“Los santos inocentes” de Miguel Delibes es una novela publicada en 1981 que se ha convertido en una de las obras más destacadas de la literatura española del siglo XX. Ambientada en la España rural de los años 60, la novela retrata con crudeza y realismo las desigualdades sociales y la opresión de las clases trabajadoras en un cortijo extremeño.
La historia se centra en una familia de campesinos pobres, encabezada por Paco “el Bajo” y su esposa Régula, que sirven a los terratenientes del cortijo en condiciones casi feudales. Entre los personajes principales destaca Azarías, el hermano de Régula, un hombre con discapacidad mental que tiene una conexión especial con la naturaleza y los animales.
Delibes utiliza un estilo narrativo innovador, eliminando los signos de puntuación convencionales y mezclando las voces de los personajes con la del narrador, lo que da a la obra un carácter poético y vívido. A través de esta técnica, el autor logra transmitir de manera efectiva la atmósfera opresiva y la resignación de los personajes ante su situación.
A su hermana, la Régula, le contrariaba la actitud del Azarías, y le regañaba y él, entonces, regresaba a la Jara, donde el señorito, que a su hermana, la Régula, le contrariaba la actitud del Azarías porque ella aspiraba a que los muchachos se ilustrasen, cosa que a su hermano, se le antojaba un error, que,
luego no te sirven ni para finos ni para bastos,
pontificaba con su tono de voz brumoso, levemente nasal,
y, por contra, en la Jara, donde el señorito, nadie se preocupaba de si éste o el otro sabían leer o escribir, de si eran letrados o iletrados, o de si el Azarías vagaba de un lado a otro, los remendados pantalones de pana por las corvas, la bragueta sin botones, rutando y con los pies descalzos e, incluso, si, repentinamente, marchaba donde su hermana y el señorito preguntaba por él y le respondían,
anda donde su hermana, señorito,
el señorito tan terne, no se alteraba, si es caso levantaba imperceptiblemente un hombro, el izquierdo, pero no indagaba más, ni comentaba la nueva, y, cuando regresaba, tal cual,
el Azarías ya está de vuelta, señorito,
y el señorito esbozaba una media sonrisa y en paz, que al señorito sólo le exasperaba que el Azarías afirmase que tenía un año más que el señorito, porque, en realidad, el Azarías ya era mozo cuando el señorito nació, pero el Azarías ni se recordaba de esto y si, en ocasiones, afirmaba que tenía un año más que el señorito era porque Dacio, el Porquero, se lo dijo así una Nochevieja que andaba un poco bebido y a él, al Azarías, se le quedó grabado en la sesera, y tantas veces le preguntaban,
¿qué tiempo te tienes tú, Azarías? otras tantas respondía,
cabalmente un año más que el señorito,
Autor del audio: Víctor Villoria