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Introducción
El período literario que se extiende desde fines del siglo XIX hasta principios del siglo XX se caracteriza por los aires de renovación cultural y estética que llegan a través del Modernismo y el Noventayochismo, pero también por preparar el camino a la eclosión de las Vanguardias mediante la Generación de 1914.
El inicio de esta crisis puede situarse en 1885, momento en que comienza a extenderse un profundo sentimiento de desencanto ante la forma de vida burguesa, que provocará un regreso al idealismo e irracionalismo de raíz romántica basado en la filosofía de Schopenhauer, Kierkegaard y Nietzsche con algunas influencias del intuicionismo bergsoniano y del psicoanálisis de Freud, y que será desarrollado por corrientes artísticas como el Parnasianismo francés y su defensa de “el arte por el arte” (sólo llegarán rasgos, pero en España no habrá parnasianistas puros), por el Decadentismo, que acabó confundiéndose con el Dandismo y la Bohemia hasta convertirse en una pose vital, consistente en la exaltación de los paraísos artificiales (drogas / alcohol), el sexo como trasgresión y la provocación que aparecen en autores como Baudelaire y Rubén Darío; y por el Simbolismo cuya base es sugerir a través de la correspondencia entre percepciones sensoriales de diferente tipo y los estados de ánimo o los objetos.
El Simbolismo, con Bécquer como precedente y las influencias de Baudelaire y Verlaine entre otros, fue la corriente literaria que más influyó en la literatura española del momento. Esta tendencia tuvo su correspondiente pictórica en el Impresionismo.
Junto al irracionalismo y el idealismo surgen algunas tendencias místicas, en los más de los casos poco relacionadas con el fervor religioso, como puede comprobarse en Unamuno y Rubén Darío.
Así planteada, la estética finisecular tiene mucho que agradecerle al Romanticismo de donde extrae el gusto por lo exótico, lo satánico y lo inefable en el cual es maestro E.A. Poe, y a otras disciplinas artísticas como la música o la pintura, de la cual procede el gusto por lo medieval como regreso a la belleza primigenia, tal como plantearon los Prerrafaelistas británicos formados en torno al poeta y pintor italiano Dante Gabriel Rossetti tanto como lo grotesco y monstruoso a través del Expresionismo.
Lírica española finisecular
Modernismo y 98
Características
Como ya se ha expuesto en temas anteriores, las diferencias entre Modernismo y 98 no son lo suficientemente poderosas como para que estas tendencias deban considerarse por separado, a parte de esta puntualización, hay que tener en cuenta también, que algunos autores de esta época cultivarán esta tendencia durante toda su vida, mientras otros irán evolucionando, de manera que será más difícil clasificarlos.
El Modernismo tiende más hacia la musicalidad y brillantez, de manera que se mantiene fiel a las raíces románticas, tomando también las influencias simbolistas mediante las cuales realizó el perfeccionamiento y ampliación de la herencia métrica y el acercamiento a la libertad del verso en relación con cualquier poética.
El 98 coloca, frente a este desequilibrio lingüístico que anuncia lo que podrá llegar a ser la Vanguardia, la claridad y precisión en el lenguaje y el aprecio por la tradición que puede comprobarse en el Modernismo a través del respeto de las formas estróficas (que no serán renovadas hasta la llegada de la Vanguardia) aunque ya se ensayan algunas novedades en el ámbito del verso.
En líneas generales la temática característica del grupo generacional del 98 es el tema de España y el castellanismo como símbolo, mientras el Modernismo se centra en el universo del mundo urbano y decadente (heredado del Simbolismo) y el universo de lo metafísico o exótico (procedente del Romanticismo y el Parnasianismo)
Autores
A la hora de historiar el movimiento modernista en España, hay que tener muy en cuenta el papel desempeñado por gran número de revistas, como Germinal (1897), Vida Nueva (1898-99), Revista Nueva (1899), La vida literaria (1899), Helios (1903-1904), o Renacimiento (1907), junto a los autores siguientes.
Precursores:
Ricardo Gil (1855-1908) Madrileño. Su primer libro de poemas es De los quince a los treinta, pero su obra más importante es La caja de música (1898), todavía con influencias de románticos como Bécquer, Zorrilla y Campoamor.
Manuel Reina (1856-1905), muy influido por Núñez de Arce, publica su primera obra con el título de Andantes y allegros (1877), a la que le siguen Cromos y Acuarelas (1878), las cuales revelan su interés por la música y la pintura. Su obra más cercana al Modernismo será La vida inquieta.
Estos dos autores son los más representativos de la transición del Romanticismo al Modernismo, especialmente en Reina se puede señalar el paso de la expresión de emociones a sensaciones.
Salvador Rueda (1857-1933) es el más destacado representante del Modernismo Español, siendo sus obras más destacadas Cuadros de Andalucía (1883), Piedras Preciosas (1900) y Lenguas de Fuego (1908), además de Tropel, que apareció en 1893 con un pórtico de Rubén Darío, que lo confirmó como representante máximo del Modernismo peninsular.
Sus obras revelan un claro deseo de romper con las fórmulas poéticas de los años 80 y de volver a la búsqueda de la belleza, el color y la armonía. Algunas de sus innovaciones métricas se adelantan a las de Rubén Darío.
Representantes más destacados:
Francisco Villaespesa (1877-1936) Iniciador del Modernismo en España mediante la introducción de los poetas hispanoamericanos en los ambientes culturales españoles, en parte gracias a su amistad con Rubén Darío; Destaca también su amistad con Juan Ramón Jiménez.
Entre sus obras destacan Intimidades (1908), La copa del rey Thule (1900) y Tristitiae rerum (1906)
Manuel Machado (1874-1947) Sevillano. Fue bibliotecario, periodista y crítico teatral además de Académico de la Lengua desde 1938. Fue uno de los primeros autores en cultivar el Modernismo a través de Alma (1902), libro de poemas que enlaza con la poesía de Rubén Darío y Paul Verlaine, de los que recoge sensualismo y humor además de con la de Salvador Rueda y Campoamor de la que hereda el hastío (Spleen), la nostalgia y el romanticismo, que al final de su vida serán completados con el sentimiento religioso. Fue reeditado bajo el título de Alma Museo.
Entre sus obras destacan Caprichos (1905), La fiesta nacional (1906), Los Cantares (1907), El mal poema (1909), que puede entenderse como caricatura de Alma, a través de una nueva expresividad; y Cante hondo (1912) que supone una anticipación al neofolklorismo de la Generación del 27, todos ellos profundamente enraizados en la cultura popular andaluza y el Modernismo.
Sus últimas obras son Ars moriendi (1921) y Phoenix (1936), ambas se expresan a través de un nuevo modelo estético, que se emparenta con el de El mal poema y se aleja de las convenciones modernistas.
Antonio Machado (1875-1939) Sevillano. De niño la familia se traslada a Madrid, por lo que estudiará en la Institución Libre de Enseñanza. Viajará a París en 2 ocasiones y al final logrará un puesto como profesor de Francés del instituto de Soria en 1907, momento en que tomará contacto con el paisaje castellano, de gran importancia en su obra. En 1909 se casa con una alumna de 15 años (Leonor) que fallecerá en 1912 dejando al poeta sumido en la desesperación; a raíz de este hecho se trasladará a Baeza donde continuará su magisterio.
Sólo en 1919 regresará a Castilla. A partir de 1926 aparece en sus versos un nuevo amor, bajo la señal de Guiomar, se trata de una mujer casada. En 1927 fue nombrado miembro de la Real Academia Española, pero no llegó a ocupar su sillón oficialmente.
Por su apoyo a la República, se ve obligado a trasladarse a Valencia al estallar la Guerra Civil, de allí irá a Barcelona y de allí cruzará la frontera dentro de un grupo de refugiados en 1939; Ese mismo año morirá enfermo en Colliure.
Este autor ha sido incluido tanto en la nómina modernista como en el grupo generacional del 98, a pesar de que la preocupación por España sólo aparece en su obra a partir de 1912 en Campos de Castilla, mientras que por formación y primeras manifestaciones artísticas encaja dentro del Modernismo bajo la influencia de Rubén Darío.
Su primera obra Soledades (1902), donde presenta temas que serán constantes en su producción posterior, aunque mantiene la influencia de autores como Bécquer, Campoamor, Verlaine y Unamuno, será ampliado y corregido en 1907 bajo el título de Soledades, galerías y otros poemas, el cual se convertirá en su primer libro clave puesto que supone, para la lírica española, por un lado la superación de la tradición poética de tipo romántico campoamorino, y por otro la continuación de la línea que despega desde el Romanticismo becqueriano hacia el Simbolismo y de allí en adelante.
La reiteración de un tema clave: la tarde, le permite evocar el pasado con nostalgia. Por su maestría, son muchos los críticos que consideran que A.Machado no puede incluirse en el Modernismo sino que lo desborda, con luz propia por encima de los demás autores del momento; Esta teoría queda corroborada al comprobar como las influencias procedentes del paisaje castellano transformarán su poesía radicalmente.
Campos de Castilla (1912) es la obra representativa de esta etapa, donde además del descubrimiento del paisaje (compartido con Azorín, Baroja y Unamuno) aparece la plenitud del amor y la premonición de la muerte de su esposa. Esta obra sirvió para señalar el aspecto noventayochista del poeta.
Nuevas canciones (1917-1920), aunque publicada en 1924, contiene poemas escritos en Baeza Segovia además de los llamados “Proverbios y Cantares” que son unos 103 poemillas dedicados a Ortega y Gasset, en los que demuestra su creciente interés por la filosofía; Parte de la crítica considera que esta obra es un intento del autor por realizar una poesía lírica precisa e impresionista pero a la vez con contenido ideológico y formas variadas, en las que incluyó tanto elementos de procedencia popular como la Seguidilla y la Soleá, o innovadora como el Haiku japonés.
Esta última obra, junto con Cancionero apócrifo (1924-1925), no se incorporó a sus Poesías Completas hasta la segunda edición de las mismas en 1928, realizada por Espasa Calpe (la anterior, de 1917 lo fue por la propia Residencia de Estudiantes). 1928 es también el año en que inicia su relación amorosa con Guiomar, que dará como fruto un ciclo poético truncado por la Guerra Civil.
Su particular poética queda expuesta en Reflexiones sobre la lírica (1925), en la que define poesía como “palabra esencial en el tiempo”.
Abel Martín, escrito en prosa y verso, y Juan de Mairena, Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo (1936) son sus últimas obras, en ellas aparece una sucesión de poetas-filósofos, trasuntos del autor (sus complementarios) a través de los cuales da una de las muestras más brillantes del pensamiento español de preguerra.
Miguel de Unamuno (1864-1936) Pieza fundamental en la evolución de la poesía española, pese a que su obra poética ha sido ensombrecida por su narrativa y ensayo filosófico, con los que comparte temática.
Este vasco nacido durante el sitio de Bilbao en una Guerra Carlista, estudió Filosofía y Letras en Madrid y que ganó en 1891 la cátedra de Griego en Salamanca (paisaje que, junto con el vasco, influyó en su obra), desarrolló una poesía muy influida en sus inicios por el Romanticismo becqueriano, la novedad de Walt Whitman y el concepto de la poesía como combate que toma del modernista José Martí, todo ello mezclado con la tradición de Fray Luis de León. Los conceptistas y los místicos españoles, pero con el tiempo desarrolló en ella toda su personalidad caracterizada por un desolador vacío espiritual, a partir de la crisis religiosa de 1897.
Su producción poética puede dividirse en:
Primer período (1899-1913): Su primera obra se publica en 1907 con el título de Poesías, tiene ya 43 años y está en plena madurez intelectual. En esta obra presenta su visión personal sobre Castilla, tomada como símbolo, después de 15 años residiendo en ella.
Su siguiente obra es Rosario de Sonetos líricos (1911), donde ya muestra la paradoja de su ansia de fe ante la duda. El tema central es Dios y el más allá; a esta obra le siguen Andanzas y visiones españolas (1922) y Rimas de dentro (1923), pero la obra cumbre del período es El Cristo de Velázquez, escrito en endecasílabos blancos (sin rima), a partir del cual la figura de Cristo cobra gran importancia en su obra.
Otros temas en este período son la Familia, la Patria y la Religión. Este es un período de crisis de fe, motivada por la muerte de su hijo, tras seis años de enfermedad; también durante este período será nombrado y destituido como rector de la Universidad de Salamanca (en 1900 y 1914 respectivamente)
Segundo período (1923-1936)
La primera obra de este período es Teresa, un largo poema amoroso, marcado por la influencia de Bécquer, publicado en 1924 con el subtítulo de Rimas de un poeta desconocido presentadas por Miguel de Unamuno, su siguiente obra es fruto del destierro a Canarias pero insiste en su crisis de fe al comparar el misterio del mar con el de Dios; el título de esta obra publicada en 1928 es De Fuerteventura a París, también de este año es el Romancero del Destierro.
El Cancionero, también escrito desde el destierro, es el libro más extenso de este autor al abarcar sus producciones entre 1928 y 1936 (incluso escribe algún poema días antes de morir), lleva el subtítulo de Diario Poético y sólo fue dado a conocer en 1953.
Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936) Hijo de labradores gallegos y emigrante a México sin éxito.
Si bien se forma en el Modernismo, su evolución lo acercará hacia las Vanguardias. Su primera obra, en 1903 es Corte de Amor, donde se declarará Modernista. Entre sus obras líricas más destacadas se hallan Aromas de Leyenda (1907) donde se mezclan las influencias de Rubén Darío con el paisaje y los temas gallegos, y El Pasajero (1912), ambas dentro del Modernismo, pero sobre todo La Lámpara Maravillosa (1916), donde muestra su particular estética en la que apenas se diferencia verso de prosa, y La Pipa de Kif (1919) donde ya se adivinan los primeros pasos hacia el esperpento, que entronca con el expresionismo pictórico.
El esperpento puede considerarse un intento por desintegrar la estética Modernista desde dentro, a través del uso perverso de sus componentes, lo cual es producto de la constante búsqueda de novedad propia de las Vanguardias que comienzan a despuntar.
Poetas menores
Eduardo Marquina (1879-1946), barcelonés traductor de los poetas del momento. Su poesía nace del Romanticismo y avanza hacia el Modernismo dariniano, dentro de esta tendencia destacan Las vendimias (1901), Elegías (1905) y Vendimión (1909)
Gregorio Martínez Sierra (1881-1947) fue el animador y empresario del Modernismo, ya que fundó las revistas Vida Moderna, Helios y Renacimiento, que lanzarían a los nuevos escritores, e incluso fundaría la editorial Renacimiento, a través de la cual se dio a conocer lo mejor de la literatura española y extranjera del momento. Su mejor obra fue La casa de la primavera (1907)
Generación de 1914
Introducción
La generación puente entre el fin de siglo XIX y las Vanguardias ha tenido diferentes nombres: Novecentismo, Generación de los intelectuales, Generación de 1914, en cualquier caso sus rasgos están muy claros:
- Entusiasmo por lo universal
- Desdén hacia las expresiones locales
- Voluntad declarada de intervenir en la política y utilizarla al servicio de la cultura. Uno de los rasgos más característicos del siglo es la sólida formación intelectual y científica, en su mayoría lograda en universidades extranjeras (Francia y Alemania)
Los novecentistas, como grupo, representan a la burguesía asentada y con pretensiones modernizadoras. Su conciencia intelectual se manifiesta en la crítica social y en la intención de renovar el sistema a través de la cultura y la ciencia. Comparten espacio literario con la generación precedente (el 98 y Modernismo) y con la posterior de las Vanguardias a la que abren camino, pero puede acotarse entre 1915 y 1925.
La estética del momento se apoya en el ensayo La deshumanización del arte de José Ortega y Gasset, la cual sirvió de base para el desarrollo de las Vanguardias; de este mismo pensador y escritor hay que destacar la importante labor de enlace de los jóvenes autores a través de la Revista de Occidente con las tendencias europeas.
Autor
Juan Ramón Jiménez (1881-1957) Su reconocimiento dentro del grupo se debe a su influencia sobre los vanguardistas más racionales que cultivan la Poesía Pura, cuya base es la idea de depuración del lirismo modernista.
Su producción poética se inicia en 1900, año en que fue llamado a Madrid por Rubén Darío y Francisco Villaespesa (sorprendidos por la calidad de sus versos de adolescente en las revistas de la época), con dos obras breves de neorromanticismo sentimental: Almas de violeta (impreso en tinta violeta y con título sugerido por Villaespesa) y Ninfeas (título sugerido por Valle-Inclán, impresa en tinta verde y con un soneto inicial de Rubén Darío)
La muerte en ese mismo año (1900) de su padre le sume en una profunda depresión que lo llevará a un sanatorio cerca de Burdeos, donde escribe Rimas (1902), dedicada a la memoria de su padre y con claras influencias becquerianas. El terror a la muerte súbita ya no le abandonará nunca.
En 1903, con la publicación de Arias tristes, se inicia su primera plenitud, en la que recibe influencias de Paul Verlaine, de Bécquer y Ferrán, el romancero y la lírica andaluza, que convierten su modernismo en una manifestación muy depurada y musical donde predomina el sentimentalismo enfermizo y la admiración por la Naturaleza. Esta obra está dividida en tres partes: Arias otoñales, Nocturnos, Recuerdos Sentimentales.
La obra siguiente, Jardines lejanos es de 1904 y también está dividida en tres partes: Jardines galantes, Jardines místicos, Jardines dolientes. Trata del amor y de la dualidad del ser. Desde esta obra hasta la publicación en 1917 de Diario de un poeta reciéncasado aparecen un total de 8 obras entre las que destacan La soledad sonora (1911) y Sonetos Espirituales (1914-15), además de Estío, que abre su segunda etapa poética en la que tenderá a la brevedad del poema y la depuración progresiva del verso.
La mutación definitiva de este autor hacia la poesía pura se produce en Diario de un poeta reciencasado (1917), obra extensa y variada donde se mezcla lo íntimo y lo externo, el verso y la prosa. Se trata de un viaje interior, que además coincide con el viaje exterior efectuado por el poeta a E.E.U.U. con su esposa (casados en 1916) A partir de esta obra comienza su labor prosística.
En esta obra aparece por primera vez en el autor la prosa poética (textos en prosa que, por su emoción, lenguaje y ritmo, podrían concebirse como poemas), el verso libre, el uso de técnicas como el collage y sobre todo la búsqueda de la palabra poética exacta y eficaz en la comunicación. Actuó de catalizador para las tendencias vanguardistas incipientes.
La segunda edición de este texto, realizada en Argentina, llevará el título de Diario de poeta y mar, en el que puede encontrarse un juego de palabras ya que el 2º apellido de su esposa era Aymar; posteriormente la obra se editará siempre con primer título.
Desde 1916 hasta su exilio definitivo en 1936 este autor permanece en Madrid y vive una etapa creadora muy discutida puesto que está aislado culturalmente hablando y evoluciona al margen de otros poetas. De esta época son Eternidades (1917) y Unidad (1925) Se exiliará en 1936, residiendo en La Habana, Florida y Washington hasta 1951, año en que regresará a Puerto Rico donde permanecerá hasta su muerte.
Su estancia en América produjo un cambio en su carácter, comenzó a añorar al pueblo español del que siempre había sentido admiración y siguió escribiendo aunque difícilmente publicará sus obras: La estación total (1946), Espacio (1943-44), En el otro costado (1936-42), Animal de fondo (1949), más tarde ampliado con el título de Dios deseado y deseante.
En 1956 le concedieron el premio Nobel de Literatura y unos días más tarde murió su esposa. Él murió en 1958.
A lo largo de su vida pretendió crear una obra, retocando sus versos una y otra vez, lo que supuso diferentes ediciones de sus obres completas bajo los títulos: Poesías Escogidas (1898-1917), que fue editado en América, Segunda Antología Poética (1898-1918) publicada en 1922 y Tercera Antología Poética (1898-1953), ambas por Espasa-Calpe.