Este hecho, fue lo que le sirvió la denominación, por parte de Pedro Salinas, de Hijo pródigo del 98. Aunque sean evidentes las diferencias entre estas dos etapas de su trayectoria, la crítica más cercana a nosotros(Doménech), desaconseja oponerlas, puesto que en su etapa modernista ya se apuntan algunos rasgos del esperpento, y en los esperpentos aún persisten componentes míticos y elegíacos propios de la primera época.
De la primera época lo más destacable de su producción es el ciclo de las comedias bárbaras compuesto por: Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata. Todas ellas se encuentran vinculadas de tal modo que cada una vendría a equivaler al acto de un mismo drama. Resultan irrepresentables, de ahí que se haya discutido mucho si se trata de teatro o de novela dialogada. Al margen de esto, lo que es indiscutible es su ingente fuerza dramática. Se desarrollan en un ambiente rural gallego, pleno de miseria y violencia, pero con una inequívoca atmósfera poética. Los personajes son extraños, muchos de ellos tarados y siempre movidos por violentas pasiones, entre ellos descuella, la figura del tiránico hidalgo Juan de Montenegro. Representan como toda la obra de Valle, un prodigio de elaboración estilística.
Otra obra de gran interés que cronológicamente entraría en la primera etapa pero que según muchos críticos constituye el primer esperpento es Divinas palabras. Ambientada también en el campo gallego, extrema los rasgos apuntados por las Comedias Bárbaras, con la nota constante de las deformidades morales y sociales expresadas a través de un lenguaje desgarrador.
La época del esperpento se abre de modo explícito con Luces de bohemia, sin duda la obra más conocida de Valle, y la más representada.
Con el nombre esperpento, el autor designa a esas obras en las que lo trágico y lo cómico se hallan mezclados conformando una tercera sustancia que aspira a ser una superación del dolor y de la risa. La definición del esperpento aparece enunciada en la escena XII de esta obra por boca de Max Estrella, transfiguración literaria de Alejandro Sawa.
España es una deformación grotesca de la civilización europea
El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética
Sistemáticamente deformada. Los héroes clásicos han ido a pasearse
Al callejón del gato, los héroes clásicos reflejados en un espejo
Cóncavo, dan el esperpento. Las imágenes más bellas, en un espejo
Cóncavo son absurdas. Mi estética actual, es transformar con matemática de
Espejo cóncavo las normas clásicas. Deformemos la expresión en el mismo
Espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España.
La estética del esperpento según Valle consiste en mirar a los personajes desde arriba. Sus fuentes: Barroco, expresionismo europeo, literatura arrabalera (La golfemia de Granés).
Con todo lo que parezca en la teoría, la esperpentización de Valle nunca es total. En sus mejores personajes, la degradación coexiste con gestos de gran dignidad humana y nobleza de alma. Tal es el caso del inolvidable Max Estrella, en el que se mezclan lo sórdido y lo heroíco, con continuas muestras de orgullo y de fraternidad hacia los maltratados. Caso diferente es el de don Latino, el guía de Max en el descenso a los infiernos que constituye la acción de Luces de bohemia. Latino, sí es plenamente esperpento, aparece cosificado y animalizado con gestos que lo equiparan a un perro, sin un solo rasgo positivo. Luces de bohemia al igual que la mayoría de los esperpentos constituye una áspera crítica de las injusticias de la sociedad española[1], a la par que una trágica visión de la existencia(presenta la obra como toda tragedia que se precie una fatalidad que se concreta en el uso de la ironía trágica como principio estructurante de la acción).
Los cuernos de don Friolera(caricatura del honor), Las galas del difunto(donjuanismo y satanismo), La hija del capitán. Constituyen el conjunto Martes de Carnaval. En ellos la esperpentización es más radical que en Luces de Bohemia. A medio camino entre el esperpento y el teatro mítico se situaría el Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte, otra vez ambientado en tierras gallegas.
En su época, las obras de Valle debido a su complejidad escénica y al uso de algunos recursos próximos al cine no llegaron a ser representadas. Habrán de pasar muchos años para que puedan llevarse al escenario comprobándose así su gran eficacia dramática y su plena actualidad en nuestros días.
LORCA.
El mundo dramático de Lorca.
Al igual que sucede con su poesía, la temática profunda que vertebra la producción teatral de Lorca es la frustración. En todas sus obras se nos presenta la pugna trágica entre la realidad y el deseo, una pugna que siempre se decanta a favor de la realidad. Las ansias de plenitud y libertad de los héroes lorquianos, están abocadas al fracaso, estrellándose contra una especie de fatum trágico, que puede ser la injusticia de la sociedad que anula al individuo, o una entidad que trasciende lo social, alcanzando resonancias metafísicas.
En este universo trágico, la mujer desempeña un papel esencial, la mujer al igual que en poesía lo habían sido los gitanos y los negros, se convierte en una figura idónea para encarnar la temática de la frustración, debido a la represión y a la marginalidad a la que la sociedad de entonces la había relegado.
A la hora de determinar la filiación de la dramaturgia lorquiana, son varias las fuentes que se pueden aducir:
- Es patente la influencia del Modernismo, sobre todo en su primera época.
- El drama rural de épocas anteriores.
- Los clásicos.
- La vanguardia.
Cultiva Lorca los géneros dramáticos más variados: farsa, el guiñol, el drama simbolista en la línea del teatro de ensueño, la tragedia, y el llamado teatro imposible de corte surrealista.
Logrará combinar como nadie, la perfecta construcción dramática, los valores poéticos y el lirismo en el que se funden los elementos populares y la imaginería y procedimientos de significación de la vanguardia. Utiliza en la construcción de sus obras la prosa y el verso. Y son, curiosamente, sus obras en prosa las que mayores valores poéticos muestran.
Su trayectoria dramática se puede dividir en tres etapas: comienzos(años 20), experiencia vanguardista, plenitud.
Primeras obras.
En esta época, es en la que se percibe con mayor claridad el influjo de la estética modernista. Su primera obra El maleficio de la mariposa es de evidentes raíces simbolistas. En ella se describe la historia de amor imposible entre un curianito y una mariposa. Fue estrenada en 1920 constituyendo un fracaso total.
En estos primeros años cultiva también el subgénero del guiñol en unas piezas que sólo llegaron a conocer sus más allegados y en las que se percibe, perfectamente, la nostalgia de la infancia.
Su primer éxito, vendrá en 1927 con Mariana Pineda, un drama en verso, con resabios modernistas(teatro histórico, Lorca admiraba a Marquina). Es una historia de amor trágico, que cobraría unas resonancias antidictatoriales que según parece, el autor no tenía previstas.
Otra obra de esa época de gran calidad será La zapatera prodigiosa, subtitulada farsa violenta, que trata de una joven casada con un zapatero viejo e insatisfecha. Otras obras de este primer período son Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, y el guiñol Retablillo de don Cristobal.
La experiencia vanguardista.
En torno a 1928, Lorca se replanteará los principios de su arte, impulsado por el ejemplo de algunos de sus amigos, que ya se habían incorporado a la revolución surrealista. Es por ello por lo que, coincidiendo con Poeta en NY. Lorca incorpora a su teatro la estética surrealista, en las comedias imposibles. De esta época de experimentación son producto: El público y Así que pasen cinco años. La primera se nos presenta como un Auto sacramental sin Dios en el que los personajes encarnan las principales obsesiones del poeta. Esta obra, desconocida hasta hace poco, no presenta una versión definitiva. A ella subyacen tres intenciones: acusar a la sociedad, condenando la intolerancia hacia los homosexuales a los que el público crucifica. Criticar a quienes no reaccionan valientemente hacia esta represión y proclamar la licitud de todo tipo de amor. Todo esto expresado en clave alegórica, y haciendo uso del metateatro.
Así que pasen cinco años, nos ha llegado más elaborada. Presenta a un joven partido entre dos amores, animado por un ansia de paternidad imposible, luchando por realizarse contra la corriente inasible del tiempo y de la vida. La obra desarrolla, en parte, los sueños del protagonista e ilustra una vez más la frustración.
Son varios los valores de estas obras. En primer lugar son testimonios muy valiosos acerca de la psicología de Lorca. Por otra parte, constituyen innovaciones radicales en el panorama teatral de entonces. Naturalmente, por aquella época no lograron ser representadas, Lorca, consciente de ello, auguraba diez o veinte años de margen para que fueran representadas. Más tiempo ha tenido que transcurrir(años 80), pero ambas han cosechado éxitos de crítica y público.
La plenitud.
Tras los años de experimentación con el teatro imposible Lorca imprime un giro radical a su trayectoria, emprendiendo un camino de gran originalidad, cuya esencia radica en hermanar el rigor estético y el alcance popular. Son los años en los que pone en marcha su compañía universitaria La barraca, por esa época, Lorca declara repetidamente su ansia de una comunicación más amplia y de la orientación social de su dramaturgia.
En nuestra época, el poeta ha de abrirse las venas por los demás.
Por eso yo me he entregado a lo dramático, que nos permite un contacto
Más directo con las masas.
Por esta vía encontrará, excepcionalmente, a la par que la plenitud de su arte dramático un éxito multitudinario y sin fronteras. A esta etapa, corresponden dos tragedias, dos dramas y una comedia inacabada. Como ya anticipamos, en todas ellas, la mujer ocupa un puesto central, implicando un doble contenido: la reivindicación de la mujer en sí, y por extensión, de todos los marginados y los oprimidos.
Bodas de sangre(1933), se basa en un hecho real, sucedido en los campos de Níjar. El tema central es la pasión desbordante, que salta todas las convenciones sociales pero culmina en tragedia, en un marco de venganzas y odios familiares hereditarios. Es destacable, el ambiente andaluz esencializado, e inconcreto que cobra resonancias de la Grecia clásica. Elementos míticos se mezclan con los personajes reales, de carne y hueso. El verso se mezcla con la prosa, dando lugar a momentos muy intensos y a verdaderos coros.
Yerma(1934), es el drama de la mujer infecunda con todo su alcance simbólico, el conflicto surge entre la insatisfacción sexual y la honra, con la fidelidad al marido que ésta implica.
Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores(1935), es un drama sobre la espera del amor que no llega. Lorca se asoma a la situación de la mujer en la burguesía urbana, a la soltería de las señoritas de provincias, y a su marchitarse como las flores. Es magistral la combinación de lo ridículo y lo patético.
Finalmente, la que se considera su obra maestra, La casa de Bernarda Alba, que aborda una vez más el conflicto entre la realidad y el deseo. La lucha del amor y el ansia de libertad encarnada en Adela y su idilio con Pepe el Romano, contra la autoridad ciega e irracional de Bernarda y el luto forzado en la atmósfera agobiante de la casa. Parece ser que para ello Lorca se inspiró en un caso real. Entre los ecos literarios que pueden aducirse: el drama rural de Arniches, Shakespeare (la lucidez del loco: María Josefa), y Calderón. La peripecia tiene lugar en un enrarecido ambiente de crispación sexual, y envidia, por parte de las hermanas hacia Adela. Es asombrosa la maestría de Lorca a la hora de crear un lenguaje poético de hondas raíces populares. Sin vulnerar en ningún momento la naturalidad y la fluidez del diálogo.
[1] Un retrato de España que logra ser global gracias a una hábil uso del anacronismo.
Autor
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Hola. Soy Víctor Villoria, profesor de Literatura actualmente en la Sección Internacional Española de la Cité Scolaire International de Grenoble, en Francia. Llevo más de treinta años como profesor interesado por las nuevas tecnologías en el área de Lengua y Literatura españolas; de hecho he sido asesor en varios centros del profesorado y me he dedicado, entre otras cosas, a la formación de docentes; he trabajado durante cinco años en el área de Lengua del Proyecto Medusa de Canarias y, lo más importante he estado en el aula durante más de 25 años intentando difundir nuestra lengua y nuestra literatura a mis alumnos con la ayuda de las nuevas tecnologías. Ahora soy responsable de esta página en la que intento seguir difundiendo nuestra literatura. ¡Disfrútala!
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