Hernando de Acuña. Faetón

Con tal instancia siempre demandaba
el gobierno del sol por solo un día,
que, aunque no convenirle conocía,
Febo al hijo Faetón se lo otorgaba.

Ya el carro y los caballos le entregaba
con que la luz al mundo repartía,
poniéndole delante el mal que habría
si en el camino o en el gobierno erraba.

Mas él, de la oriental casa salido,
fue el orbe y hemisferio traspasado
con furia y con desorden tan extraña,

que el carro, los caballos y él, perdido,
sobre el lombardo Po cayó, abrasando
riberas, aguas, montes y campaña.

Hernando de Acuña, Varias poesías, Edición de Luis F. Díaz Larios.

Autor del audio: Víctor Villoria

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