Contenidos del artículo
ToggleLuis Cernuda
No decía palabra
No decía palabra de Luis Cernuda es una reflexión profunda sobre la naturaleza del deseo, concebido como una fuerza inalcanzable que define la experiencia humana. En este texto, el autor explora la tensión entre el anhelo y su imposibilidad de ser plenamente satisfecho, utilizando imágenes simbólicas y una estructura que conecta lo físico con lo metafísico. El deseo se presenta como algo incompleto, una búsqueda constante que nunca encuentra su realización plena, lo que genera una sensación de vacío y angustia.
La obra transmite cómo esta insatisfacción se manifiesta tanto en el cuerpo como en el alma, mostrando al deseo como una esperanza perpetua que no llega a concretarse. A través de imágenes cargadas de simbolismo, el autor aborda también la búsqueda de unión entre dos seres, donde amor y deseo se entrelazan como mitades que aspiran a completarse mutuamente. Sin embargo, esta unión es fugaz o incluso imposible, reforzando la idea de que el deseo es una fuerza inasible.
En este poema, Cernuda, uno de los máximos representantes de la Generación del 27, universaliza su experiencia personal, mostrando el deseo como un elemento esencial de la condición humana. Su estilo combina un lenguaje sencillo con una gran profundidad conceptual, creando un texto cargado de emoción y simbolismo. La influencia del surrealismo se percibe en las imágenes oníricas y en la intensidad con la que describe los sentimientos, haciendo de este poema una pieza clave dentro de su obra poética y un reflejo del conflicto entre la realidad y los anhelos humanos.
No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.
La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Auque sólo sea una esperanza
porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe.
Autor
-
Hola. Soy Víctor Villoria, profesor de Literatura actualmente en la Sección Internacional Española de la Cité Scolaire International de Grenoble, en Francia. Llevo más de treinta años como profesor interesado por las nuevas tecnologías en el área de Lengua y Literatura españolas; de hecho he sido asesor en varios centros del profesorado y me he dedicado, entre otras cosas, a la formación de docentes; he trabajado durante cinco años en el área de Lengua del Proyecto Medusa de Canarias y, lo más importante he estado en el aula durante más de 25 años intentando difundir nuestra lengua y nuestra literatura a mis alumnos con la ayuda de las nuevas tecnologías. Ahora soy responsable de esta página en la que intento seguir difundiendo nuestra literatura. ¡Disfrútala!
Ver todas las entradas