Poesía Edad Media
Cantar de Mío Cid
Se trata de la primera obra poética extensa de la literatura española y el único cantar épico de la misma conservado casi completo; solo se han perdido la primera hoja del original y otras dos en el interior del códice, aunque el contenido de las lagunas existentes puede ser deducido de las prosificaciones cronísticas, en especial de la Crónica de veinte reyes.
Anónimo. La ermita de San Simón.
Otra muestra más de nuestro fabuloso romancero. En este caso mezclando religión y amor.
Anónimo. Romance del enamorado y la muerte
Este curioso romance, desconocido en todas las colecciones, menos del Romancerillo de Milá, se conserva en la tradición del noroeste de España (Asturias, León, Zamora), en Cataluña y entre los judíos españoles de Grecia. Procede de un romance de Juan del Encina que comienza: Yo me estaba reposando, durmiendo como solía, muy divulgado en el siglo XVI. Es una de tantas elegías amorosas. La tradición reelaboró el tema convirtiéndolo en un singular esbozo dramático de amor y muerte.”
Anónimo. El conde Olinos
Otro romance del que existen más de 75 versiones. Aunque es narrativo incorpora muchos elementos fantásticos que han hecho de él uno de los más conocidos y difundidos geográficamente.
Anónimo. Romance del prisionero.
El tema de la avecilla que promueve la melancolía de un prisionero es un tema repetido en otras literaturas, pero lo que diferencia este poema de los restantes es la ausencia de patetismo y la capacidad para centrarse en lo fundamental con el menor número de recursos posible. Se ha traducido a diversos idiomas.