Estos poemas nacen de tu ausencia.
Mira mis labios: están secos, solos.
Tantas noches pasaron a los tuyos
unidos, apurando cada poro
de tu ser, que hoy no tienen ya razón
para existir aquí, en el abandono.
También el aire muere entre los robles
y en sus copas se extinguen, poco a poco,
los silbos de los pájaros, la queja
emocionada del ocaso rojo.
Todo muere.
Las barcas van cansadas
sobre las aguas muertas.
Suena ronco
el golpe de los remos.
Te diré
que, además de tu ausencia, ahora noto
el desamor sembrado en mis entrañas
como una muerte lenta, como un lloro.
El desamor, las huellas del recuerdo,
el sentir deshacerse cada gozo,
descubierto a tu lado, sin remedio.
Mira mis labios, mírame a los ojos
desde la estancia oscura donde sueñas.
Piensa, por mí que aún puede haber retorno
para estos labios mudos, para el pecho
en soledad que te aceptó amoroso.
Antonio Colinas, Junto al lago, 1967
Autor del audio: Víctor Villoria
Música procedente de Jameo, Torley on piano